Al día siguiente volvió a partir, esta vez rumbo a Riseley, una pequeña ciudad cerca de Wellingborough, donde los pastores Lane y Durland habían estado celebrando reuniones en una carpa durante dos meses. Era un día lluvioso y nublado, pero había 400 personas esperando para escucharla; 300 estaban sentadas, y 100 de pie alrededor de la carpa. EGWE 48.4
La Sra. de White se sintió alentada por la actitud de los oyentes. “Escucharon fascinados”, escribió. “Parecían beber cada palabra. Después de la reunión, todos los que pudieron... me estrecharon la mano calurosamente diciendo: ‘Que Dios la bendiga por las palabras que habló... Que el Señor la guarde’”.—Carta 22, 1885. EGWE 48.5