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Consejos Sobre la Salud - Contents
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    Abramos las ventanas del alma

    La carga del pecado, con su inquietud y sus deseos no satisfechos, se encuentra en el fundamento mismo de una gran parte de las enfermedades que sufre el pecador. Cristo es el poderoso Sanador del alma enferma por el pecado. Estas pobres personas afligidas necesitan obtener un conocimiento más claro de Aquel que es vida eterna si se lo conoce correctamente. Necesitan que se les enseñe con paciencia y bondad, y sin embargo con fervor, cómo abrir las ventanas del alma, y dejar que la luz del sol del amor de Dios penetre en ella para iluminar las oscuras cámaras de la mente. Las verdades espirituales más exaltadas pueden hacerse comprender por medio de las cosas de la naturaleza. Las avecillas que vuelan, como las florecillas del campo en su radiante hermosura, el grano en crecimiento, las fructíferas ramas de la vid, los árboles en flor, la gloriosa puesta de sol, las nubes carmesíes que anuncian un día hermoso, las estaciones que vienen y pasan, todo esto puede enseñarnos preciosas lecciones acerca de la fe. La imaginación tiene aquí un fructífero campo que explorar. La mente inteligente puede contemplar con la mayor satisfacción las lecciones de la verdad divina que el Redentor del mundo ha asociado con las cosas de la naturaleza.CSI 199.1

    Cristo reprochó definidamente a la gente de su tiempo porque no habían aprendido de la naturaleza las lecciones espirituales que debieran haber obtenido. Todas las cosas, animadas e inanimadas, expresan al ser humano el conocimiento de Dios. La misma mente divina que está trabajando con las cosas de la naturaleza, habla a las mentes y los corazones de los hombres y crea un anhelo inexpresable por algo que no tienen. Las cosas del mundo no pueden satisfacer sus anhelos.—Testimonies for the Church 4:579-580.CSI 199.2

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