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Fe y Obras - Contents
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    Una santificación que aleja de la Biblia

    Una cantidad de personas presentes en esta asamblea se adherían a la teoría popular de la santificación, y al exponerse las demandas de la ley de Dios y mostrarse el verdadero carácter de este error, un hombre se sintió tan ofendido que se levantó abruptamente y se retiró de la sala de reuniones. Posteriormente supe que había venido de Estocolmo para asistir a la asamblea. En una conversación con uno de nuestros pastores, el hombre afirmó que era perfecto y dijo que no necesitaba la Biblia, porque el Señor le indicaba directamente qué tenía que hacer; él estaba muy por encima de las enseñanzas de la Biblia. ¿Qué puede esperarse de los que siguen sus propias imaginaciones en lugar de la Palabra de Dios, sino que serán engañados? Los tales desechan el único detector de errores, y ¿qué impedirá que el gran engañador los lleve cautivos a su voluntad?FO 53.2

    Este hombre representa una clase. La santificación espuria directamente aleja de la Biblia. La religión es reducida a una fábula. Sentimientos e impresiones se erigen en criterio. Mientras profesan ser impecables y se vanaglorian de su rectitud, los que presumen de santos enseñan que los hombres están en libertad de transgredir la ley de Dios y que los que obedecen sus preceptos han sido destituidos de la gracia. Una presentación de las demandas de la ley levanta su oposición y excita su ira y desprecio. De ese modo revelan su carácter, por cuanto “los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden”. Romanos 8:7.FO 54.1

    El verdadero seguidor de Cristo no hará jactanciosas proclamaciones de santidad. El pecador es convencido de pecado por la ley de Dios. Ve su propia pecaminosidad en contraste con la perfecta justicia que la ley prescribe, y esto lo lleva a la humildad y el arrepentimiento. Se reconcilia con Dios por medio de la sangre de Cristo; y al continuar caminando con El, obtendrá una comprensión más nítida de la santidad del carácter de Dios y de la naturaleza trascendente de sus requerimientos. Verá más claramente sus propios defectos y sentirá la necesidad de un continuo arrepentimiento y una fe constante en la sangre de Cristo.FO 54.2

    El que lleva consigo un permanente sentido de la presencia de Cristo no puede entregarse a la confianza en sí mismo o a la justificación propia. Ninguno de los profetas o apóstoles formularon orgullosas pretensiones de santidad. Cuanto más se acercaron a la perfección del carácter, menos dignos y justos se vieron a sí mismos. Pero los que tienen la menor comprensión de la perfección de Jesús, cuyos ojos están menos dirigidos a El, son los que pretenden con más vehemencia ser perfectos.FO 54.3

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