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Fe y Obras - Contents
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    Sólo dos clases: obedientes y desobedientes

    Hay sólo dos clases de personas sobre la tierra: los obedientes hijos de Dios y los desobedientes. En una ocasión Cristo presentó ante sus oyentes la obra del juicio de esta manera: “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.FO 43.3

    “Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.FO 44.1

    “Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”. Mateo 25:31-40.FO 44.2

    Así Cristo identifica su interés con el de la humanidad sufriente. Considera cada atención prodigada a sus criaturas, como realizada personalmente en su favor. Los que pretenden poseer la moderna santificación se adelantarían jactanciosamente, diciendo: “Señor, Señor, ¿no nos conoces? ¿No profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?” Las personas aquí descriptas, que formulan estas pretensiosas reclamaciones, aparentemente entrelazando a Jesús en todas sus acciones, representan de manera adecuada a los que alegan poseer la moderna santificación pero están en guerra con la ley de Dios. Cristo los llama hacedores de iniquidad porque son engañadores, que tienen el manto de la santidad para ocultar la deformidad de sus caracteres, la perversión interior de sus corazones impuros.FO 44.3

    Satanás ha descendido en estos días finales para obrar con todo engaño de impiedad en los que perecen. Su majestad satánica realiza milagros a la vista de falsos profetas, a la vista de los hombres, pretendiendo ser verdaderamente Cristo mismo. Satanás dota con su poder a los que le ayudan en sus engaños; por consiguiente, los que aseveran tener el gran poder de Dios sólo pueden ser discernidos por el gran detector: la ley de Jehová. El Señor nos advierte que si les fuera posible engañarían a los mismos escogidos. El ropaje de oveja parece tan real, tan genuino, que el lobo puede distinguirse únicamente cuando acudimos a la gran norma moral de Dios y allí descubrimos que son transgresores de la ley de Jehová.FO 45.1

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