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Manuscritos Inéditos Tomo 2 (Contiene los manuscritos 97-161) - Contents
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    Manuscrito 155—Propuestas para impresiones privadas y ediciones populares de La educación y Primeros escritos

    He leído su carta respecto a la publicación de mi libro sobre educación. Respeto todo lo que usted dice en cuanto a eso, y me siento inclinada a aprobar su pedido siempre que al analizarlo se considere la mejor opción. Sin embargo, me ha sido dada cierta luz respecto a que no sería prudente hacerlo. Se crearía confusión. Trataré de mencionarle algunas cosas que me han sido reveladas.2MI 295.1

    -----------

    La carta dirigida a Percy T. Magan se hizo necesaria, tomando en cuenta su propuesta relacionada con imprimir el libro La educación en la imprenta localizada en Berrien Springs, para una mayor y más eficiente distribución.— Arthur L. White.2MI 295.2

    Tenía la idea de presentar a la obra otros dos libros para que fueran utilizados para el avance de ella, en la forma en que se ha empleado Palabras de vida del gran Maestro. En sueños me fue dicho que el manuscrito de Palabras de vida delgran Maestro era algo que vino de parte del Señor, y que si se proporcionaban otros libros debían ser considerados de la misma forma. Además que, cualquier acuerdo tomado para su venta, generaría toda una cadena de acontecimientos que estorbaría la tarea de distribuir los libros de mayor tamaño. Estos libros contienen la verdad presente para nuestro tiempo: una verdad que debe ser proclamada en todas partes del mundo. Nuestros colportores han de esparcir los libros que brindan instrucciones concretas respecto a los mensajes probatorios que deben preparar al pueblo para que permanezca en la plataforma de la verdad eterna, sosteniendo el alto el estandarte donde figura impreso: «Los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” [Apoc. 14: 12].2MI 296.1

    Si se mantuviera un libro ante nuestro pueblo y nuestros colporto res, todo su celo y fervor se emplearía entonces en divulgar ese libro. El Señor desea que los colportores que venden Palabras de vida del gran Maestro lleven también otros libros nuestros. Nada debe estorbar la circulación de los libros más grandes, ya que ellos contienen la luz dada por Dios para el mundo.2MI 296.2

    En ocasiones nos apresuramos, y nuestros planes llevan confusión a la obra del Señor. Cuántos no hay que trabajan de acuerdo con sus propias posibilidades, siguiendo sus propios dictados; con el fin de lograr lo que ellos creen que debe conseguirse. Que el Señor se apiade de nuestra falta de entendimiento, y que nos ayude para que no hagamos nada que pueda estorbar la obra que él desea que se realice.2MI 296.3

    La obra del Señor incluye más de una ámbito de servicio. Llevarla a cabo requiere muchas cabezas y mucha cordura, con el fin de que cada parte pueda ser llevada adelante con éxito. Aunque es necesario que Palabras de vida del gran Maestro cumpla con la función que se le ha asignado, no toda la planificación y el esfuerzo del pueblo de Dios deben centrarse en este ramo de la obra. Hay mucho por hacer con el fin de que la obra de Dios avance. He recibido indicación de que el colportaje necesita ser revitalizado. Nuestros libros pequeños, unidos a folletos y revistas, pueden y deben ser utilizados juntamente con nuestros libros más grandes.2MI 296.4

    No sería correcto que yo encomendara la publicación del libro sobre educación a otras manos que no sean las que trabajaron en forma desinteresada para publicar Palabras de vida del gran Maestro. Deseo expresar mi sincera gratitud a los que participaron en la publicación de esa obra, cooperando conmigo en poner en marcha el plan dado por Dios para liberar de deudas a nuestras escuelas. Que siga adelante esa buena obra. No obstante, hay que vender también otros libros. Es preciso que la obra del colportaje continúe, y con mayor dedicación. He recibido instrucciones de que les comunique a mis hermanos y hermanas, que la forma en que este libro ha sido manejado es una lección práctica que demuestra lo que se puede hacer para distribuir los libros que contienen la verdad presente. La que se ha conseguido con Palabras de vida del gran Maestro es una lección respecto a cómo colportar con oración y confiando en una forma que se asocia al éxito, y no la deberíamos olvidar en ningún momento. Hay una reconocida tarea que debe realizarse, y nuestras demás publicaciones tienen que ser gestionadas con la misma determinación que se gestionó Palabras de vida del gran Maestro.2MI 296.5

    Necesitamos recordar que la iglesia militante no es la iglesia triunfante. La diferencia entre el reino de Cristo y el reino de este mundo debe ser cuidadosamente evaluada, de otra forma introduciremos hilos de egoísmo en la trama que estamos tejiendo. Debemos recordar que al lado de cada alma hay un centinela celestial invisible.— Carta 137, 1902, pp. 14 (a Percy T. Magan, 29 de agosto de 1902).2MI 297.1

    * * *

    Una edición especial de Primeros escritos2MI 297.2

    He recibido su carta en la que habla de un plan de que ustedes impriman y distribuyan un buen número de mi libro Primeros escritos, en una encuademación diferente.2MI 297.3

    Anteriormente yo había aceptado sus sugerencias en cuanto a eso, pero hace poco he recibido instrucciones concretas respecto a actuar unidos, por lo que no me atrevo a dar mi consentimiento a su propuesta.2MI 297.4

    ---------------

    En 1908 el pastor Stephen N. Haskell, presidente de la Asociación de California, reconociendo lo que parecía un reducido interés de parte de los publicadores, para ofrecer Primeros escritos a un precio popular y reducido; propuso que se publicara en forma privada una edición de bolsillo que pudiera imprimirse a un costo de veinte centavos. De esa forma podría ser vendido ampliamente y gozar de una buena distribución , al mismo tiempo que le proporcionaría un cierto alivio financiero a Elena G. de White. La reacción inicial de ella fue favorable, aunque cambió de parecer después de recibir instrucciones en una visión. Las citas son de dos cartas que le dirigió al pastor Haskell.2MI 297.5

    El Señor desea que lo que hagamos usted y yo, inspire confianza en cuanto a que ambos somos guiados por el Señor. Lamentaría que usted hiciera algo que tendiera a disminuir su influencia como consejero prudente. Como obreros misioneros necesitamos la dirección del Espíritu Santo. Debemos esforzarnos por seguir el ejemplo dado por nuestro Salvador en su ministerio de amor. Hemos de ser «prudentes como serpientes y sencillos como palomas” [Mat. 10:16]. Que Dios nos ayude para que seamos una bendición para su pueblo.2MI 298.1

    No desearía manejar mis libros, ni que usted maneje los suyos, de modo que pudiéramos sembrar descrédito sobre las editoriales. Hemos de ser prudentes. Hacer lo que usted sugiere podría parecerles a muchos que nos estamos aprovechando de las circunstancias en beneficio propio.2MI 298.2

    Como presidente de la Asociación, el Señor desea que usted haga todo lo posible para fomentar un espíritu de unidad. Que el empeño por la unidad sea la nota dominante de todas sus acciones. Esta instrucción la he recibido para usted, para que no dé ningún paso que tienda a crear sentimientos de discordia. [...]2MI 298.3

    Toda la influencia que pueda ejercer debe dedicarse a crear un espíritu de unidad con quienes desempeñan posiciones de responsabilidad en la obra de las publicaciones. Entonces sus palabras tendrán más peso.2MI 298.4

    Usted y yo estamos siendo muy minuciosamente observados. Si fuéramos a poner en práctica planes que podrían crear disensión, eso redundaría en la perdición de almas. [...]2MI 298.5

    Al Señor le complacería que usted modifique sus planes respecto a distribuir libros a precios bajos, no fuera que algunos pensaran que nuestras editoriales estaban cobrando sumas exorbitantes por sus productos.2MI 298.6

    En su puesto de confianza como presidente de la Asociación de California, usted debería cuidarse en especial de no dar motivos para que nadie considere sus desinteresados esfuerzos como una crítica a las personas que están relacionadas con nuestras oficinas de publicaciones. Usted debe acercarse lo más posible a nuestros dirigentes. Sería un gran error utilizar métodos en la publicación y venta de sus libros que menoscaben su prestigio personal. Por tanto mi hermano, reafirmo que no sería sensato poner en práctica planes para la distribución de nuestros libros que a algunos les parezcan que se oponen a un trato justo.2MI 298.7

    Por tanto, en este momento no puedo dar mi aprobación para que ninguna de mis obras sea gestionada así como usted sugiere. Eso crearía una impresión negativa no deseable en las mentes de algunos hermanos. Aunque toda mi deuda de treinta mil dólares pudiera ser saldada con el plan que usted propone, aún así no podría dar mi aprobación.— Carta 94, 1908, pp. 13 (a Stephen N. Haskell, 29 de marzo de 1908).2MI 299.1

    Al informarme acerca de la publicación de Primeros escritos, me he enterado de que nuestras oficinas en Mountain View y en Washington acaban de publicar, y tienen en existencia, una gran cantidad de ejemplares de esta obra y que están vendiendo una edición en rústica por treinta y cinco centavos. Por tanto, en esas circunstancias, no sería justo para ellos que nosotros intentáramos colocar en el mercado un libro más pequeño para venderlo a un precio inferior.2MI 299.2

    A pesar de toda una vida de sacrificios, me siento avergonzada por tener una cuantiosa deuda. En este momento no recibo de la venta de mis libros todo el dinero que necesito para continuar con mis labores, y para atender a las peticiones de ayuda que me llegan. [...]2MI 299.3

    Sin tomar en cuenta mis grandes necesidades, no estoy dispuesta a tomar ninguna decisión que sea injusta para nuestras editoriales.2MI 299.4

    Como usted bien sabe, he invertido esos recursos mayormente en la construcción de templos, y en la puesta en marcha de varios proyectos en Australia. También he donado miles de dólares de las regalías de mis libros para apoyar la obra en Europa, y también en ocasiones he pedido dinero prestado para pagar a mis ayudantes. [...]2MI 299.5

    Ahora bien, pastor Haskell, quiero que usted entienda que aprecio su interés en esparcir la verdad mediante una amplia distribución de Primeros escritos. Doy gracias al Señor porque sé que usted no me malinterpretará. Le agradezco por su magnánimo interés en mí. Sin embargo, me mantendré vigilante y en oración para que el Señor me libere de esta presión a causa de la deuda, sin tener que tomar ninguna decisión que pudiera parecer injusta para las editoriales. Sé que su oferta proviene de su profunda sinceridad. Ojalá Dios lo bendiga por su deseo de ayudarme, pero no me atrevo a enfrentar las consecuencias de lo que usted propone. [...]2MI 299.6

    La instrucción que me ha sido dada me lleva a desconfiar del plan de cobrar por nuestros libros un precio demasiado bajo. Muchos, que aprovecharían esos precios reducidos, también estarían dispuestos a pagar el precio original. Además, algunos que adquieren los libros por poco dinero, los revenderían a otras personas al precio regular. Un plan así introduciría una serie de situaciones que no redundarían en los mejores resultados. Si usted encuentra algunas personas nobles que no pueden comprar un libro, tendrá el privilegio de obsequiárselos. Pero usted debería mantener sus libros a un precio que evite pérdidas a los editores. [...]2MI 299.7

    El enemigo procura de continuo sembrar cardos y espinas entre el precioso trigo. Se requiere gran dedicación para que nuestros esfuerzos tengan éxito. Aunque algunos planes puede que parezcan excelentes, y que todos abriguen los mejores motivos para seguirlos; si dichos pla nes suscitan fricciones, finalmente se verá que los buenos resultados perseguidos no se lograrán.2MI 300.1

    En las presentes circunstancias no me atrevo a hacer algo que no sea lo que ya he dicho. Aunque por algún tiempo podría haber habido cierto entusiasmo respecto a ofrecer libros a un precio reducido, solamente unos pocos podrían realizar ese tipo de trabajo. No puedo dar mi consentimiento para que usted haga esto para que yo me beneficie. Ambos estamos envejeciendo, y cada acto nuestro debe llevar impreso el carácter de Cristo. Ni por un momento deberíamos aventurarnos a actuar inapropiadamente. Fijarnos en Jesús constituye una genui na excelencia de carácter. Si imitamos el modelo siempre estaremos seguros, ya que Cristo será revelado en un ministerio personal. No cometamos errores, ya que estamos sembrando para la eternidad.2MI 300.2

    Deberíamos apoyar a nuestras editoriales tanto al trazar planes, como al llevarlos a cabo, que redunden en una saludable unidad. Todos hemos de procurar ser bautizados con el Espíritu Santo, y todos hablar lo mismo. Que cada uno sirva con un mismo propósito para la gloria de Dios.— Carta 106, 1908, pp. 14 (al pastor Stephen N. Haskell y esposa, 2 de abril de 1908).2MI 300.3

    Respecto a la sugerencia de una distribución directa2MI 300.4

    Ayer me fue presentado lo aconsejable que sería suministrar mis libros directamente a representantes en lugares donde la venta es escasa. Así yo recibiría mayores beneficios. [...]2MI 300.5

    Durante la noche recibí instrucciones respecto a la mejor forma de actuar en esta crisis. Nuestra obra es extensa; es preciso publicar muchos libros nuevos, y tenemos que gestionar todos los ramos de la obra con prudencia. Debemos realizar el mejor esfuerzo para estimular a nuestras editoriales en Estados Unidos y en el extranjero. Si yo como autora, asumiera la tarea de gestionar mis libros se extendería una oleada de pesimismo por nuestras oficinas de Publicaciones. Hemos aconsejado a nuestras editoriales que renuncien al trabajo comercial y lo han hecho. Si introducimos la confusión en el programa de libros para la iglesia, les daríamos la excusa para retomar trabajos comercia les; y eso ocasionaría demoras e impedimentos en la obra de inundar el mundo con nuestras publicaciones.2MI 300.6

    En esta etapa de nuestra obra, debemos cuidar cada paso que demos en todo lo concerniente a la publicación de nuestros libros. [...] He sido instruida por alguien con autoridad, respecto a que nuestra obra debe ser realizada concienzudamente por nuestros creyentes. Debemos unir nuestras fuerzas con solidez, y trabajar para la gloria de Dios, multiplicando las evidencias de la verdad en toda forma posible. El Señor es nuestro consejero. Cristo es nuestro mediador y nuestro Salvador. Debemos incorporar a la obra a todo aquel que considere ha sido escogido por Dios para realizar, no una labor comercial común; sino una obra que imparta luz y verdad, las verdades bíblicas, al mundo.— Carta 72, 1907, pp. 13 (a Edwin R. Palmer, 25 de febrero de 1907).2MI 301.1

    Patrimonio White, Washington D.C.,

    12 de noviembre de 1963