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Manuscritos Inéditos Tomo 1 (Contiene los manuscritos 19-96) - Contents
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    Manuscrito 48—El uso del diezmo

    No para necesidades comunes de la casa de Dios. Me han llegado cartas de Oakland y de Battle Creek, indagando sobre el destino dado al diezmo, cuyos remitentes suponían que estaban autorizados a usar el dinero del diezmo para cubrir los gastos de la iglesia, ya que esos gastos eran muy cuantiosos. Según lo que me ha sido mostrado, el diezmo no ha de salir de la tesorería. Cada centavo de este dinero es el tesoro sagrado del propio Señor, que ha de usarse para un propósito especificado. [...]MI1 175.1

    La luz que el Señor me ha dado sobre este asunto es que no se usen con ningún otro propósito los medios de la tesorería, sino para el sustento de los pastores de los distintos territorios. Si se entregase el diezmo con honestidad y el dinero que entra en la tesorería se controlara meticulosamente, los pastores recibirían un salario justo. [...]MI1 175.2

    El pastor que trabaja debería ser sustentado . Pero, a pesar de ello, los que presiden la obra ven que no hay dinero en la tesorería para pagar al pastor. Sustraen el diezmo paraMI1 175.3

    _______________

    Solicitado para su general conocimiento. otros gastos, como atender las necesidades del templo o de alguna obra de beneficencia. Dios no es glorificado con ninguna de esas actuaciones. Tenemos que elevar nuestra voz contra este tipo de gestión. Que los que tienen cómodos hogares y no son llamados a dejar su familia lo tengan en cuenta. Los privilegiados que disponen de templos, como en Battle Creek y Oakland, dos de nuestras mayores iglesias, deberían aportar donativos y ofrendas. Que se haga labor de casa en casa para exponer ante las familias de Battle Creek y Oakland su deber en la responsabilidad de todos para cubrir estos gastos, que pueden ser denominados comunes o materiales, y que no se robe a la tesorería. No ha habido dinero en la tesorería para suplir a los pastores para el servicio a Dios. [...]

    Los que han usado el dinero del diezmo para suplir las necesidades comunes de la casa de Dios han tomado el dinero que debería ir a sostener a los ministros en la ejecución de la obra [del Señor], en la preparación del camino para la segunda venida de Cristo. Tan ciertamente como que ustedes hacen esta obra, aplican indebidamente los recursos que Dios les ha dicho que retengan en su tesorería, para que pueda estar rebosante, para que esos recursos sean usados en su servicio. Cuantos han tomado parte en esta obra deberían avergonzarse. Han usado su influencia para sustraer de la tesorería de Dios un fondo que está dedicado a un propósito sagrado. La bendición del Señor se retirará de los que hagan eso. El dinero del diezmo es siempre sagrado. [...]MI1 176.1

    Sé por la luz que el Señor me ha dado que debería haber muchos obreros en California. Debería haber obreros en Michigan y, no obstante, los hombres plantean dudas relativas al uso del diezmo para propósitos distintos de lo que el Señor ha especificado. En California, en todas nuestras ciudades de Estados Unidos, por los caminos y las veredas, deberían surgir hombres como obreros consagrados que proclamen el mensaje de advertencia.— Ms 17, 1897, pp. 1-8 («The Use of the Tithe” [El uso del diezmo], 14 de marzo de 1897).MI1 176.2

    Compartir el dinero del Señor con territorios necesitados . En algunas de las grandes Asociaciones es posible que el diezmo resulte más que suficiente para sostener a los obreros que ahora están en el campo. Esto, sin embargo, no autoriza que sea usado para ningún otro fin. Si las Asociaciones estuvieran haciendo la obra que Dios desea que hagan, habría muchos más obreros en el campo, y la demanda de fondos aumentaría muchísimo. Las Asociaciones deberían sentir preocupación por los territorios allende sus propias fronteras. Hay misiones que sostener en lugares donde no hay ni una sola iglesia ni diezmo alguno, y también donde los creyentes son neófitos y los diezmos limitados. Si ustedes tienen medios que no se necesitan después de pagar a sus pastores de forma generosa, envíen el dinero del Señor a esos lugares necesitados. Me ha sido dada luz especial respecto a esto. Escuchaba yo la voz de un Mensajero celestial, y las instrucciones que recibí fueron que las iglesias que contaban con edificios e instalaciones deberían apoyar a las misiones en países extranjeros.— Ms 139, 1898, p. 16 («An Appeal for Missions» [Un llamamiento para las misiones], 21 de octubre de 1898).MI1 176.3

    Una solemne advertencia. Hoy recibimos su carta, donde usted hace referencia a la cuestión relativa a la aplicación de los diezmos para gastos imprevistos relacionados con la iglesia. Dice usted que esto lleva años sin hacerse en . Me alegra saberlo. Respondo según la luz que Dios me ha dado recientemente y que me ha constreñido a escribir sobre esto: Es un error que nuestras iglesias se apropien del diezmo para otro propósito que no sea para sostener al cuerpo pastoral. El Señor no obrará en favor de ustedes si hacen eso. [...]MI1 177.1

    El diezmo no puede dedicarse a gastos imprevistos. Eso es responsa-bilidad de los miembros de iglesia. Tienen que sostener a su iglesia mediante sus donativos y sus ofrendas. Cuando se vea y se aplique esto en todos los aspectos, no habrá dudas sobre la cuestión. A través de su siervo Malaquías, el Señor da una advertencia muy solemne con referencia a este asunto, declarando: «Entreguen completos los diezmos en mi tesorería, y habrá alimento en mi templo. Con esto pueden ponerme a prueba: verán si no les abro las ventanas de los cielos y derramo sobre ustedes abundantes bendiciones. Lo digo yo, el Señor de los ejércitos” (Mal. 3: 10, RVC).MI1 177.2

    El Señor me ha revelado que los miembros de la iglesia de aprenderán a negarse a sí mismos cuando se consagren a Dios, cuando practiquen la economía como hijos e hijas de Dios de corazón sincero; cuando gasten mucho menos para la ostentación externa y se vistan con sencillez sin complicaciones ni adornos innecesarios; cuando su fe y sus obras se correspondan, entonces serán los auténticos misioneros del Señor y tendrán discernimiento y comprensión espiritual claros. Tendrán sensación de lo sagrado de la obra de Dios. Verán la necesidad de que el dinero del diezmo se ingrese con fidelidad en la tesorería y se reserve para la obra sagrada a la que Dios ha indicado que se dedique: llevar el último mensaje de misericordia a un mundo caído. El pueblo de Dios ha de enarbolar el estandarte de la verdad en todo lugar en el que no se haya proclamado el mensaje de misericordia.MI1 177.3

    Toda alma que reciba la honra de ser mayordomo de Dios ha de guardar meticulosamente el dinero del diezmo. Este es un recurso sagrado. El Señor no aprobará que ustedes tomen prestado este dinero para ninguna otra obra. Hacerlo provocará males que no pueden discernir ahora. No ha de ser manipulado por la iglesia de ; porque hay misioneros que han de ser sustentados en otros lugares donde no hay ninguna iglesia ni ningún diezmo. Cuando los hombres que, como men-sajeros de Dios, tienen una labor que cumplir, la realicen de forma honesta, la iglesia de se ocupará de los deberes que le pertenecen individualmente. Los miembros aportarán los medios para sostener esos gastos adicionales. Pero al usar el diezmo para esos gastos, o para cubrir las deudas surgidas en líneas de negocio, ustedes les están eximiendo de una carga que como iglesia deberían soportar.MI1 178.1

    El tiempo, el tan precioso tiempo, pasa rumbo a la eternidad, y queda sin llevarse a cabo la labor que debería haberse hecho para salvar a las almas que perecen. Aparten sus manos del fondo de reserva del Señor. Esos recursos han de hacer mucho bien antes de que termine el tiempo de gracia. No se está haciendo ni la centésima parte del trabajo que se debería haber hecho en California. Los obreros dedicados a la obra misionera son pocos. Me resulta sumamente doloroso ver el poco esfuerzo abnegado que se hace para educar a la iglesia de manera que sus miembros se concienticen de su responsabilidad individual y de lo necesario que es el altruismo. Fíjese en las congregaciones que entran en las casas de culto de y , y vea cuánto dinero se gasta en vestido que debería ir a la causa del Señor. Pero ustedes no pueden, como hombres responsables, ser considerados inocentes a la vista de Dios, a no ser que practiquen ustedes mismos más economía y abnegación, a no ser que den un testimonio que se abra paso hasta el corazón de la autocomplacencia.MI1 178.2

    Me rompe el corazón ver que la verdad más sagrada y solemne jamás dada a nuestro mundo tenga tan poca influencia en la vida y el carácter de muchos que profesan creer la Palabra de Dios. ¿Qué pasa? No se practica la verdad. La vida del Redentor del mundo es nuestro ejemplo en todo. Hay mucho más en la Palabra de Dios de lo que muchos han descubierto. Hay piedad práctica que debe introducirse en la vida y el carácter. Hay alturas y profundidades que podríamos alcanzar si hubiera menos autocomplacencia y más consagración a Dios. [...]MI1 178.3

    El Señor me ha mostrado que cuando aquellos que ocupan cargos cumplan con la parte que les toca y reduzcan sus muchas supuestas necesidades; cuando practiquen la abnegación que Dios ordena y fomenten la economía en todos los aspectos, como es su deber hacer dando ejemplo, habrá un testimonio solemne y directo, saldrán del gran centro de California corazones y labios tocados con fuego santo, y tendrá influencia en las iglesias más pequeñas.— Carta 81, 1897, pp. 1-5 (al hermano Jones, 27 de mayo de 1897).MI1 178.4

    Carta al pastor Daniells. Le hago llegar esta mañana [copia de] una carta destinada a los Estados Unidos y enviada allí ayer por la mañana, que le mostrará la consideración que me merece que el dinero del diezmo se use para otros propósitos.* Este es el fondo especial de rentas del Señor, para un propósito especial. Nunca había entendido yo este asunto tan bien como ahora. Habiéndoseme dirigido preguntas aquí para que las contestara, he recibido indicaciones concretas del Señor en el sentido de que el diezmo es para un propósito especial, consagrado a Dios para sostener a los que ministran en la obra sagrada, como escogidos del Señor para hacer su obra no solo de sermonear, sino de servir. Deberían comprender todo lo que esto abarca. Ha de haber alimento en la casa de Dios. Los que creen en la verdad han de entregar un diezmo fiel al Señor, y los pastores deberían ser alentados y sostenidos por ese diezmo.— Carta 40, 1897, p. 1 (al pastor A. G. Daniells, 16 de marzo de 1897).MI1 179.1

    Patrimonio White, Washington, D. C., 22 de agosto de 1951

    _______________

    * Ver Special Testimonies, Serie A, nº 10, pp. 16-24.

    El número 46 se saltó.
    El número 47 es idéntico al 25 (pp. 53-59).

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