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No hagamos de la carne nuestro brazo 2MCP 349

Propendemos a buscar apoyo y aliento en nuestro prójimo, en vez de mirar a Jesús. En su misericordia y fidelidad, Dios permite muchas veces que aquellos en quienes ponemos nuestra confianza nos chasqueen, para que aprendamos cuán vano es confiar en el hombre y hacer de la carne nuestro brazo. Confiemos completa, humilde y abnegadamente en Dios.—El Ministerio de Curación, 387 (1905). 2MCP 349.4