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A Fin de Conocerle - Contents
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    Sufrir por la verdad, 26 de septiembre

    Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán. Juan 15:20.AFC 273.2

    ¿Qué hará el instrumento humano para tener el privilegio de colaborar con Dios? ¿Dejará todo lo que tiene antes que dejar a Cristo?... ¿Soportará persecuciones por amor a la verdad? Los vituperios y las persecuciones han separado a muchas almas del cielo, pero nunca a un alma del amor de Cristo. La persecución nunca ha separado de Cristo a un alma que lo amaba de verdad. El amor de Jesús en el alma es absorbente, porque no tiene paralelo ese gran amor con el que Dios nos amó, manifestado al dar a Cristo por nosotros...AFC 273.3

    Si podemos soportar la persecución por amor a su nombre, su amor se convierte en un poder directriz en nuestros corazones, porque tenemos la seguridad de que ninguna cosa puede separarnos del amor de Cristo. El alma afligida nunca es más amada por su Salvador que cuando está experimentando quebrantos por amor de la verdad. Cuando el creyente, por amor de la verdad, comparece ante tribunales injustos, Cristo está a su lado. Todos los vituperios que caen sobre el creyente humano, caen también sobre Cristo en la persona de sus santos. Cristo dijo: “Yo le amaré y me manifestaré a él”. Juan 14:21. Cristo es condenado otra vez en la persona de sus discípulos. Cuando el creyente es encarcelado por causa de la verdad, Cristo se le manifiesta y llena su corazón con su amor. Cuando experimenta la muerte por amor a Cristo, él le dice: Matarán el cuerpo, pero no pueden matar el alma. “Confiad, yo he vencido al mundo”. Juan 16:33.—Carta 116, 1896.AFC 274.1

    El apóstol nos dice: “Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos él es blasfemado; pero por vosotros es glorificado”. 1 Pedro 4:14. Pregúntese: “¿Es mi Redentor magnificado en mí delante del universo del cielo, de los instrumentos satánicos y del mundo?”.—Carta 82, 1895.AFC 274.2

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