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De La Ciudad Al Campo - Contents
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    Sección I - El llamado a dejar las ciudades

    Los peligros de las ciudades

    “Pocos se dan cuenta de la importancia de rehuir, hasta donde sea posible, todas las compañías que no favorezcan la vida religiosa. Al elegir su ambiente, pocos son los que hacen de la prosperidad espiritual su primera consideración.CC 5.1

    “Los padres acuden con sus familias a las ciudades porque se imaginan que allí es más fácil ganarse la vida que en el campo. Los hijos, no teniendo que hacer cuando no están en la escuela, obtienen una educación callejera. De las malas compañías adquieren hábitos de vicio y disipación. Los padres ven todo esto, pero la corrección de su error requeriría un sacrificio, y permanecen donde están, hasta que Satanás obtiene pleno dominio de sus hijos.CC 5.2

    “Mejor es sacrificar toda y cualesquier consideración mundanal antes que poner en peligro a las almas preciosas confiadas a su cuidado. Serán asaltados por tentaciones, y se les debe enseñar a enfrentarlas; pero es vuestro deber suprimir toda influencia, romper todo hábito, cortar todo vínculo que les impidan realizar la entrega más libre, abierta y cordial de ustedes mismos y de vuestras familias a Dios.CC 5.3

    “En vez de la ciudad atestada, busquen algún lugar apartado, donde vuestros hijos estén, hasta donde se pueda, escudados de la tentación, y allí entreténganlos y edúquenlos para ser útiles. El profeta Ezequiel enumera así las causas que condujeron al pecado y la destrucción de Sodoma: ‘Soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso’ [Eze. 16:49]. Todo los que quieran escapar a la suerte de Sodoma deben rehuir la conducta que trajo los juicios de Dios sobre esa ciudad perversa” (Testimonios para la iglesia, t. 5, pág. 215 [1882]).CC 5.4

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