Como la Sra. de White estaba resfriada, al viajar a Londres *Sus observaciones acerca de la capital inglesa están registradas en Life Sketches,384; Mensajes Selectos 2:411; Testimonies for the Church 6:25, 26 y Evangelism, 415, 416. al día siguiente se sintió mal durante todo el camino. ¿Qué nueva aventura la aguardaba en esa gran ciudad? EGWE 49.1
Guillermo White se adelantó para encontrar a Enrique Kellogg, y ambos la esperaban cuando ella llegó. Enrique Kellogg, que no tenía ninguna relación con el Dr. Juan H. Kellogg, era un comerciante adventista que había estado antes a cargo de la Review and Herald Publishing House. Llegó a Europa en 1885 para ayudar a establecer la casa editora en Basilea, para comprar equipos y colaborar con la obra de publicaciones en Gran Bretaña y Escandinavia. EGWE 49.2
Después de llegar a Londres, el 27 de agosto alrededor de mediodía, Elena G. de White hizo una breve caminata, pero al poco tiempo tuvo que irse al hotel. Al día siguiente, viernes, ella y sus compañeros se encontraron con W. M. Jones, pastor de la Iglesia Bautista del Séptimo Día en Londres y director del Sabbath Memorial. Jones los guió en una recorrida por el famoso Museo Británico. Acerca de ese paseo la Sra. de White comentó: “No hubiéramos visto mucho sin la compañía e información que nos brindó el pastor Jones”.—Manuscrito 16a, 1885. EGWE 49.3
Después de la visita al famoso museo, el grupo partió en tren para Southampton. Esa noche, en una casa particular, ella habló durante cuarenta minutos a los miembros de la iglesia y al día siguiente, sábado, predicó dos veces. EGWE 49.4
El domingo de mañana su resfrío había empeorado, pero acompañó a los demás durante una breve visita a las ruinas de algunos antiguos edificios y muros romanos. El paisaje y el paseo la fascinaron, pero regresó al hotel con palpitaciones en la cabeza. Me parecía que “cada uno de mis nervios temblaba”. Carta 22, 1885. Tenía que hablar esa noche, pero apenas podía pronunciar palabra. El hermano Durland había alquilado un gran salón y había hecho mucha propaganda, pero todos temían que iba a ser necesario cancelar la reunión. Guillermo White informó: EGWE 50.1
“Pasamos gran parte de la tarde orando, y confiamos en que el Señor la ayudaría como lo hizo en otras oportunidades. Mamá consintió en ir al salón para intentar hablar. Había unas 600 personas reunidas, y cuando ella comenzó a hablar con voz ronca dos a tres de los presentes se retiraron. Pero en menos de cinco minutos se le aclaró la voz y habló durante una hora, con más vigor que en ninguna otra reunión en Inglaterra” (carta de Guillermo C. White, 18 de septiembre de 1885). EGWE 50.2