Loading...
Larger font
Smaller font
Copy
Print
Contents
A Fin de Conocerle - Contents
  • Results
  • Related
  • Featured
No results found for: "".
  • Weighted Relevancy
  • Content Sequence
  • Relevancy
  • Earliest First
  • Latest First
    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents

    Firmes ante el peligro, 12 de diciembre

    Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración. 1 Pedro 4:7.AFC64 354.1

    Las señales de los tiempos nos indican que el fin de todas las cosas se aproxima. Las profecías cumplidas se han convertido en hechos históricos que definen claramente nuestra posición. Estamos en el umbral del mundo eterno. Nuestro señor advirtió anticipadamente a su pueblo que la iniquidad abundaría en los días finales, y ejercería una influencia paralizadora sobre la verdadera piedad. La maldad se ve, se oye y se siente a nuestro alrededor. Parece que penetra la misma atmósfera y afecta la fe y el amor del profeso pueblo de Dios. Es difícil mantener la integridad cristiana. El hecho es que muchas de las cosas corrientes de nuestros días que ocurren en el cristianismo se deben a la ausencia de persecución. Cuando venga la prueba de las fieras persecuciones, una gran proporción de los que profesan la fe mostrarán que su religión no era más que un vacío formalismo.AFC64 354.2

    Los días en que vivimos son peligrosos. En las vidas de muchos cristianos profesos se ven el descuido, la liviandad, el amor a los placeres y la complacencia egoísta. ¿Es éste un tiempo cuando los adventistas han de perder su fe y tornarse fríos y formales? ¡No lo permita Dios! ¿Nos haremos traidores en el preciso instante cuando Dios debería ser más glorificado por nuestra firme adhesión a los principios? ¿Nos alejaremos ahora de las atracciones celestiales, cuando casi podemos ver las glorias de la otra ribera? Vivimos en el período más importante de la historia terrena. Manteniendo nuestra lealtad a Dios, podemos dar el testimonio más noble por Cristo y la verdad.AFC64 354.3

    El verdadero cristiano se aferrará a las promesas de Dios más firmemente ahora que nunca antes. Su corazón está donde ha puesto su tesoro: en el cielo. Cuando se desprecian y olvidan los principios rectos, entonces los fieles y leales manifiestan su gran celo y profundo amor, entonces permanecen firmemente por la verdad, aunque sea impopular.—The Review and Herald, 29 de noviembre de 1881.AFC64 354.4

    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents