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A Fin de Conocerle - Contents
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    La carrera cristiana, 5 de noviembre

    ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno sólo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. 1 Corintios 9:24, 25.AFC64 317.1

    Pablo establece un agudo contraste en este pasaje, para avergonzar a los cristianos profesos que realizan débiles esfuerzos y que defienden sus complacencias egoístas, y rehúsan colocarse, mediante actos de abnegación y hábitos de estricta temperancia, en una posición donde puedan vencer con todo éxito. Todos los que se anotaban en los juegos públicos estaban animados y estimulados por la esperanza de obtener un premio si tenían éxito. Asimismo, los cristianos tienen delante un premio que es la recompensa de la fidelidad hasta el fin de la carrera.AFC64 317.2

    Todos corren en la carrera, pero uno solo gana el premio. Los demás que van en busca de la perecedera corona de laurel, están condenados al fracaso, no importa cuán cabal sea su preparación, cuán fervientes y decididos sean sus esfuerzos. ... La carrera cristiana es diferente. ... El santo más débil como el más fuerte pueden ganar la corona de gloria inmortal, si son sinceros y experimentan privaciones y pérdida por amor de Cristo. ... Si creamos apetitos que no son naturales y los complacemos en cualquier grado, violamos las leyes naturales y de ello resultará un debilitamiento físico, mental y moral. Así quedamos en desventaja para realizar los esfuerzos perseverantes, enérgicos y confiados que habríamos podido efectuar si hubiéramos permanecido fieles a las leyes de la naturaleza. Si dañamos un solo órgano del cuerpo, le robamos a Dios el servicio que podríamos prestarle.—The Review and Herald, 18 de octubre de 1881.AFC64 317.3

    El apóstol nos llama la atención al cuidado y la diligencia que se requerían para obtener la victoria en esos juegos antiguos. Exhorta a todos los que inician la carrera cristiana a poner en juego toda la diligencia posible para asegurarse el éxito.—Ibid.AFC64 317.4

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