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La levadura divina transforma la mente 1MCP 79

En la parábola la mujer puso la levadura en la harina. Era necesaria para suplir una necesidad [...]. Así obra la levadura divina [...]. La mente es transformada; las facultades son puestas al trabajo. El hombre no recibe nuevas facultades, pero las que tiene son santificadas. La conciencia, muerta hasta entonces, se despierta. Pero el hombre no puede hacer este cambio por sí mismo. Solamente puede hacerlo el Espíritu Santo [...]. Cuando nuestras mentes sean guiadas por el Espíritu de Dios, entenderemos la lección que enseña la parábola de la levadura. Los que abren sus corazones para recibir la verdad percibirán que la Palabra de Dios es el gran instrumento en la transformación del carácter.—The Review and Herald, 25 de julio de 1899. 1MCP 79.2