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Mensajera del Señor - Contents
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    La crisis de Ballenger y el santuario, 1905

    La crisis de la doctrina del santuario en 1905 fue un resultado más de la comprensión errónea del papel de Espíritu Santo en el proceso de la salvación. Toda vez que uno no hace caso de la obra del Espíritu Santo en la relación entre los mandamientos de Dios y la fe de Jesús (Apoc. 14:12), existe la tendencia de caer en el legalismo frío o en los sentimientos ardientes y el ferviente individualismo. O surge el error cuando se resta importancia a la obra del Espíritu Santo al concentrarse en la muerte sustitutiva de Cristo, o cuando uno se concentra en el “Espíritu interior” y descuida a Cristo como el Sacrificio y el Sumo Sacerdote. 55 Ver p. 263. Ver también “La elipse de la verdad”, pp. 260, 574. El hecho de comprender erróneamente el doble papel de Cristo 56 VerEl conflicto de los siglos, pp. 542-543. como el Sacrificio y el Sumo Sacerdote que nos capacita, monta el escenario para el movimiento de la carne santificada, la crisis del panteísmo y, más tarde, el desafío del santuario.MDS 204.3

    Desafortunadamente para la Iglesia Adventista, parece que en la década de 1890 era difícil para muchos, incluyendo a E. J. Waggoner, John Harvey Kellogg, A. F. Ballenger y, por un tiempo, a W. W. Prescott, mantener en equilibrio los mensajes de 1888 según los cuales Cristo estaba “tan dispuesto a impartir la victoria sobre los pecados futuros como a perdonar los que estaban en el pasado”. 57Schwarz, Light Bearers, p. 188. Su atención se concentraba en “impartir victoria” y la manifestación del Espíritu, pasando por alto el papel principal del Espíritu en la transformación del carácter que precede a las experiencias de la “lluvia tardía El Deseado de todas las gentes, p. 745. prometida y el ”fuerte clamor” 58 El Deseado de todas las gentes, p. 745. Después de “aceptar” los mensajes de Minneapolis en 1888, estos dirigentes creían que Dios rápidamente enviaría su Espíritu en una manera notable, lo que capacitaría a la iglesia para “terminar la obra” y así apresurar el regreso de Jesús. Este énfasis en la obra del Espíritu induciría a algunos a creer que cada persona “llena del Espíritu” recibiría también el don del espíritu de profecía. Además, esos miembros de iglesia no necesitarían una fuerte organización denominacional porque serían guiados por el Espíritu. 59 A. T. Jones, director de la Review, concluía regularmente sus artículos editoriales con las palabras: “Recibid el Espíritu Santo”. Los oradores de los campestres hacia fines de la década de 1890 generalmente reflejaban este énfasis centrado en el Espíritu, Probablemente el más elocuente de estos oradores fue A. F. Ballenger, altamente solicitado para los reavivamientos de la iglesia. Su influencia en Indiana se reflejó en el movimiento de la came santificada. MDS 204.4

    Desde que Elena de White regresara de Australia en 1900, había estado enviando veintenas de cartas, privadas y públicas, en las que advertía de los engaños y errores que se estaban manifestando entre voceros destacados de la iglesia quienes pasaban por alto el punto de la santificación, así como muchos dirigentes no habían percibido el punto de la observancia de los mandamientos antes de 1888. En 1903 ella le escribió a Daniells: “A menudo se me ha advertido contra ideas extremistas sobre la santificación. Conducen a un rasgo objetable de la experiencia que nos hará naufragar a menos que estemos despiertos... Durante el congreso de la Asociación General de 1901, el Señor me advirtió contra conceptos que estaban siendo reunidos y sustentados por los hermanos Prescott y [E. 1.] Waggoner. Se me instruyó que estas ideas habían sido como levadura puesta en harina. Muchas mentes las han recibido. Las ideas de algunos respectó de una gran experiencia que se llama y se supone que sea la santificación, han sido el comienzo de una serie de decepciones que engañarán y arruinarán las almas de aquellos que las reciban. Debido a algunas expresiones exageradas usadas frecuentemente por el Hno. E. J. Waggoner en el congreso, fui inducida a hablar palabras que tenían el propósito de contrarrestar su influencia. .. Satanás está ciertamente presentando algunas teorías falsas que usted no debe recibir. Los pastores Waggoner y Prescott están fuera de lugar“. 60Carta 269,1903, citada en MR, t.10, pp. 356-357.MDS 204.5

    A. F. Ballenger creía erróneamente junto con muchos otros que el movimiento de la carne santificada era la extensión lógica de los mensajes de 1888. Lo que él sí vio claramente fue que, puesto que los mensajes de 1888 sobre la justificación por la fe habían circulado por toda la denominación, “estamos en el tiempo de la lluvia tardía, pero se retiene el derramamiento del Espiritó debido a nuestros pecados”. 61Review and Herald, 5 de octubre, 1897, p. 629; ver artículos relacionados en pp. 411, 523, 624; también General Conference Daily Bulletin, 1899, p. 96. Vio en forma acertada la conexión entre el carácter del pueblo de Dios y la terminación de su tarea como testigos de Dios de los últimos días. Por muchos años se le había dado un fuerte énfasis a ese hecho en los mensajes de Elena de White. 62El evangelismo, pp. 504-505; Joyas de los testimonios, t. 2, pp. 364-368. Ver también Palabras de vida del gran Maestro, pp. 47-48, 340-342; Review and Herald, 31 de marzo, 1910, pp. 3-4. Pero él estaba equivocado en cuanto a cómo el Espíritu Santo iba a preparar a la gente para la testificación de los últimos días: él sostenía que los creyentes podían reclamar y recibir la santificación como podían reclamar y recibir la justificación. Además de eso, para él los creyentes podían reclamar la promesa del Espíritu mediante la fe de la misma manera como podían reclamar el don de sanidad mediante la fe. 63Review and Herald, 3 de mayo, 1898, p. 288; “La curación física es ahora verdad presente en los adventistas del séptimo día”.—Id, 4 de octubre, 1898, p. 637; “El don de curación aparecerá cuando recibamos el Espíritu Santo, y no antes”.—Id, 15 de noviembre, 1898, p. 740.MDS 205.1

    La predicación de Ballenger, según algunos informes, era acompañada de curaciones físicas, las cuales, para muchos, añadían una credibilidad especial a su teología. ¿Cuál era el fundamento de la conexión de Ballenger entre la recepción del Espíritu y la curación física? El creía que debido a que Jesús “tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias”, 64 Mat. 8:17, citando Isa. 53:4; “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores”. la Escritura “prueba que él Evangelio incluye la salvación de la enfermedad así como la salvación del pecado”. 65Signs of the Times, , 13 de junio, 1900, p. 371. MDS 205.2

    ¿Cuál fue la respuesta de la Sra. White a estas “nuevas ideas”? Al escribir a J. H Kellogg en 1898, ella dijó que algunos leían la Biblia sin estudiarla cabalmente y luego, “llenos de ardor y celo, presentan teorías que, si son recibidas, contrarrestarán” lo que se ha recibido desde 1844 como “una cadena coherente de verdad... Estos sienten ansias de ideas nuevas y suposiciones, lo que echa a perder el desarrollo simétrico del carácter... Permítase que alguien fije toda su mente en alguna idea que no es correcta, y se desarrollará algo deforme antes que simétrico”. 66MR, t. 21, pp. 57-58. MDS 205.3

    En la sesión del congreso de la Asociación General de 1905 en Washington, Ballenger presentó tres estudios de una hora sobre su “nueva” luz en cuanto a la doctrina del santuario. Su principal argumento era de que Jesús, al ascender al cielo, entró en el segundo apartamento del santuario celestial, el lugar santísimo. Antes de la cruz, había estado actuando en el primer apartamento, el lugar santo. Ballenger no convenció a los miembros del comité, quienes respondieron con una exégesis bíblica que había sido elaborada hacía décadas y confirmada mediante revelaciones dadas a Elena de White. La respuesta parecía haber conducido a un punto muerto.MDS 205.4

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