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El Ministerio Médico - Contents
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    No del mundo

    Hay solamente dos reinos en este mundo, el reino de Cristo y el reino de Satanás. Cada uno de nosotros debe pertenecer a uno de ellos. En su maravillosa oración por sus discípulos Cristo dijo: “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo”.MM 287.1

    No es la voluntad de Dios que nos aislemos del mundo. Pero mientras estamos en el mundo debemos santificarnos para Dios. No debemos adoptar las normas del mundo. Debemos estar en el mundo como una influencia correctora, como sal que retiene su sabor. Debemos ser puros y santos entre una generación profana, impura e idólatra, mostrando que la gracia de Cristo tiene poder para restaurar en el hombre la semejanza divina. Debemos ejercer una influencia salvadora sobre el mundo.MM 287.2

    “Esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe”. El mundo se ha convertido en una leprosería de pecado, una masa de corrupción. Éste no conoce a los hijos de Dios porque tampoco le conoce a él. No debemos practicar su modo de ser ni seguir sus costumbres. Debemos resistir de continuo sus principios laxos. Cristo dijo a sus seguidores: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. Es deber de los médicos y de los enfermeros brillar como luces en medio de las influencias corruptoras del mundo. Deben albergar principios que el mundo no pueda empañar...MM 287.3

    La bendición de la gracia se da a los hombres para que el universo celestial y el mundo caído puedan ver, como no podrían hacerlo de otra forma, la perfección del carácter de Cristo. El Gran Médico vino a nuestro mundo para mostrar a hombres y mujeres que por medio de su gracia pueden vivir en forma tal que en el gran día de Dios puedan recibir el precioso testimonio: “Vosotros estáis completos en él”.—Manuscrito 24, 1900. MM 287.4

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