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Jesús o Barrabás UE 121

Pilato decidió que algo debía hacer. Era costumbre en ocasión de la fiesta de la Pascua liberar a un preso que el pueblo eligiera. Los soldados romanos habían capturado recientemente a un famoso ladrón, llamado Barrabás. Era un forajido envilecido y asesino. De manera que Pilato se volvió a la turba y dijo con gran fervor: UE 121.7

“¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás o a Jesús, llamado el Cristo?” Mateo 27:17. UE 121.8

Ellos contestaron: “¡Fuera con ese; suéltanos a Barrabás!” Lucas 23:18. UE 121.9

Pilato enmudeció a causa de la sorpresa y el desengaño. Al dejar que la multitud decidiera había perdido la autoridad sobre el pueblo y su dignidad. Después de esto, era sólo un instrumento de la chusma que lo dominaba como quería. Entonces preguntó: UE 121.10

“¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo?” UE 122.1

Al unísono gritaron: “¡Sea crucificado!” UE 122.2

“Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: ¡Sea crucificado!” Mateo 27:22, 23. UE 122.3

El rostro de Pilato nuevamente empalideció al oír el terrible grito: “¡Sea crucificado!” No había pensado llegar a esto. Había declarado repetidamente que Jesús era inocente, y sin embargo el pueblo estaba determinado a que sufriera la más terrible de las muertes. Otra vez les formuló la pregunta: UE 122.4

“Pues, ¿qué mal ha hecho?” UE 122.5

Y otra vez se elevó el terrible clamor: “¡Sea crucificado! ¡Sea crucificado!” UE 122.6