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Odio al pecado, 21 de abril FV 119

Has amado la justicia, y aborrecido la maldad; por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros. Hebreos 1:9. FV 119.1

“La gracia de Cristo implantada en el alma ... crea en el hombre enemistad contra Satanás. Sin esta gracia y este poder transformador, el hombre continuaría cautivo de Satanás, siempre dispuesto a obedecer sus mandatos. Pero este nuevo principio en el alma crea conflicto donde antes había habido paz. El poder que Cristo imparte, habilita al hombre para resistir al tirano y usurpador. Cualquiera que demuestra odiar al pecado en vez de amarlo, cualquiera que combate y domina las pasiones que imperaban en su interior, manifiesta la operación de un principio que viene enteramente de arriba.”—The Signs of the Times, 2 de diciembre de 1913. FV 119.2

“La conformidad con el mundo y la armonía con Cristo no pueden subsistir juntas. Las máximas mundanas y las prácticas mundanas, minan la espiritualidad del corazón y de la vida. La conformidad con el mundo significa semejanza con el mundo y las normas mundanas.... Nadie puede servir al mundo y a Jesucristo al mismo tiempo. Hay un antagonismo irreconciliable entre Cristo y el mundo.”—The Review and Herald, 22 de enero de 1895. FV 119.3

“¡Cuán pocos pueden decir: ‘Yo he muerto al mundo; la vida que ahora vivo es por la fe en el Hijo de Dios.’ ... Aunque los que nos rodean pueden ser vanos y empeñarse en la búsqueda de placeres y necedades, nuestra conversación debe tener el carácter del cielo, de donde esperamos ver al Salvador; el alma clama a Dios por perdón y paz, por justicia y verdadera santidad. La comunicación con Dios y la contemplación de las cosas de arriba, transforman el alma a la semejanza de Cristo.”—Testimonies for the Church 2:145. FV 119.4