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El Gran Movimiento Adventista - Contents
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    Una experiencia en Richmond, Maine

    Como ilustración de la obra de reavivamiento que acompañó la predicación de la doctrina del advenimiento, citaremos de un informe de uno que estuvo activo en ese movimiento. Al hablar de una reunión trimestral realizada en Richmond, Maine, representando a treinta iglesias de los Bautistas Libres (Freewill), dice:GMA 106.4

    “Al entrar al lugar de adoración, el pastor Rollins, que estaba sentado junto al púlpito en el otro extremo de la casa, se levantó y dijo: ‘Hermano White, usted encontrará un asiento junto a mí’. Después del sermón, se dio libertad para observaciones, y yo hablé con libertad sobre la vida cristiana, y los triunfos de los justos en el segundo advenimiento de Cristo. Muchas voces exclamaron, ‘¡Amén, amén!’ y la mayor parte de los presentes en esa gran congregación estaban con lágrimas… Cerca del final de esa reunión, después de obtener mi consentimiento, el pastor Rollins se levantó y dijo: ‘El Hermano White, que está sentado a mi lado derecho, hablará en la casa de reuniones Reed esta tardecita, acerca de la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo. Vengan, hermanos, y óiganlo ustedes mismos. Tenemos lugar suficiente para todos. Vengan, hermanos, no les hará daño a ninguno escuchar este tema’… Él sabía muy bien que la mayoría de sus hermanos abandonarían su reunión en el pueblo, e irían 5 km (3 millas) para escucharme, y que la sesión de negocios anunciada se arruinaría. Y así sucedió. Tres cuartas partes de los ministros y casi cada delegado salieron, y la casa de reuniones Reed estaba atestada desde temprano. Mi tema fue Mateo 24. El Espíritu de Dios me dio gran libertad. El interés era maravilloso.GMA 106.5

    “Al terminar con una exhortación a los cristianos a consagrarse completamente y a estar listos, y a los pecadores que buscaran a Cristo y se prepararan para la venida del Hijo del hombre, el poder de Dios vino sobre mí hasta el punto que tuve que sostenerme del púlpito con las dos manos. Fue una hora solemne. Al considerar la condición de los pecadores perdidos sin Cristo, los llamé con llanto, repitiendo varias veces: ‘Ven, pecador, y sé salvo cuando él aparezca en gloria. Ven, pobre pecador, antes que sea demasiado tarde. Ven pecador, pobre pecador. Ven’.GMA 107.1

    “El ambiente era reverentemente solemne. Los ministros y la gente lloraba, algunos en forma audible. Al final de cada llamado al pecador, se oía un gemido general en toda la asamblea. Había estado en pie explicando el capítulo y exhortando por más de dos horas, y me estaba poniendo ronco. Dejé de hablar, y lloré en voz alta sobre esa querida gente con una profundidad de sentimiento que solo conoce el que ha sido llamado por Dios para predicar esta verdad a los pecadores. Eran las nueve, y para dar libertad a otros que hablaran, la reunión continuó hasta la medianoche. Era lo mejor cerrar con el profundo sentimiento del presente, pero no hasta que todos tuvieran la oportunidad de votar del lado del Señor. Entonces llamé a toda la congregación que se uniera conmigo en oración, y que se pusieran en pie los que deseaban ser presentados al trono de misericordia, para que pudieran estar listos para encontrarse con el Salvador con gozo en su segunda venida. Cada alma en ese gran salón, según me informaron después personas que estuvieron en varias partes del salón, se puso de pie. Después de una breve sesión de oración, se concluyó la reunión.GMA 107.2

    “A la mañana siguiente volví al pueblo, acompañado por lo menos por siete octavos de esa reunión trimestral de los Bautistas Freewill. Cada uno de ellos estaba contando cuán gloriosa fue la reunión a la que habían asistido la noche anterior.GMA 107.3

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