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El Gran Movimiento Adventista - Contents
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    Primera regla: Instrucción especial

    El profeta Isaías, al hablar de los temas que existen en los últimos días, dice: “Ata el testimonio, sella la ley entre mis discípulos. Esperaré, pues, a Jehová, el cual escondió su rostro de la casa de Jacob, y en él confiará…Y si os dijeren: Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos? ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido”.5Isaías 8:16-20.GMA 249.3

    En este pasaje, se llama la atención a un pueblo ocupado en restaurar el sello a la ley de Dios, un pueblo que está esperando al Señor, ocupado en su servicio. Ellos lo esperan; es decir, están esperando su venida; esto, de paso, en un tiempo cuando los espíritus que profesan ser espíritus de los muertos les piden a la gente que los busquen. Algunos atienden sus llamados, y buscan a los muertos en busca de conocimiento; pero el Señor invita a su pueblo a buscarlo a él. Esto en esencia significa que lo buscan a él, él les dará instrucción especial. No necesitan buscar a los muertos, quienes no les pueden dar información; pues “nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol”; y “los muertos nada saben”.6Eclesiastés 9:6, 5.GMA 249.4

    En el pasaje citado arriba se da una regla por la cual se han de probar todas las comunicaciones: “si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido”. Todas las comunicaciones del Señor hablarán en armonía con su palabra y su ley.GMA 250.1

    Aplicando esta regla a los escritos de la Sra. White, yo diría que durante los últimos 52 años he leído cuidadosamente sus testimonios, comparándolos con la ley de Dios y los testimonios de la Biblia, y encuentro la más perfecta armonía entre los dos. Sus instrucciones no vienen a dar ninguna revelación nueva que tome el lugar de las Escrituras, sino más bien para mostrarnos dónde y cómo, en estos tiempos, la gente puede ser descarriada y alejada de la palabra. La posición que los testimonios de la Sra. White ocupan puede expresarse mejor con lo que ella misma ha escrito respecto de ellos:GMA 250.2

    “La Palabra de Dios basta para iluminar la mente más oscurecida, y puede ser entendida por los que tienen deseos de comprenderla. No obstante todo eso, algunos que profesan estudiar la Palabra de Dios se encuentran en oposición directa a sus más claras enseñanzas. Entonces, para dejar a hombres y mujeres sin excusa, Dios da testimonios claros y señalados, a fin de hacerlos volver a la Palabra que no han seguido.GMA 250.3

    “La Palabra de Dios abunda en principios generales para la formación de hábitos correctos de vida, y los testimonios, generales y personales, han sido calculados para atraer su atención más especialmente a esos principios… No estáis familiarizados con las Escrituras. Si os hubieseis dedicado a estudiar la Palabra de Dios, con un deseo de alcanzar la norma de la Biblia y la perfección cristiana, no habrías necesitado los testimonios…GMA 250.4

    “El Señor quiere amonestaros, reprenderos, aconsejaros, por medio de los testimonios dados, y grabar en vuestra mente la importancia de la verdad de su Palabra. Los testimonios escritos no son dados para proporcionar nueva luz, sino para impresionar vívidamente en el corazón las verdades de la inspiración ya reveladas… No son sacadas a relucir verdades adicionales; sino que Dios ha simplificado por medio de los Testimonios las grandes verdades ya dadas, y en la forma de su elección, las ha presentado a la gente, para despertar e impresionar su mente con ellas, a fin de que todos queden sin excusa…GMA 250.5

    “Los testimonios no han de empequeñecer la Palabra de Dios, sino exaltarla, y atraer los ánimos a ella, para que pueda impresionar a todos la hermosa sencillez de la verdad… Si el pueblo que profesa ser ahora el tesoro peculiar de Dios obedeciese sus requerimientos, según se especifican en su Palabra, no habrían sido dados testimonios especiales para despertarlos acerca de su deber y hacerles sentir su estado pecaminoso y el terrible peligro que corren al no obedecer la Palabra de Dios”.7Testimonios para la iglesia 5, pp. 623-626.GMA 250.6

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