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Mensajera del Señor - Contents
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    No hay diferencias en grados de inspiración

    Por lo menos ocho profetas que se mencionan en la Biblia escribieron para su épo- ca, pero sus obras no fueron incluidas en el canon.9 Jaser (Jos. 10:13; 2 Sam. 1:18), Natán (1 Crón. 29:29; 2 Crón. 9:29:29:25), Gad (1 Crón. 21:9; 2 Crón. 29:25), Ahías (1 Rey. 11:29; 14:2-18; 2 Crón. 9:29), Semaías (2 Crón. 12:15), Iddo (2 Crón. 9:29; 12:15; 13:22), Jehú(l Rey. 16:1. 7; 2 Crón. 19:2; 20:34). Elias (2 Crón. 21:12-15). La historia bíblica no sólo no insinúa que haya alguna diferencia en la calidad de su inspiración, sino que describe su obra como de igual autoridad que la de los profetas canónicos. No encontramos diferencia alguna en cuanto a cómo recibieron sus mensajes o cómo los comunicaron o cómo sus contemporáneos reaccionaron ante ellos. Los profetas no canónicos hablaron en el nombre de Dios y sus contemporáneos los consideraron portavoces de Dios.MDS 409.7

    Con la sugerencia que se les conceda a algunos profetas un grado superior de revelación/inspiración que a otros, viene la pregunta ineludible: ¿Quién lo decidirá? ¿Puede una persona no inspirada asumir el derecho de juzgar en cuanto a la obra de un profeta y decidir si es un profeta o profetisa de primera, segunda o tercera clase? El don de profecía, como otros dones espirituales, es dado a los seres humanos “según su voluntad [la de Dios]” (Heb. 2:4), no según la voluntad del hombre.MDS 410.1

    En 1884 el presidente de la Asociación General, George I. Butler, intentó contribuir a una comprensión más clara de este tema al escribir diez artículos para la revista de la iglesia. En estos artículos analizaba “diferencias en grados” de inspiración.10Review and Herald, 8 de enero a 3 de junio, 1884.MDS 410.2

    Elena de White esperó cinco años para responder, esperando que él captase su error. Pero cuando otros comenzaron a recoger el punto de vista de Butler y a enseñarlo en el Colegio de Battle Creek, ella escribió: “Tanto en el tabernáculo [de Battle Creek] como en el colegio se ha enseñado el tema de la inspiración, y hombres finitos se han sentido llamados a decir que algunas cosas de las Escrituras fueron inspiradas y otras no. Se me mostró que el Señor no inspiró los artículos sobre la inspiración publicados en la Review ni aprobó su presentación ante nuestros jóvenes del colegio. Cuando los hombres se atreven a criticar la Palabra de Dios, se aventuran en un terreno sagrado y santo, y sería mejor que temieran y temblaran y ocultaran su sabiduría como necedad. Dios no ha puesto a nadie para que pronuncie juicio sobre su Palabra, eligiendo algunas cosas como inspi radas y desacreditando a otras como no inspiradas. Los testimonios han sido tratados en la misma forma; pero Dios no está en eso”.11Mensajes selectos, t. 1, p. 26. “Los hombres debieran dejar que Dios cuide de su propio Libro, de sus oráculos vivientes, como lo ha hecho durante siglos. Comienzan a poner en duda algunas partes de la revelación, y buscan defectos en las aparentes inconsecuencias de esta declaración y aquella otra. Comenzando con el Génesis, rechazan lo que les parece cuestionable, y su mente prosigue, pues Satanás los inducirá hasta cualquier extremo a que puedan llegar en su crítica, y ven algo de que dudar en toda la Escritura. Su facultad de criticar se aguza con el ejercicio y no pueden descansar en nada con seguridad. Usted trata de razonar con esos hombres, pero pierde el tiempo. Ejercitan su facultad de ridiculizar aun en la Biblia... Hermanos, aferraos a vuestra Biblia, a lo que dice, y terminad con vuestra crítica en cuanto a su validez, y obedeced la Palabra, y ninguno de vosotros se perderá... Agradecemos a Dios porque la Biblia está preparada para los humildes tanto como para los instruidos. Se adapta a todos los siglos y a todas las categorías”. — Mensajes selectos, t. 1, pp. 20-21.MDS 410.3

    Los escritos son el producto de la inspiración o no lo son. Los profetas son genuinos o son impostores. 12 Compare con Mat 12:22-32. “O está Dios enseñando a su iglesia, reprendiendo sus errores, fortaleciendo su fe, o no lo está haciendo. La obra es de Dios, o no lo es. Dios no hace nada en sociedad con Satanás. Mi obra lleva la estampa de Dios, o la del enemigo. No hay medias conclusiones en el asunto. Los Testimonios son del Espíritu de Dios, o del diablo”. — Joyas de los testimonios, t 2, p. 286. Fuera de la diferencia entre lo común y lo sagrado, que debería ser obvia para cualquiera, nadie es capaz de dividir los escritos de un profeta en inspirados y menos inspirados. Tan pronto como alguien lo intenta, el árbitro final es la razón humana. Cada persona cree entonces que su propia razón es más confiable que la de cualquier otra.MDS 410.4

    A través de los años algunos han sugerido que los artículos de Elena de White publicados en revistas no fueron tan inspirados como lo fueron sus libros. O que sus cartas no eran inspiradas, sólo sus libros publicados. En 1882 ella escribió una carta franca acerca del “desprecio de los Testimonios”, para que fuese leída en la Iglesia de Battle Creek, Michigan: “Ahora bien, cuando yo les envío un testimonio de amonestación y reprensión, muchos de ustedes declaran que es meramente la opinión de la Hna. White. Con eso ustedes han insultado al Espíritu de Dios. Ustedes saben cómo el Señor se ha manifestado a través del espíritu de profecía... Esta ha sido mi obra por muchos años. Un poder me ha impulsado a reprobar y reprender errores de los cuales yo no tenía idea. Esta obra de los últimos 36 años, ¿es de lo alto o de abajo?MDS 410.5

    “Cuando fui a Colorado me sentía tan agobiada por ustedes que, en mi debilidad, escribí muchas páginas para que fuesen leídas en vuestro campestre. Débil y temblorosa me levanté a las tres de la mañana para escribirles. Dios estaba hablando a través de la arcilla. Ustedes podrán decir que esta comunicación era sólo una carta. Sí, era una carta, pero impulsada por el Espíritu de Dios para presentar ante ustedes lo que se me había mostrado. En estas cartas que escribo, en los testimonios que doy, les presento lo que el Señor me ha presentado. No escribo un artículo en la revista en el que exprese meramente mis propias ideas. Son lo que Dios me ha revelado en visión, los rayos preciosos de la luz que resplandece desde el trono”. 13Testimonies, t. 5, pp. 64-67,MDS 410.6

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