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    3—Seducciones peligrosas

    El gran conflicto entre Cristo y Satanás pronto ha de finalizar, y el maligno redobla sus esfuerzos para hacer fracasar la obra de Cristo en favor del hombre. El objetivo que el diablo trata de lograr es, hasta que termine la mediación del Salvador, mantener a las personas en la impenitencia y la oscuridad. Cuando en la iglesia prevalece la indiferencia, él no se preocupa. Pero cuando las almas preguntan: “¿Qué debo hacer para ser salvo?”, entonces se hace presente para oponerse con su poder a Cristo y contrarrestar la influencia del Espíritu Santo.GE 21.1

    En una ocasión, cuando los ángeles vinieron a presentarse delante del Señor, Satanás también vino, no para reverenciar al Rey eterno, sino para hacer triunfar sus malignos designios contra los justos (ver Job 1:6). Y así también ahora está presente cuando los hombres se reúnen para realizar un culto, y trabaja con diligencia para dominar la mente de los adoradores. Cuando ve al mensajero de Dios estudiando las Escrituras, toma nota del tema que ha de ser presentado. Entonces hace uso de toda su astucia y pericia para arreglar las cosas de tal modo que el mensaje de la vida no llegue a aquellos a quienes está engañando precisamente en ese punto. Quienes más necesitan la amonestación serán urgidos a ocuparse en algún negocio, o impedidos de alguna otra manera, para que no escuchen la Palabra.GE 21.2

    Satanás ve a los siervos de Dios agobiados a causa de la oscuridad que rodea al pueblo. Él escucha sus oraciones por medio de las cuales piden gracia divina y poder para quebrantar el ensalmo de la indiferencia y la indolencia. Entonces, con renovado celo, tienta a los hombres a complacer el apetito o cualquier otra forma de sensualidad, y así adormece sus sensibilidades de manera que dejen de escuchar precisamente las cosas que más necesitan aprender.GE 22.1

    Satanás sabe que todos los que descuidan la oración y el estudio de la Biblia serán vencidos por sus ataques. Por tanto inventa todo recurso posible para ocupar su mente. Sus ayudadores, que son su mano derecha, están siempre activos cuando Dios trabaja. Ellos presentarán a los más fervientes y abnegados siervos de Cristo como engañados o engañadores. Su obra consiste en torcer los motivos de todo acto noble, hacer circular insinuaciones y levantar sospechas en la mente de los que carecen de experiencia. Pero puede verse fácilmente de quién son hijos, el ejemplo de quién siguen y la obra de quién realizan. “Por sus frutos los conoceréis” (S. Mateo 7:16; ver también Apocalipsis 12:10).GE 22.2

    La verdad santifica - El gran engañador tiene muchas herejías preparadas para adecuarse a los diversos gustos de aquellos a quienes quiere arruinar. Su plan consiste en introducir en la iglesia elementos hipócritas, no regenerados, que estimularán la duda y la incredulidad. Muchos que no tienen verdadera fe en Dios aceptan solo algunos principios de verdad y pasan por cristianos, y así pueden introducir errores como si fueran doctrinas de las Escrituras. Satanás sabe que la verdad, recibida con amor, santifica el alma. Por tanto, trata de sustituirla por falsas teorías, fábulas y otro evangelio. Desde el comienzo, los siervos de Dios han luchado contra falsos maestros, que no son solamente hombres viciosos, sino también quienes enseñan falsedades fatales para el alma. Elias, Jeremías, San Pablo, firmemente se opusieron a los que apartaban a los hombres de la Palabra de Dios. El liberalismo que considera una fe correcta como algo sin importancia no encontraba el favor de los santos defensores de la verdad.GE 22.3

    Las interpretaciones vagas y fantasiosas de las Escrituras, y las teorías conflictivas que imperan en el mundo cristiano, son obra de nuestro gran adversario para crear confusión mental. La discordia y la división entre las iglesias se deben en gran medida a la costumbre de torcer las Escrituras para tratar de fundamentar una idea favorita.GE 22.4

    Con el propósito de sostener doctrinas erróneas, algunos se valen de pasajes de la Biblia separados de su contexto, mencionando solamente la mitad de un versículo para probar su punto, cuando la porción restante muestra que el significado es lo opuesto. Con la astucia de la serpiente, se atrincheran detrás de declaraciones desconectadas que usan para satisfacer deseos carnales. Otros se valen de figuras y símbolos, los interpretan para acomodarlos a su fantasía, con poca consideración hacia el testimonio de la Escritura como su propio intérprete, y entonces presentan sus ideas ilusorias como enseñanzas de la Biblia.GE 23.1

    La Biblia entera es una guía - Cuando se emprende el estudio de las Escrituras sin un espíritu de oración ni disposición a aprender, los pasajes más sencillos son privados de su verdadero significado. La Biblia entera debe ser dada al pueblo tal como está.GE 23.2

    Dios dio la segura palabra de la profecía; los ángeles y aun Cristo mis-mo vinieron para darles a conocer a Daniel y a San Juan las cosas que de-ben acontecer pronto (ver Apocalipsis 1:1). Los asuntos importantes que conciernen a nuestra salvación no fueron revelados de una manera tal que causaran perplejidad y desviaran a los que honradamente están bus-cando la verdad. La Palabra de Dios es clara para todos los que la estu-dian con espíritu de oración.GE 23.3

    Bajo el clamor de “¡Liberalismo!” *Es la aceptación de una mente abierta, o la tolerancia de diversos puntos de vista, independientemente de si las ideas expresadas concuerdan con la Bibli los hombres son enceguecidos por los engaños de su adversario. Él tiene éxito en reemplazar la Biblia por especulaciones humanas; así la Ley de Dios es puesta a un lado y las iglesias se hallan bajo la esclavitud del pecado mientras pretenden ser libres.GE 23.4

    Dios ha permitido que un diluvio de luz inundara el mundo en materia de descubrimientos científicos. Pero aun las más poderosas mentes, si no son guiadas por la Palabra de Dios, se descarrían en sus intentos por investigar las relaciones que existen entre la ciencia y la Revelación.GE 24.1

    El conocimiento humano es parcial e imperfecto; por tanto, muchos no pueden armonizar sus puntos de vista científicos con las Escrituras. Muchos aceptan meras teorías como hechos científicos, y piensan que la Palabra de Dios ha de ser probada por la “falsamente llamada ciencia” (1 Timoteo 6:20). Debido a que no pueden explicar al Creador y sus obras por las leyes naturales, consideran la historia bíblica indigna de confianza. Los que dudan del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento, demasiado a menudo dan un paso más y dudan de la existencia de Dios. Al perder su ancla, chocan contra las rocas de la incredulidad.GE 24.2

    Una obra maestra de los engaños de Satanás es mantener a los hombres haciendo conjeturas con respecto a lo que Dios no ha revelado. Lucifer estaba insatisfecho porque no le fueron revelados todos los secretos de los propósitos de Dios, y entonces descuidó lo que había sido revelado. Ahora él trata de poner en los hombres el mismo espíritu y así hacer que también rechacen los mandatos directos de Dios.GE 24.3

    Verdades rechazadas porque involucran una cruz - Cuanto menos espirituales se presenten las doctrinas y cuanto menos abnegación requieran, mayor será la aprobación con la que serán recibidas. Satanás está listo para satisfacer el deseo del corazón, y presenta el engaño en lu-gar de la verdad. Es así como el Papado logró dominar las mentes huma-nas. Y, al rechazar la verdad porque ella implica una cruz, los protestantes están siguiendo el mismo sendero. Todos los que procuren la conveniencia y la comodidad, para no estar en desacuerdo con el mundo, serán dejados para que reciban “herejías destructoras” como si fueran verdades (2 S. Pedro 2:1). Puede ser que alguno mire con horror algún engaño, pero recibirá prestamente otro. *En el libro completo, El conflicto de los siglos, los lectores encontrarán la historia de cómo la mayor parte del mundo cristiano se apartó gradualmente de las enseñanzas de la BibliaGE 24.4

    Errores peligrosos - Entre los agentes más engañosos del gran impostor están los milagros mentirosos del espiritismo. Cuando los hombres rechazan la verdad, caen presa de este engaño.GE 25.1

    Otro error doctrinal es el negar la deidad de Cristo, y pretender que él no existió antes de su advenimiento a este mundo. Esta teoría contradice las declaraciones de nuestro Salvador relativas a su relación con el Padre y a su preexistencia. Mina la fe en la Biblia como una revelación de Dios. Si los hombres rechazan el testimonio de la Escritura concerniente a la deidad de Cristo, es en vano razonar con ellos; ningún argumento, por concluyente que sea, puede convencerlos. Ninguno de los que sostienen este error puede tener una verdadera concepción de Cristo o del plan de Dios para la redención del hombre.GE 25.2

    Y otro error grave es la creencia de que Satanás no existe como un ser personal, que este nombre se usa en las Escrituras meramente para repre-sentar los malos pensamientos de los hombres y sus malos deseos.GE 25.3

    También está la enseñanza de que la segunda venida de Cristo ocurre a la muerte de cada individuo, un argumento que distrae las mentes de la venida personal de Jesús en las nubes del cielo. Satanás ha estado dicien-do: “Mirad, está en los aposentos” (ver S. Mateo 24:23-26), y muchos se han perdido por aceptar este engaño.GE 25.4

    Además, los hombres de ciencia pretenden que no puede haber ninguna respuesta a la oración; esto sería una violación de las leyes naturales, un milagro; y los milagros no existen, según ellos. El universo, dicen, está gobernado por leyes fijas, y Dios no hace nada contra esas leyes. Así presentan a Dios como sometido a sus propias leyes, como si estas pudieran anular la libertad de Dios.GE 25.5

    ¿No obraron milagros Cristo y sus apóstoles? El mismo Salvador está tan dispuesto a escuchar la oración de fe hoy como cuando anduvo en forma visible entre los hombres. Lo natural coopera con lo sobrenatural. Forma parte del plan de Dios el concedernos, en respuesta a la oración de fe, lo que no nos daría si no lo pidiéramos así.GE 25.6

    Escepticismo hacia la Biblia - Las doctrinas erróneas enseñadas por las iglesias remueven los hitos fijados por la Palabra de Dios. Pocos se detienen con el rechazo de una sola verdad. Casi todos van descartando uno tras otro los principios de la verdad, hasta que se convierten en incrédulos.GE 25.7

    Los errores de la teología popular han conducido a más de una persona al escepticismo. Es imposible para ellas aceptar doctrinas que violan el sentido común de la justicia, la misericordia y la benevolencia. Y, puesto que esas doctrinas son presentadas como enseñanzas de la Biblia, esas personas rehúsan recibir ese libro como la Palabra de Dios.GE 26.1

    Por otra parte, otros miran la Palabra de Dios con desconfianza porque ella reprueba y condena el pecado. Los que no están dispuestos a obedecer sus requerimientos se esfuerzan por derrocar su autoridad. No pocos se convierten en incrédulos con el fin de justificar su descuido del deber. Otros, demasiado amantes de la comodidad, no quieren realizar nada que implique abnegación, y adquieren una reputación de sabiduría superior al criticar la Biblia.GE 26.2

    Muchos sienten que es una virtud aliarse con la incredulidad, el escepticismo y la duda. Pero, bajo una apariencia de candor, se hallará que existe presunción y orgullo. Hay quienes se deleitan en encontrar en las Escrituras algo que confunda la mente de los demás. Algunos, al principio, razonan del lado erróneo por un mero amor a la controversia. Pero, habiendo expresado abiertamente su incredulidad, sienten que deben continuar manteniendo su posición. Así se unen a los impíos.GE 26.3

    Suficientes evidencias - Dios ha dado en su Palabra evidencias suficientes de su carácter divino. Sin embargo, las mentes finitas no pueden comprender plenamente los propósitos del Infinito. “¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!” (Romanos 11:33). A pesar de todo esto podemos discernir la misericordia y el amor ilimitados unidos a su infinito poder. Nuestro Padre en los cielos nos revelará tanto como nos conviene conocer; y más allá de ese punto debemos confiar en la Mano que es omnipotente, en el Corazón que está lleno de amor.GE 26.4

    Dios nunca quitará toda excusa para la incredulidad. Los que buscan ganchos para colgar sus dudas, los encontrarán. Y los que no quieren obedecer hasta que toda objeción haya sido quitada, nunca descubrirán la luz. El corazón irregenerado está en enemistad con Dios. Pero la fe es inspirada por el Espíritu Santo y florecerá al ser acogida. Nadie puede llegar a ser fuerte en la fe sin un esfuerzo determinado. Si los hombres se permiten cavilar, hallarán que sus dudas se confirmarán.GE 26.5

    A la vez, los que dudan y desconfían de la seguridad de su gracia des-honran a Cristo. Son árboles improductivos que les quitan el sol a las otras plantas, y que las harán decaer y morir bajo su sombra destructora. La obra de la vida de estas personas aparecerá como un testimonio permanente en contra de ellas.GE 27.1

    Existe solamente una línea de conducta que pueden seguir los que honradamente desean verse libres de las dudas: En lugar de poner en tela de juicio lo que no entienden, presten atención a la luz que ya brilla sobre ellos, y recibirán mayor luz.GE 27.2

    Satanás puede presentar una falsificación tan cercana a la verdad que engañe a los que están dispuestos a ser engañados, a los que anhelan ahorrarse el sacrificio exigido por la verdad. Pero es imposible mantener bajo su poder a una sola alma que honradamente desea conocer la verdad a toda costa. Cristo es la verdad y la “luz verdadera que alumbra a todo hombre” que viene “a este mundo”. “El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios” (S. Juan 1:9; 7:17).GE 27.3

    El Señor permite que su pueblo se vea sujeto a la tremenda prueba de la tentación, no porque a él le plazca verlo en problemas, sino porque esto es esencial para la victoria final de sus hijos. Dios, consecuentemente con su propia gloria, no puede protegerlos completamente de la tentación, pues el objetivo de la prueba es prepararlos para resistir todas las seducciones del mal. Ni los hombres malos ni los demonios pueden impedir que el pueblo de Dios -si confiesa sus pecados y se aparta de ellos, y reclama el cumplimiento de las promesastenga la presencia divina. Toda tentación, abierta o secreta, puede ser resistida con éxito, “no con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Zacarías 4:6).GE 27.4

    “¿Quién es aquel que os podrá hacer daño, si vosotros seguís el bien?” (1 S. Pedro 3:13). Satanás sabe bien que el alma más débil que habita en Cristo puede más que todas las huestes de las tinieblas. Por tanto busca apartar a los soldados de la cruz de su poderosa fortaleza, mientras que al mismo tiempo permanece al acecho, listo para destruir a los que se aventuran en su terreno. Podemos estar seguros solamente al confiar en Dios y al obedecer todos sus mandamientos.GE 28.1

    Ningún hombre está seguro un día o una hora sin oración. Rueguen al Señor que les conceda sabiduría para entender su Palabra. Satanás es un experto en citar las Escrituras para dar su propia interpretación a ciertos pasajes, y mediante lo cual espera hacernos tropezar. Debemos estudiar con humildad de corazón. A la vez que debemos estar constantemente en guardia contra los engaños de Satanás, debemos orar con fe continuamente: “No nos dejes caer en tentación” (S. Mateo 6:13, VM).GE 28.2

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