Loading...
Larger font
Smaller font
Copy
Print
Contents
Conflicto y Valor - Contents
  • Results
  • Related
  • Featured
No results found for: "".
  • Weighted Relevancy
  • Content Sequence
  • Relevancy
  • Earliest First
  • Latest First
    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents

    Al fin convertido, 12 de noviembre

    Juan 21:15-19.

    Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Juan 21:17.CV 322.1

    Esta pregunta escudriñadora del corazón era necesaria en el caso de Pedro y es necesaria en nuestro caso. La obra de restauración nunca puede ser completa a menos que se llegue a las raíces del mal. Una y otra vez los brotes han sido cortados, mientras se ha dejado la raíz de la amargura para que crezca y contamine a muchos; pero hay que ir a la misma raíz del mal escondido...CV 322.2

    Cuando por tercera vez Cristo preguntó a Pedro: “¿Me amas?” la sonda llegó al fondo del alma. Reprendido por su propia conciencia, Pedro cayó sobre la Roca, diciendo: “Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo”.CV 322.3

    Esta es la obra que está delante de cada alma que ha deshonrado a Dios y entristecido el corazón de Cristo al negar la verdad y la justicia. Si el alma examinada soporta el proceso de prueba sin que el yo despierte a la vida sintiéndose herido y ultrajado bajo la prueba, ese cuchillo agudo revela que el alma está realmente muerta al yo, mas viva para Dios.CV 322.4

    Algunos aseguran que si un alma tropieza y cae, nunca puede recobrar su posición; pero el caso que estamos considerando contradice esto... Al encomendar a su cuidado las almas por las que había dado su vida, Cristo dio a Pedro la evidencia más fuerte de su confianza en su restauración. Y no sólo se le encargó alimentar a las ovejas, sino a los corderos: una obra más amplia y más delicada que la que hasta entonces se le había asignado.—The S.D.A. Bible Commentary 5:1152.CV 322.5

    Pedro tenía ahora la humildad suficiente para comprender las palabras de Cristo, y sin dudar más, el discípulo que había sido inquieto, jactancioso, presuntuoso se volvió sumiso y contrito. Siguió de veras a su Señor: el Señor al cual había negado. El pensamiento de que Cristo no lo había negado ni rechazado era para Pedro luz, consuelo y bendición. Sintió que podía elegir ser crucificado, pero debía serlo cabeza abajo. Y aquel que tan estrechamente fue participante de los sufrimientos de Cristo será también participante de su gloria cuando él “se sentará en su trono de gloria”.—Ibid.*Hechos 19-21CV 322.6

    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents