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A Fin de Conocerle - Contents
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    “Venid vosotros aparte”, 10 de septiembre

    Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová. Salmos 27:14.AFC64 261.1

    Ninguna vida fue tan llena de trabajo y responsabilidad como la de Jesús, y, sin embargo, cuán a menudo se le encontraba en oración. Cuán constante era su comunión con Dios. ... Como uno de nosotros, participante de nuestras necesidades y debilidades, dependía enteramente de Dios, y en el lugar secreto de oración, buscaba fuerza divina, a fin de salir fortalecido para hacer frente a los deberes y las pruebas. En un mundo de pecado, Jesús soportó luchas y torturas del alma. En la comunión con Dios, podía descargarse de los pesares que le abrumaban. Allí encontraba consuelo y gozo.AFC64 261.2

    En Cristo, el clamor de la humanidad llegaba al Padre de compasión infinita. Como hombre, suplicaba al trono de Dios, hasta que su humanidad se cargaba de una corriente celestial que conectaba a la humanidad con la divinidad. Por medio de la comunión continua, recibía vida de Dios a fin de impartirla al mundo. Su experiencia ha de ser la nuestra.AFC64 261.3

    “Venid vosotros aparte”, nos invita. Si tan sólo escuchásemos su palabra, seríamos más fuertes y más útiles. ... Si hoy tomásemos tiempo para ir a Jesús y contarle nuestras necesidades, no quedaríamos chasqueados; él estaría a nuestra diestra para ayudarnos.AFC64 261.4

    En todos los que reciben la preparación divina, debe revelarse una vida que no está en armonía con el mundo, sus costumbres o prácticas; y cada uno necesita tener experiencia personal en cuanto a obtener el conocimiento de la voluntad de Dios. Debemos oírle individualmente hablarnos al corazón. Cuando todas las demás voces quedan acalladas, y en la quietud esperamos delante de él, el silencio del alma hace más distinta la voz de Dios. Nos invita: “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios”. Salmos 46:10. Solamente allí puede encontrarse verdadero descanso.—El Deseado de Todas las Gentes, 330, 331.AFC64 261.5

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