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    RESPUESTA

    Sr. Jones. — Señor Presidente. Ciertamente es verdad, hasta ahora, que sería inaudito que un bautista del séptimo día, o que un adventista del séptimo día sea dueño de taberna. Pero si se impusieran leyes dominicales con una cláusula de exención en favor de aquellos que observan el séptimo día, esto no sería una cosa desconocida por mucho tiempo. Es cierto, también, que tal hombre no obtendría membresía en ninguna iglesia bautista del séptimo día o adventista del séptimo día. Pero, ¿qué impediría a los observadores de la taberna de organizar iglesias bautistas del séptimo día o adventistas del séptimo día propias, y para sí mismos? ¿Qué les impediría a ellos, o a alguna clase de comerciantes, organizar sus propias iglesias, elegir sus propios oficiales, y aun ordenar sus propios pastores, y llamarse a sí mismos bautistas del séptimo día o adventistas del séptimo día? Nada se lo impediría, excepto que, de hecho, el Estado mismo tomara a su cargo a todas las iglesias y doctrinas del séptimo día, y se ocupara de su organización y de la admisión de miembros. Esto es precisamente lo que se hizo antes. En los días de la teocracia de Nueva Inglaterra, Massachusetts promulgó una ley que, —LDN 117.1

    Para el futuro, ningún hombre será admitido a la libertad de este cuerpo político, sino solo a los que son miembros de algunas de las iglesias dentro de los límites del mismo.LDN 117.2

    Había un número considerable de hombres que no eran miembros de ninguna de las iglesias, y que no podían serlo, porque no eran cristianos. Estos hombres comenzaron a constituirse en iglesias propias. El siguiente paso que debían dar las autoridades, y lo dieron, fue promulgar una ley que, —LDN 117.3

    En vista de que se ha encontrado por triste experiencia que mucha dificultad y perturbación ha ocurrido dentro de la Iglesia y del Estado civil de parte de los oficiales y miembros de algunas iglesias, que se han reunido… de manera indebida, … se ordena que… esta Corte no aprobará, ni lo hará de aquí en adelante, a ninguna compañía de hombres que de aquí en adelante se unan en alguna manera pretendida de compañerismo de iglesia, sin primero hacer conocer a los magistrados y ancianos de […] las iglesias, de sus intenciones, y obtener de ellos su aprobación. — Emancipación of Massachusetts, pp. 28-30.LDN 118.1

    Por esto, caballeros, verán que la promulgación de esta ley dominical, aunque es el primer paso, no será de ningún modo el último, y eso en más de una dirección. Su oferta de una cláusula de exención es una confesión voluntaria de que la imposición de una ley sin ella sería injusta; pero si la cláusula de exención es incorporada y mantenida en su estrictez, toda la ley es anulada de inmediato. Al Congreso le convendría obtener sabiduría de esta perspectiva, y rehusar totalmente a tener algo que ver con el tema. Todo el asunto está más allá de la jurisdicción del poder civil, y el poder civil no podría hacer nada mejor que dejarlo enteramente.LDN 118.2

    Pero el Dr. Lewis propone proteger contra toda dificultad, “exigiendo” que cada observador del séptimo día “trajera una certificación oficial de su relación con una iglesia observadora del sábado”. Esto no terminaría con las dificultades; porque, como he mostrado, inevitablemente transferiría al Estado la decisión de qué constituye una iglesia genuina observadora del sábado. Pero esa no es la peor característica de esta sugerencia. Si el Dr. Lewis oficialmente representa la denominación bautista del séptimo día, y propone que su denominación reciba voluntariamente un “boleto de libertad condicional”, no tengo objeciones específicas; eso no es de nuestra incumbencia; pero me parece una proposición extremadamente generosa, o al menos un procedimiento extraordinario. Yo digo que ellos pueden hacer esto, si quieren. Pero en cuanto a mí y a los adventistas del séptimo día en general, no solo como cristianos, sino como ciudadanos norteamericanos, repudiamos con desdén y rechazamos con total desprecio todo principio de una sugerencia tal. Como ciudadanos de los Estados Unidos, y como cristianos, absolutamente y para siempre rehusamos ponernos en “libertad condicional” por cualquier propuesta tal.LDN 118.3

    NOTA. — Que mi argumento al principio no era tan sin fundamento ni “totalmente” imaginario como supuso el Dr. Lewis, ha sido concluyentemente demostrado, aún para él mismo, desde que hubo esta audiencia. La columna “Perla de los Días” del Mail and Express de Nueva York, el órgano oficial de la Unión Dominical Norteamericana, en marzo de 1889, fijó la siguiente declaración del Times de Plainfield [N. J.] [sin fecha]:LDN 118.4

    Como regla, Plainfield, N. J., es una ciudad muy tranquila en domingo. La provisión de licores y los negocios de cigarros están cerrados por la imposición de una ordenanza de la ciudad. Si un residente quiere un cigarro, tiene que dárselo uno de los muchos farmacéuticos que rehúsan vender en domingo, o ir a los dos comerciantes que tienen permiso para abrir sus comercios en domingo porque observan el séptimo día como su día de reposo. Hace algún tiempo un hombre de fe católica, que le interesaban los negocios en domingo en esa línea, llegó a ser un asistente regular de la iglesia bautista del séptimo día. Finalmente pidió ser admitido en la membresía de la iglesia. Un miembro de la directiva oficial fue advertido de que el solicitante de la feligresía solo lo hacía por fines comerciales. Fue examinado cuidadosamente por los oficiales de la iglesia, y finalmente admitió que quería abrir un negocio de venta de cigarros y poder hacerlo en domingo. El hombre apareció en el lugar equivocado pidiendo ayuda en cumplir sus propósitos mercenarios. No fue recibido en la feligresía.LDN 119.1

    Parece un poco irónico que esto ocurriera con el mismo grupo a quien el Dr. Lewis representaba, y en la misma ciudad donde vive el mismo Dr. Lewis.LDN 119.2

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