Manuscrito 105—El colportaje requisito indispensable para el ministerio

Referencia a un acuerdo tomado en el Congreso de 1888 . Se tomó otro acuerdo que pudo haberse puesto sobre la mesa. Por ejemplo, el relacionado con instruir en la obra del colportaje a todos los licenciados antes de permitirle ingresar al ministerio pastoral. Esta debía haber sido una regla ineludible, y a pesar de todo lo que yo tenía que decir en contra de ese acuerdo, fue aprobado. No fue correcto que la asamblea lo aprobara. Dicho acuerdo no estaba en los planes de Dios, y se desmoronará. Yo no lo apoyaré, porque no deseo que se me encuentre obrando en contra de Dios. Esta no es la manera en la que Dios actúa, y no lo pensaré ni por un instante.— Carta 22, 1889, pp. 1011 (a R. A. Underwood, 18 de enero de 1889).2MI 63.1

Una referencia retrospectiva en 1894 . Analicemos la propuesta realizada durante la reunión en Minneapolis. Algunos que no se hallaban bajo la inspiración divina presentaron una propuesta que fue aprobada, en la que afirmaban que nadie debería trabajar como pastor a menos que hubiera tenido éxito en el colportaje. El Espíritu del Señor no inspiró dicha propuesta. Ella surgió de mentes que abrigaban una estrecha visión de la viña del Señor y de sus obreros. No es tarea de nadie prescribirle a otra persona que se oponga a sus propias convicciones respecto al deber. Se le debe orientar y aconsejar, pero ella debe procurar sus instrucciones de parte de Dios, a quien pertenece y a quien sirve. Si alguien se une a la obra del colportaje, y no puede mantenerse a sí mismo ni a su familia, es deber de sus hermanos, en lo que esté a su alcance, ayudarlo a salir de sus dificultades, proveyéndole desinteresadamente otras opciones para que dicho hermano pueda trabajar de acuerdo con sus habilidades, y así obtener honradamente los recursos necesarios para el sostenimiento de su familia.— Manuscrito 34, 1890, 2 (Testimonio 4, 3 de agosto de 1894).2MI 64.1

Patrimonio White,

enero de 1959