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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 - Contents
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    La importancia de la obra del colportaje

    Se puede hacer una obra mucho más eficiente en el ramo del colportaje que la que se ha hecho hasta el momento. El colportor no debe estar conforme a menos que esté constantemente mejorando. Debe prepararse cabalmente, pero no debe contentarse, con una presentación hecha de memoria; debe darle la oportunidad al Señor de obrar mediante sus esfuerzos y de impresionar su mente. El amor de Jesús que habita en su corazón lo habilitará para idear los medios de acercarse a individuos y familias.5TPI 373.2

    Los colportores necesitan tener refinamiento propio y modales pulidos, pero no una personalidad artificial que es común en el mundo, sino ser urbanos y agradables, que es el resultado natural de un buen corazón y un sano deseo de imitar a Cristo. Deben cultivar hábitos de solicitud y consideración, hábitos de diligencia y discreción, y procurar honrar a Dios, logrando para sí mismos el mayor desarrollo posible. Jesús hizo un sacrificio infinito para colocarlos a ellos en buena relación con Dios y sus prójimos, y el auxilio divino, combinado con el esfuerzo humano, los capacitará para alcanzar un elevado grado de excelencia. El colportor ha de ser puro como José, manso como Moisés, temperante como Daniel; así tendrá un poder que lo acompañará por dondequiera que vaya.5TPI 373.3

    Si el colportor obra de manera equivocada, si pronuncia falsedad y práctica el engaño, pierde su dignidad. Puede ser que no esté consciente de que Dios lo está mirando y que conoce todos sus negocios, que los santos ángeles pesan sus intenciones y escuchan sus palabras, y que será recompensado conforme a sus obras; pero aunque le fuera posible ocultar de la inspección humana y divina su mal proceder, aún así su actitud impropia sería perjudicial para su mente y carácter. Un acto no determina el carácter, pero derriba la barrera, y la próxima tentación se acaricia con más facilidad, hasta que finalmente se forma un hábito de prevaricación y falta de honradez en el negocio, y ya no se puede confiar en él.5TPI 373.4

    Hay muchas personas en los hogares y en la iglesia que no dan importancia a las inconsecuencias evidentes. Hay jóvenes que aparentan ser lo que no son. Parecen ser honrados y leales; pero son como sepulcros blanqueados, atractivos por fuera, mas corrompidos por dentro. El corazón está manchado, teñido de pecado; y así permanece el registro en los atrios celestiales. Se ha llevado a cabo dentro de sus mentes un proceso que los ha endurecido hasta el punto de hacerlos insensibles. Pero si sus caracteres, los cuales son pesados en las balanzas del santuario, fueren pronunciados faltos en el gran día del Señor, sería para ellos una calamidad que ahora no comprenden. La verdad, preciosa y sin mancilla, ha de formar parte del carácter.5TPI 374.1

    No importa el camino que se tome, el sendero de la vida está lleno de peligros. Si los obreros en cualquiera de los ramos de la causa se vuelven descuidados y no prestan atención a sus intereses eternos, se encuentran frente a una gran pérdida. El tentador buscará la manera de alcanzarlos. Tenderá redes a sus pies y los dirigirá por sendas extraviadas. Estarán seguros solamente aquellos cuyos corazones están guarnecidos con sanos principios. Como David, orarán: “Sustenta mis pasos en tus caminos, para que mis pies no resbalen”. Salmos 17:5. Hay que librar una constante batalla contra el egoísmo y la corrupción del corazón humano. A menudo parece que los impíos prosperan en sus caminos; pero aquellos que se olvidan de Dios, aunque sea por una hora o un momento, van por un camino peligroso. Quizá no se den cuenta de los peligros; pero, cuando se enteran, el hábito, como un aro de hierro, los mantiene sujetos a la maldad con la cual se han relacionado tan de cerca. Dios desprecia su comportamiento y su bendición no los acompañará.5TPI 374.2

    He visto que algunos jóvenes se dedican a esta obra sin vincularse con el cielo. Se plantan en el camino de la tentación para demostrar su valentía. Se ríen de las locuras de los demás. Conocen el verdadero camino; saben cómo conducirse. ¡Ved qué bien pueden resistir la tentación! ¡Cómo pensar que van a caer! Pero no han puesto a Dios como su defensa. Satanás les ha tendido una trampa engañosa, y son ellos mismos los que se convierten en el objeto de burla de los insensatos.5TPI 375.1

    Nuestro gran adversario tiene agentes que constantemente buscan la oportunidad para destruir almas, de la misma forma como un león caza su presa. Evítalos, joven; porque aunque aparenten ser tus amigos, solapadamente introducirán los malos caminos y las malas prácticas. Con sus labios te halagan y ofrecen ayudarte y conducirte, pero sus pasos llevan al infierno. Si escuchas sus consejos, tu vida puede llegar a su punto crítico. Una protección que se elimine de la conciencia, la práctica de un solo mal hábito, un solo descuido del elevado llamado al deber, puede ser el principio de un camino de engaño que te traspasará a las filas de aquellos que sirven a Satanás, mientras tú sigues profesando que amas a Dios y a su causa. Un momento de descuido, un solo mal paso, puede hacer virar toda la corriente de vuestra vida en una dirección equivocada. Posiblemente nunca sepáis lo que ocasionó vuestra ruina, hasta que se pronuncie la sentencia: “Apartaos de mí, obradores de maldad”. Mateo 7:23.5TPI 375.2

    Algunos jóvenes saben que lo que he dicho más o menos describe su proceder. Sus caminos no están ocultos para el Señor, aunque quizá lo estén para sus mejores amigos, o aun para sus padres y madres. Tengo poca esperanza de que algunos de éstos cambien su comportamiento de hipocresía y engaño. Otros que han errado están procurando redimirse. Que el amado Jesús les ayude a poner su rostro como un pedernal en contra de todas las falsedades y de las adulaciones de aquellos que quieren debilitar su determinación de hacer el bien o inculcarles dudas o sentimientos de infidelidad para sacudir su fe en la verdad. Jóvenes amigos, no paséis ni una hora en compañía de quienes os incapaciten para hacer la obra pura y santa de Dios. No hagáis nada en presencia de personas extrañas que no haríais en presencia de vuestro padre y madre, o que os cause vergüenza ante Cristo y los santos ángeles.5TPI 375.3

    Algunos pensarán que a los guardadores del sábado no les hacen falta estas precauciones, pero aquellos a quienes se aplican saben lo que quiero decir. Os digo, jóvenes, que os cuidéis; porque no podéis hacer nada que no esté descubierto ante los ojos de los ángeles y de Dios. No podéis hacer una obra mala sin que otros se vean afectados por ella. Vuestra conducta, además de revelar de qué clase de material está hecho el edificio de vuestro propio carácter, ejerce también una poderosa influencia en los demás. Nunca perdáis de vista el hecho de que pertenecéis a Dios, que él os ha comprado con precio, y que habéis de rendir cuenta a él por los talentos que os ha encomendado. Nadie debiera tomar parte en la obra del colportaje si sus manos están manchadas de pecado o cuyo corazón no esté bien con Dios, porque tales personas seguramente deshonrarán la causa de la verdad. Aquellos que son obreros en el campo misionero necesitan que Dios los guíe. Deben cuidarse de comenzar bien y luego continuar callada y firmemente en el camino de la rectitud. Deben ser resueltos, porque Satanás es determinado y perseverante en sus esfuerzos por derrotarlos.5TPI 376.1

    Se ha cometido un error al solicitar suscripciones para nuestras revistas por sólo pocas semanas, cuando con un esfuerzo apropiado se hubieran conseguido suscripciones mucho más largas. Una suscripción anual es de mucho más valor que muchas a corto plazo. Pocas personas renuevan sus suscripciones por un período más largo, y de esta manera se hace una gran inversión de tiempo que rinde resultados pequeños, cuando si se hubiera usado un poco más de tacto y perseverancia, se hubieran podido conseguir suscripciones más largas. Hermanos, vuestra mira es demasiado corta; vuestros planes son demasiado estrechos. No ponéis en vuestro trabajo todo el tacto y la perseverancia que se merece. Hay más dificultades en esta obra que en algunos otros ramos de negocio; pero las lecciones que se aprenderán, el tacto y la disciplina que se adquirirán, os capacitarán para otros campos de utilidad donde ministréis a las almas. Aquellos que no aprenden correctamente la lección y son descuidados y precipitados al tratar con la gente, exhibirían los mismos defectos en sus maneras, la misma falta de tacto en el trato con las mentes, en la obra del ministerio, si entraran en ella.5TPI 376.2

    Mientras se aceptan suscripciones cortas, algunos no hacen el esfuerzo necesario para obtenerlas a plazos más largos. Los colportores no debieran cubrir el terreno en forma descuidada y desinteresada. Deben sentirse obreros del Señor y el amor por las almas debiera inducirlos a hacer todo el esfuerzo posible para llevar a hombres y mujeres la luz de la verdad. La providencia y la gracia, los medios y los fines, están estrechamente relacionados. Cuando sus obreros hacen lo mejor que pueden, Dios realiza mediante ellos lo que no pueden hacer por sí mismos; pero nadie debe esperar tener éxito independientemente y mediante sus propios esfuerzos. Ha de haber actividad unida a una firme confianza en Dios.5TPI 377.1

    La economía es necesaria en todos los departamentos de la obra del Señor. La actitud natural de la juventud de estos días es descuidar y despreciar la economía y confundirla con la tacañería y la estrechez. Pero la economía concuerda con los puntos de vista y sentimientos más amplios y liberales; no puede haber verdadera generosidad donde no se la práctica. Nadie debiera pensar que es denigrante estudiar la economía y las mejores maneras de disponer de las migajas. Dijo Cristo: “Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada”. Juan 6:12.5TPI 377.2

    Una cantidad considerable de dinero se puede gastar en cuentas de hotel que no son de ninguna manera necesarias. La causa de Dios era tan preciosa para los pioneros de este mensaje, que raras veces tomaban una comida en un hotel, aunque costaba apenas unos veinticinco centavos cada una. Pero, en general, los hombres y mujeres jóvenes no están enseñados a economizar, y hay desperdicio sobre desperdicio por dondequiera. Algunas familias desperdician en forma tan vil que alcanzaría para sostener a otra familia si se practicara una economía razonable. Si al viajar, nuestra juventud llevara cuenta exacta del dinero que gasta, artículo tras artículo, sus ojos se abrirían para ver las pérdidas. Aunque no les toque privarse de comidas calientes, como lo hicieron los primeros obreros en su vida ambulante, aprenderán a suplir sus verdaderas necesidades con menos gasto del que ahora creen necesario. Hay personas que practican la abnegación limitando sus gastos lo más que pueden. Sería bueno que todos nuestros obreros imitaran su ejemplo de sacrificio y abnegación.5TPI 377.3

    Tenemos una gran obra que hacer por el Maestro: abrir la Palabra de Dios ante los que están en las tinieblas del error. Amigos jóvenes, actuad como quienes tienen un encargo sagrado. Debéis ser estudiantes de la Biblia, siempre listos a dar a cada persona que os pregunte la razón de la esperanza que hay en vosotros. Mediante vuestra dignidad, demostrad evidencia de que sabéis que tenéis una verdad que a la demás gente le conviene oír. Si esta verdad está compenetrada en el alma, se manifestará en el rostro y en el comportamiento, mediante un sosegado y noble dominio propio y una paz que solamente un cristiano es capaz de poseer.5TPI 378.1

    Los que poseen una humildad genuina y cuyas mentes han sido expandidas por las verdades desplegadas en el Evangelio, tendrán una influencia que se sentirá. Impresionarán las mentes y los corazones y la mayoría de la gente los respetará, aun los que no simpaticen con su fe. Con las verdades bíblicas y nuestros valiosos periódicos, tendrán éxito porque el Señor allanará el camino ante ellos. Pero el ofrecer a la gente nuestras revistas como obsequios y premios no ejercerá influencia permanente para el bien. Si nuestros obreros actuaran dependiendo de las verdades bíblicas, del amor de Cristo y del amor por las almas en sus corazones, lograrían más al obtener suscriptores permanentes que si dependieran de premios y bajos precios. La importancia que se da a estos incentivos para que el público adquiera la revista da la impresión de que ésta no posee ningún mérito. Los resultados serían mejores si se diera la importancia a la publicación misma y se reservara el dinero destinado a los premios para distribuir Números gratuitos. Cuando se ofrecen premios, algunos deciden comprar la revista que de otra manera no la hubieran comprado, pero otros rehusarán suscribirse porque piensan que es una especulación. Si el colportor presentara los valores de la revista en sí, con su corazón puesto en el Señor para obtener el éxito, dependiendo menos de los premios, lograría mucho más.5TPI 378.2

    En estos días se alaba y exalta lo trivial. Hay interés en cualquier cosa que despierte sensación y se venda bien. El país está inundado de publicaciones totalmente sin valor, escritas con miras lucrativas, mientras que los libros verdaderamente valiosos no se venden ni se leen. Los que manejan esta literatura sensacionalista, porque al hacerlo ganan salarios más elevados, están pasando por alto una preciosa oportunidad de obrar el bien. Hay batallas que librar para ganar la atención de hombres y mujeres e interesarlos en libros verdaderamente valiosos que tienen la Biblia como fundamento; y será una lucha aún mayor encontrar obreros concienzudos y temerosos de Dios que entren en el campo para diseminar estos libros con el propósito de esparcir la luz.5TPI 378.3

    El obrero que tiene la causa de Dios en el corazón no insistirá en recibir el salario más elevado. No sostendrá, como algunos jóvenes lo han hecho, que a menos que pueda presentarse con una apariencia elegante y a la moda, y alojarse en los mejores hoteles, no está dispuesto a trabajar. Lo que el colportor necesita no es indumentaria impecable, o la palabra del petimetre o el payaso, sino la honestidad e integridad de carácter que se refleja en el rostro. La bondad y la gentileza se dibujan en el rostro, y el ojo experto no ve engaño, no vislumbra ostentación en el comportamiento.5TPI 379.1

    Muchos han entrado en el campo como colportores, para quienes los premios son el único medio de alcanzar el éxito. No tienen verdadero mérito como obreros. No tienen experiencia en la religión práctica; tienen las mismas faltas, el mismo gusto y la misma complacencia propia que los caracterizaba antes de que afirmaran ser cristianos. De ellos se pudiera decir que Dios no está en sus pensamientos; él no mora en su corazón. Hay una pequeñez, una mundanalidad, una degradación en su carácter y comportamiento, que dan testimonio contra ellos de que están siguiendo el camino de su propio corazón y andando a la vista de sus propios ojos. No practican la abnegación, sino que están determinados a gozar la vida. El tesoro celestial no tiene atractivo para ellos; todas sus preferencias son de abajo, y no de arriba. Los amigos y familiares no pueden tener en alto a tales personas, porque éstas no están dispuestas a despreciar el mal y escoger el bien.5TPI 379.2

    Mientras menos confiemos en estas personas, que no son pocas sino muchas, mejor aparecerá la obra de la verdad presente ante el mundo. Nuestros hermanos deben mostrar discreción en la selección de colportores, a menos que hayan decidido dejar que la verdad sea mal entendida y mal representada. Deben darles buena paga a todos los que son obreros de verdad; pero la suma no debe aumentarse para comprar colportores, porque este procedimiento les hace daño. Los vuelve egoístas y despilfarradores. Procurad impresionarlos con el espíritu de la verdadera obra misionera y con las calificaciones necesarias para asegurar el éxito. El amor de Jesús en el alma hará que el colportor considere un privilegio trabajar para esparcir la luz. Estudiará, trazará planes y orará para recibir la dirección divina.5TPI 379.3

    Se necesitan jóvenes que sean hombres de entendimiento, que aprecien las facultades intelectuales que Dios les ha dado, y que las cultiven con el mayor cuidado. El ejercicio engrandece estas facultades y si no se descuida el cultivo del corazón, el carácter resultará equilibrado. Los medios para lograr el mejoramiento están al alcance de todos. Entonces, que ninguno defraude al Maestro cuando él venga buscando fruto y se le presenten sólo hojas. Una determinación firme, santificada por la gracia de Cristo, hará maravillas. Jesús y los santos ángeles darán el éxito a los esfuerzos de hombres que temen a Dios y que hacen todo lo que está a su alcance para salvar almas. Silenciosamente, con modestia, con el corazón rebosando de amor, procuren convencer a otros para que investiguen la verdad, dando estudios bíblicos cuando les sea posible. Al hacerlo sembrarán semillas de verdad a orillas de las aguas, anunciando las virtudes de Aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. Los que están haciendo esta obra en base a buenos motivos, están realizando un ministerio importante. No manifestarán un carácter débil e indeciso. Sus mentes están creciendo, sus modales refinándose cada vez más. No debieran poner límites a su mejoramiento, antes cada día deben hacerse más aptos para realizar una buena obra.5TPI 380.1

    Muchos de los obreros en el campo del colportaje no están haciendo ningún sacrificio. Como grupo, tienen menos espíritu misionero que los obreros de cualquier otra denominación. Cuando el camino ha sido bien preparado para ellos, cuando pueden disfrutar de los salarios más elevados, entonces están dispuestos a entrar en el campo. A los vendedores se les presentan muchos incentivos para distribuir libros populares; se les ofrecen grandes salarios; y muchos rehúsan trabajar por menos salario para diseminar libros que tratan sobre la verdad presente. Por lo tanto, se aumentan los incentivos para competir con los que ofrecen otras publicaciones y como consecuencia, el precio al público resulta elevado; muchos de los colportores obtienen el dinero con facilidad y lo gastan libremente.5TPI 380.2

    Entre el pueblo que profesa la verdad presente no existe un espíritu misionero que corresponda a nuestra fe. El temple del oro puro falta en el carácter. La vida cristiana es más de lo que ellos piensan. No consiste en mera gentileza, paciencia, mansedumbre y bondad. Estas virtudes son esenciales; pero hacen falta también el valor, la fuerza, la energía y la perseverancia. Muchos que hacen la obra de colportaje son débiles. No tienen valor, carecen de espíritu, y se desaniman con facilidad. No tienen empuje. No poseen los rasgos positivos de carácter que infunden al hombre el poder de hacer algo, el espíritu y la energía que encienden el entusiasmo. La obra del colportor es una tarea honorable y no debiera actuar como si se avergonzara de ella. Si desea que sus esfuerzos tengan éxito, debe tener valor y confianza.5TPI 381.1

    Deben cultivarse tanto las virtudes activas como las pasivas. El cristiano, aunque está siempre dispuesto a dar la blanda respuesta que aparta la ira, debe poseer el valor de un héroe para resistir el mal. Con el amor que todo lo sufre, debe tener la fuerza de carácter que hará de su influencia un poder en favor del bien. La fe debe fraguarse en su carácter. Sus principios han de ser sólidos; debe ser una persona de espíritu noble, fuera del alcance de toda sospecha y vileza. El colportor no ha de ser infatuado. Al asociarse con los hombres, no debiera hacerse conspicuo, hablando de sí mismo con jactancia; porque si procede así, disgustaría a la gente inteligente y sensata. No ha de ser egoísta en sus hábitos ni altanero y dominante en sus maneras. Muchos han decidido en sus mentes que no pueden encontrar tiempo para leer uno de los diez mil libros que se publican y sacan al mercado. Y en muchos casos, cuando el colportor da a conocer el motivo de su visita, la puerta del corazón se cierra firmemente; de ahí la gran necesidad de hacer su obra con tacto y con un espíritu humilde y de oración. Debe estar familiarizado con la Palabra de Dios y tener palabras a su disposición para desenvolver la preciosa verdad y demostrar el gran valor del material de lectura que ofrece.5TPI 381.2

    Todos podrían sentir muy bien la responsabilidad individual de esta obra. Cada uno podría muy bien considerar cómo atraer mejor la atención, pues su manera de presentar la verdad puede decidir el destino de un alma. Si da una impresión favorable, su influencia puede ser para esa alma un sabor de vida para vida; y esa sola persona, iluminada por la verdad, puede iluminar a muchas otras. Por lo tanto, es peligroso hacer una labor descuidada al tratar con las mentes.5TPI 382.1

    La obra del colportaje es el medio que Dios usa para alcanzar a muchos que de otra manera no serían impresionados con la verdad. Es una obra buena, el objetivo es elevado y ennoblecedor; y debiera haber una correspondiente dignidad en la conducta. El colportor encontrará mentes de diversas clases. Conocerá personas ignorantes y degradantes que no aprecian nada más que el dinero. Estas serán ofensivas, pero él debe ignorarlas. Nunca debe fallar su buena disposición; debe enfrentar las dificultades con gozo y esperanza. Se encontrará con personas enlutadas, abatidas, doloridas y heridas en espíritu. Tendrá muchas oportunidades de hablarles palabras bondadosas y expresiones de ánimo, esperanza y fe. Puede ser un manantial que refresque a los demás si así lo desea; pero para hacerlo deberá él mismo beber de la Fuente de la verdad viva.5TPI 382.2

    La obra del colportaje es más importante de lo que muchos la han considerado, y se debe tener mucho cuidado y sabiduría al emplear y seleccionar hombres para este ministerio. A los jóvenes se los puede preparar para que hagan un trabajo mejor del que se ha realizado y con menos pago que el que muchos han recibido. Levantad el estandarte y que los desinteresados y abnegados, los que aman a Dios y a la humanidad, se unan al ejército de obreros. Que vengan, no esperando comodidad, sino con valor y buen ánimo puedan enfrentar los desprecios y dificultades. Que vengan los que puedan rendir un buen informe de nuestras publicaciones, porque ellos mismos aprecian su valor.5TPI 382.3

    Que el Señor ayude a todos a mejorar hasta lo sumo los talentos que se les han encomendado. Los que trabajan en esta causa no estudian sus Biblias como debieran. Si lo hicieran, sus enseñanzas prácticas surtirían un buen efecto en sus vidas. No importa cuál sea vuestra obra, queridos hermanos y hermanas, hacedla para el Maestro y haced lo mejor que podáis. No paséis por alto las oportunidades de oro presentes y no permitáis que vuestra vida sea un fracaso mientras os sentáis ociosamente soñando con la comodidad y el éxito en una obra para la cual Dios nunca os ha capacitado. Haced la obra que esté a vuestro alcance. Hacedla, aunque sea en medio de peligros y penurias en el campo misionero; pero os ruego, no os quejéis de las dificultades y de los sacrificios personales. Considerad a los valdenses. Ved qué planes trazaron ellos para que la luz del Evangelio pudiera brillar en las mentes entenebrecidas. No debemos trabajar con miras a recibir nuestra recompensa en esta vida, sino con nuestros ojos fijos tenazmente en el premio que se nos otorgará al fin de la jornada. Se necesitan ahora hombres y mujeres que sean tan fieles al deber como la brújula al polo, hombres y mujeres que trabajen sin que sea necesario que se les suavice el camino y se saquen los obstáculos.5TPI 382.4

    He descrito lo que los colportores deben ser; y quiera el Señor abrir sus mentes para que comprendan este tema en todas sus dimensiones, y que reconozcan su deber de representar el carácter de Cristo por medio de su paciencia, valor e integridad constantes. Que no olviden que pueden negarlo a través de un carácter débil e indeciso. Jóvenes, si lleváis estos principios con vosotros al campo del colportaje, seréis respetados; y muchos creerán la verdad que profesáis, porque vivís vuestra fe, porque vuestra vida cotidiana es como una luz brillante puesta sobre un candelero, que alumbra a todos los que están en la casa. Aun vuestros enemigos, por más que les hagan la guerra a vuestras doctrinas, os respetarán; y cuando hayáis logrado todo esto, vuestras palabras sencillas tendrán poder y llevarán la convicción a los corazones. 5TPI 383.1

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