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Consejos Sobre la Salud - Contents
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    Abstinencia de narcóticos

    Nuestro pueblo retrocede constantemente en lo que se refiere a la reforma de la salud. Satanás sabe que no puede ejercer el mismo control sobre ellos como lo tiene cuando ceden a sus apetitos. La conciencia se embota, la mente se anubla y disminuye su susceptibilidad a ser impresionada, cuando se está bajo la influencia de alimentos dañinos. Pero la culpa del transgresor no se atenúa porque su conciencia violada se halle adormecida.CSI 84.2

    Satanás se ocupa en corromper las mentes y desruir las almas con sus tentaciones insidiosas. ¿Comprenderá el pueblo de Dios lo que significa la complacencia de un apetito pervertido? ¿Abandonarán el uso de té, café, carnes, y todo alimento estimulante, y dedicarán en cambio a la predicación de la verdad el dinero que gastarían en la complacencia de estos apetitos perjudiciales? Estos estimulantes sólo causan daño, y sin embargo vemos que muchos que profesan ser cristianos usan el tabaco. Estas mismas personas, mientras deploran los males de la intemperancia y hablan contra el uso del licor, escupen a cada rato el jugo del tabaco que están mascando. Puesto que el estado saludable de la mente depende del funcionamiento normal de las facultades vitales, cuánto cuidado debiera ejercerse de evitar el uso de todo narcótico y estimulante.*[Testimonies for the Church 3:569-570 (1875).]CSI 84.3

    El tabaco es un veneno lento e insidioso, y es más difícil desterrar sus efectos del organismo que los del alcohol. ¿Qué poder puede ejercer un adicto del tabaco contra los avances de la intemperancia? Debe producirse una revolución contra el tabaco en el mundo antes que se pueda aplicar el hacha a la raíz del árbol. Vayamos todavía un poco más lejos. El consumo de té y café estimula el apetito que se tiene por estimulantes más fuertes, como el tabaco y el licor. Pero consideremos el asunto aún más de cerca y examinemos las comidas que se sirven diariamente en los hogares de los cristianos. ¿Se práctica en ellos la temperancia en todas las cosas? ¿Se promueven allí las reformas que son tan esenciales para la buena salud y la felicidad? Cada verdadero cristiano ejercerá control sobre sus apetitos y pasiones. Si no es capaz de librarse del yugo del apetito que lo esclaviza, no puede ser un siervo de Cristo verdadero y obediente. Es la complacencia de los apetitos y las pasiones lo que impide que la verdad surta efecto alguno sobre el corazón. Es imposible que el espíritu y el poder de la verdad santifiquen el cuerpo, el alma y el espíritu de una persona que se halla controlada por el apetito y la pasión.CSI 85.1

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