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Manuscritos Inéditos Tomo 2 (Contiene los manuscritos 97-161) - Contents
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    Manuscrito 148—Ánimo en Cristo y agradecimiento

    El hecho de que tener que enfrentar pruebas no debiera llevarnos al resentimiento. Los amados hijos de Dios siempre hemos pasado por pruebas, y cada una superada nos deja mejor preparados para la gloria. [...]2MI 241.1

    Jaime [su esposo] está muy ocupado corrigiendo galeradas. La hermana Annie Smith le está ayudando, y eso me concede algún tiempo para escribir. Esta noche, una vez concluido el sábado, he escrito a la luz de una vela, con ojos adoloridos, de modo que tendrán que excusar mi mala caligrafía. Mantengan su buen ánimo. No permitan que nada los venza y los desanime. Recuerden que ya casi estamos en nuestro hogar.— Carta 9, 1851, pp. 1, 3 (al hermano y hermana Dodge, 21 de diciembre de 1851).2MI 241.2

    ---------------

    Estos fragmentos no publicados fueron solicitados por la Alta Robinson, empleada del Patrimonio White, para utilizarlos en unión a otras declara ciones de Elena G. de White en un programa de Día de Acción de Gradas de la Sociedad de Jóvenes, en noviembre de 1963. La Sra. de White destaca aspectos por los que se sentía agradecida.— Arthur L. White.

    Si existe alguien que disfruta de una verdadera felicidad, incluso en esta vida, es el cristiano fiel. Nos gozaremos en Jesucristo. Viviremos en la luz de su presencia.— Carta 18, 1859, p. 3 (al Dr. N, 14 de abril de 1859).2MI 242.1

    Querido esposo: Esta mañana me tiembla la mano, pero haré el mejor esfuerzo para escribir. Me estoy recuperando lentamente. [...] He comenzado a orar en el medio familiar y me siento agradecida por el privilegio de poder arrodillarme una vez más con mi familia. [...] En ocasiones me parece que esto es muy solitario. Si pudieras estar aquí para ayudarme a subir y bajar del coche, podría salir y mejoraría antes. Tan solo puedo dar unos pasos a la vez, pero veo algún progreso.2MI 242.2

    Intentaremos vivir para la gloria de Dios. No te preocupes por nosotros. No nos olvidamos de orar por ti. [...] Le agradezco al Señor que él me haya permitido vivir para ocupar de nuevo mi lugar en el seno de la familia, sin embargo tu puesto en la mesa del comedor está vacío.— Carta 12a, 1860, pp. 1, 2 (a Jaime White, octubre de 1860).2MI 242.3

    Creí que no les haría mal a los chicos realizar una pequeña excursión al campo, mientras que yo podría distraerme un poco durante tu ausencia. Willie disfrutó bastante. Se sintió mal cuando llegó el momento de regresar a casa. Los chicos jugaron con Eli, trabajaron algo y cazaron un poco. Fue una agradable ocasión para ellos. [...] Querido esposo: El tiempo de tu ausencia casi ha concluido. Una semana más, y estarás en casa. Nos gozaremos al verte de nuevo en casa. Por lo que yo sé todo está bien en Battle Creek, como de costumbre.2MI 242.4

    Me siento muy agradecida al Señor por haberte conservado en buena salud; yo casi me siento bien de nuevo, aunque no estoy fuerte. [...]2MI 242.5

    Los chicos están todos acostados, el cuarto está en su cuna. [...] Tengo que concluir. No olvidamos orar por ti.— Carta 14, 1860, pp. 2, 3 (a Jaime White, 19 de noviembre de 1860).2MI 242.6

    Acaba de dormirse; sin dolor, sin sufrimiento, exhaló su último suspiro tan tranquilo como si fuera un niño. Qué agradecida me sentí por no haberme visto obligada a contemplarlo sufriendo en agonía, y no tener que conservar una triste imagen de él día y noche. [...] Desde un primer momento él se veía como si se hubiera acostado a dormir como un fatigado luchador. [...]2MI 242.7

    No me voy a entregar al desconsuelo ni al dolor. [...] No me voy a quejar ni murmurar respecto a los designios de Dios. Jesús es mi Salvador. Èl vive. Èl no me dejará ni me abandonará. [...]2MI 242.8

    Me siento agradecida de Dios porque no fui abandonada para procurar consuelo en la amistad del mundo. ¡Confiar en la piedad humana! No, no y no. [...] Incluso el valle de sombra de muerte fue iluminado por la presencia de mi Salvador.— Carta 9, 1881, pp. 15 (a «Dear Brother and Sister» [Estimado hermano y hermana], 20 de octubre de 1881).2MI 243.1

    Me siento muy agradecida a mi Padre celestial porque nos ha dado preciosas muestras de su deseo de bendecirnos e impartirnos su sabiduría.— Carta 14, 1881, p. 2 (a Urías Smith, c. 1881).2MI 243.2

    Me siento agradecida porque la pequeña Ella [su primera nieta, de un año de edad] está tan bien. Querida pequeñuela. Que Dios te bendiga y te conserve saludable.— Carta 5, 1882, p. 2 (a «Dear Children» [Queridos niños], 3 de abril 1882).2MI 243.3

    Estamos tan bien como era de esperar. Dormí bien anoche y me siento mejor esta mañana. Tengo una tos bastante fuerte, pero doy gracias porque no estoy peor.— Carta 14, 1882, p. 1 (al pastor William C. White y esposa, 22 de mayo de 1882).2MI 243.4

    Llegamos aquí [a Massachusetts] a las ocho y media el miércoles por la noche. Esta parte del viaje fue más dura y agotadora que el largo trayecto desde California. Estaba todo polvoriento, los coches abarrotados y hacía mucho calor. Pero yo me sentía con buen ánimo. [...] Me sentí agradecida por la paz mental y la comunión que mantuve con mi Salvador durante todo el viaje. Bajo su cuidado me sentía segura, así que no tenía motivo de queja.— Carta 24, 1883, p. 1 (al pastor William C. White y esposa, 23 de agosto de 1883).2MI 243.5

    Me siento agradecida por la salud y las fuerzas que el Señor me ha dado. [...] He hablado dieciséis veces. [...] Oren por mí. Me aferro al Señor en todo momento.— Carta 27, 1883, p. 2 (al pastor William C. White y esposa, 4 de septiembre de 1883).2MI 243.6

    El Señor es muy bueno con nosotros. Hasta aquí hemos sido favorecidos con los muchos frutos de nuestro huerto [...] Los ciruelos están cargados de fruta y hemos tenido que comprar mucho cordel para atar las ramas con el fin de que no se quiebren a causa de su peso. [...]2MI 243.7

    Me siento agradecida de mi Padre celestial por su bondad y su abundante misericordia. [...]2MI 243.8

    Estaba sentada en mi habitación el sábado por la mañana, pensando en las perplejidades de la obra y diciéndome: «¿Qué haré?». En ese momento un pajarillo se posó en el borde de la ventana y empezó su retahila de trinos, como para liberar mi corazón de toda carga por un rato. Creo que aquella ave fue el mensajero que Dios me envió. Estoy decidida a poner mi confianza en el Señor. Le doy gracias porque he sido maravillosamente sustentada. Deseo hacer mucho más por él, antes de despojarme de mi armadura.— Carta 108, 1902, pp. 1, 2, 11 (a N. D. Faulkhead y esposa, 14 de julio de 1902).2MI 243.9

    Estoy muy agradecida del Señor por haberme restaurado la voz. He podido hablar sin problemas mientras estuve en la reunión campestre. [...] Estoy muy agradecida por la paz, el consuelo y el amor que a diario encuentro en el Señor.— Carta 145, 1902, p. 6 (al pastor John A. Burden y esposa, 21 de septiembre de 1902).2MI 244.1

    El Señor me ha sostenido de un modo extraordinario. El sábado pasado, antes de ir a las reuniones, me sobrevino una gran debilidad y me asusté mucho. Pero en el momento en que me puse en pie ante la gente, sentí que los brazos eternos me sostenían. [...] Todos en la carpa me escucharon, pero no tuve que esforzarme para que se me oyera.2MI 244.2

    Durante algún tiempo después de mi última delicada enfermedad, temí que jamás iba a poder habla otra vez. Intenté orar durante el culto familiar, pero después de pronunciar una o dos palabras, no pude ni susurrar. Me quedé sin voz. Durante algún tiempo tuve que permanecer en silencio; pero el Señor me restauró la voz y no puedo agradecerle lo suficiente por su misericordia. Mi gratitud es enorme. Sé que tengo que presentar un testimonio, y le doy gracias a Dios porque aún puedo ser su testigo.— Carta 150, 1902, pp. 1, 2 (a Charles W. Irwin, 22 de septiembre de 1902).2MI 244.3

    Se me había olvidado por completo que ayer era mi cumpleaños, hasta que regresé de mi paseo antes de la cena. Luego supe que la hermana King [...] invitó a cenar a May White y sus niños, y a Ella May y Dores Robinson. Había estado tan ocupada que no me acordé de que era mi cumpleaños, y me sentí como dice el hermano Starr «contundentemente sorprendida», al encontrar a un grupo tan numeroso y que había dos mesas preparadas en nuestro comedor.2MI 244.4

    Participamos de una comida bien preparada y después de la misma pasamos a la sala para dedicar unos momentos a la oración, y luego cantamos algunos himnos. El Señor se acercó a nosotros en su misericordia, mientras dábamos muestras de sincera gratitud a Dios por su bondad y misericordia hacia todos nosotros. [...]2MI 244.5

    La hermana Ings me envió un hermoso ramo de flores desde el sanatorio, y alguien más también lo hizo desde Santa Helena. La hermana King me obsequió una pequeña jarra con baño de plata para el agua, precisamente como la que yo había pensado comprar. Me alegro porque no hubo más obsequios, porque cuando recibo demasiados siento que tengo que dar algo a cambio. [...]2MI 244.6

    Anoche [...] me desperté un par de veces, pero no me levanté hasta las cuatro de la mañana. Esa fue otra victoria ganada a favor del sueño, ya que la noche anterior había dormido casi ocho horas. Por ese motivo me siento agradecida a mi Padre celestial.— Carta 321, 1905, pp. 1, 2, 6 (al pastor James E. White y esposa, 27 de noviembre de 1905).2MI 245.1

    Lo que yo quisiera, es conservar mis facultades mentales mientras tenga aliento de vida. Estoy muy agradecida porque tengo la cabeza bien clara, y así puedo de algún modo colaborar en la obra que se está llevando a cabo.2MI 245.2

    Cuando tomo en cuenta lo frágil que yo era de joven, creo que a mi edad tengo muchos motivos para agradecer al Señor por su bondad, por su misericordia y por su amor. Desde el accidente que sufrí cuando tenía nueve años de edad, es muy poco el tiempo que estado libre de dolores. Pero no recuerdo haber estado más libre de ellos que ahora. [...]2MI 245.3

    Mi confianza está en Jesucristo como mi Redentor, mi Salvador y que mediante él seré más que vencedora.— Manuscrito 142, 1905, 1, 2 («Words of Thanksgiving» [Palabras de agradecimiento], 26 de noviembre de 1905).2MI 245.4

    Tengo motivos para estar muy agradecida de Dios porque él en su misericordia me conservó la vida para que tuviera una participación en las importantes reuniones en Oakland y San Francisco. Le doy gracias porque me dio fuerzas y libertad. Aunque los achaques me han afectado, he sido sostenida y grandemente bendecida. El Gran Médico ha sido mi ayudador, y a su nombre sea la gloria.2MI 245.5

    A mis ochenta años puedo subir y bajar escaleras con tanta facilidad como mis empleados. Enciendo mi propio fuego por la mañana, levantando sin ayuda los pesados troncos de madera. [...]2MI 245.6

    Jamás he disfrutado de un invierno tan libre de dolores. Alabo al Señor de todo corazón, con toda mi alma y en voz bien alta, por su maravilloso poder sustentador. Ciertamente la bondadosa mano divina ha reposado sobre mí.2MI 245.7

    Lo que más aprecio por encima de cualquier otra cosa, es la libertad que tengo para escribir y hablar.— Carta 102, 1907, p. 1 (al pastor Stephen N. Haskell y esposa, 17 de marzo de 1907).2MI 245.8

    Me siento más agradecida de lo que puedo expresar por el interés que mis empleados han puesto en la preparación de este libro [Los hechos de los apóstoles]. El Señor ha sido bueno conmigo al enviarme obreros inteligentes y capaces. [...]2MI 246.1

    Estoy muy agradecida porque el Señor me ha dado el privilegio de ser su mensajera para comunicar preciosas verdades a los demás.— Carta 80, 1911, pp. 1, 2 (a Stephen N. Haskell, 6 de octubre de 1911).2MI 246.2

    Gracias a Dios que siempre hace que triunfemos en Cristo.— Carta 7, 1913, p. 1 (a los reunidos en el Congreso de la Asociación General, 4 de mayo de 1913).2MI 246.3

    Me siento contentísima de poder escribirle a usted, y agradecida porque usted dispone de un sitio tan bueno para vivir. (...) Debo decirle que me mantengo con buen ánimo (...)2MI 246.4

    Tengo muchos deseos de presentar a la gente las instrucciones que el Señor me ha dado para ellos. Le doy gracias a Dios porque él ha colocado a mi lado obreros en quienes puedo confiar y que pueden ayudarme.— Carta 11, 1913, pp. 1, 3 (al pastor James E. White y esposa, 28 de agosto de 1913).2MI 246.5

    Según les he escrito con anterioridad, estamos muy bien ubicados aquí. Nuestra casa es cómoda y hace buen tiempo. Tenemos agua de la mejor calidad, que fluye de un buen manantial de montaña.2MI 246.6

    De salud estoy bastante bien, y no sufro de muchos dolores. Pero reconozco que mi avanzada edad me recuerda que soy mortal. [...] Estoy intentando completar mi trabajo con gozo y no con pesadumbre. No he perdido el ánimo. El Señor es mi ayudador, y me sostiene y me bendice día tras día. Mi esperanza y mi confianza están en él. [...]2MI 246.7

    Esta mañana sostuve una entrevista con varios pastores que durante mucho tiempo han trabajado en la obra. [...] Doy gracias [al Señor] porque ellos apreciaron las palabras pronunciadas.2MI 246.8

    12 de diciembre . Acabo de retomar esta carta inconclusa, le añadiré algo y luego te la enviaré. Todavía me siento bastante bien de salud. Estamos recibiendo una gran bendición por la abundante lluvia que ha estado cayendo a intervalos por durante casi un mes. Esta lluvia era muy necesaria. Hoy el cielo está nublado, pero el sol aparece de vez en cuando y nos brinda su saludo.— Carta 13, 1913, pp. 1, 2 (al pastor James E. White y esposa, 4 de diciembre de 1913).2MI 246.9

    Patrimonio White,

    12 de abril de 1963

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