Loading...
Larger font
Smaller font
Copy
Print
Contents
El Ministerio de la Bondad - Contents
  • Results
  • Related
  • Featured
No results found for: "".
  • Weighted Relevancy
  • Content Sequence
  • Relevancy
  • Earliest First
  • Latest First
    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents

    Capítulo 32—Precauciones que deben observarse cuidadosamente

    La obra en los barrios bajos no debe presentarse como una aventura—Deben ser tomadas precauciones en este último trabajo que los mortales realizarán. Hay un peligro en trabajar así dependiendo de la fantasía de la mente de personas que son completamente incompetentes para encargarse de la sagrada obra de Dios y que se consideran a sí mismas señaladas por el cielo para trabajar por los perdidos y caídos. Si todas las experiencias, placenteras y desagradables, se describieran, no habría tantos inducidos a esta clase de trabajo. Muchos se alistan en la obra porque aman lo que es sensacional y excitante. Pero a menos que ellos den todas sus energías a esta gran obra de salvar almas, revelan que no tienen el verdadero espíritu misionero.—Manuscrito 177, 1899.MB 265.1

    El peligro al trabajar por los perdidos—En cada esfuerzo para mantener el alma con toda diligencia, el hombre necesita del poder sostenedor de Dios. Hay peligro, un peligro constante, de contaminarse al realizar la obra entre los caídos y degradados. ¿Por qué, entonces, hombres y mujeres se exponen a sí mismos al contacto con este peligro, cuando no están preparados para resistir a la tentación, y cuando no tienen suficiente fuerza de carácter para el trabajo?MB 265.2

    En la mente de más de un joven ocupado en el así llamado trabajo médico-misionero, se produce un efecto completamente diferente del que el médico o cualquiera de sus colaboradores se imagina.*Esto se refiere al Dr. J. H. Kellogg, que presidía una obra creciente en favor de los depravados y perdidos.—Los compiladores. No es cuidadoso al considerar las asechanzas que Satanás le tiende en su nueva y peligrosa carrera, y gradualmente se aparta de la vida del hogar y de sus saludables influencias. Delante de cada uno de esos jóvenes debe señalarse este peligro. En cada lugar donde estén trabajando hombres y mujeres en favor de los perdidos, alguien debe asumir esa grave responsabilidad, o los obreros se irán rebajando en sus modales, sus palabras y sus principios.MB 265.3

    Muchos se unirán a este trabajo, pensando que al hacerlo se ayudarán [con sus propias obras] en su vida de pecado, pero cuando se presente la ocasión, pensarán que es correcto prevaricar, ser deshonestos o cometer cualquiera de los pecados de los cuales habían sido culpables en lo pasado. Al ver esto, los obreros que no viven en estrecha comunión con Dios, cambiarán, no para bien e ir mejorando cada vez más, sino hacia un defectuoso y cada vez más imperfecto carácter. Adquirirán las formas y modales de los abiertamente pecadores. Se unirán a los pecadores al magnificar cada relato pecaminoso y, con el tiempo, perderán todo gusto por la delicadeza en el trato y las palabras. Su temor de Dios y amor por la rectitud se mezclarán con una especie de fiebre religiosa, que no es aceptable a la vista de Dios.—Manuscrito 177, 1899.MB 266.1

    Más perdidos que salvados—Es peligroso poner al trabajo a jóvenes y señoritas entre las clases más abandonadas. Se les coloca así donde llegan en contacto con toda clase de impureza, y Satanás usa esa oportunidad para lograr su ruina. De esta manera, se pierde mucho más de lo que estos obreros salvan. Muchos de los esfuerzos hechos en favor de los viciosos da como resultado la pérdida de la pureza de los obreros. Aquellos que están encargados de visitar casas de prostitución, se exponen a sí mismos a terrible tentación. Este trabajo es siempre peligroso. Es una treta del diablo el llevar a las almas a la tentación de prácticas sensuales. “Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré a vosotros Padre, y vosotros me seréis a mí hijos e hijas”.MB 266.2

    Mientras más lejos se mantengan hombres y mujeres jóvenes de elementos corrompidos y perversos de este mundo, mejor y más segura será su experiencia futura. Los obreros médico-misioneros deberían ser limpios, delicados, purificados y elevados. Deberían afirmarse sobre la declaración formal de principios de la verdad eterna. Pero se me ha enseñado que la verdad no ha sido manifestada en su verdadera fuerza. El resultado de este trabajo es que tiende a corromper la mente; lo sagrado no se distingue de lo profano.—Carta 162, 1900.MB 267.1

    Mantened la obra con celo sagrado—Muchas cosas me han sido presentadas. He visto que hay una obra que debe ser hecha en favor de las clases más depravadas, pero que esta cuestión debe ser muy cuidadosamente estudiada, para que la labor realizada no sea hecha en vano. Los jóvenes y señoritas no deberían exponerse, como muchos lo han hecho, en reuniones de gente viciosa. Deben tomarse medidas drásticas, porque hay un verdadero peligro que afrontar. Hay necesidad de preservar la obra con celo sagrado. En el trabajo en favor de las clases más bajas, se deberían observar las mayores precauciones. Hay muchos que no deberían ir a las grandes ciudades a trabajar por los más depravados.—Manuscrito 17, 1901.MB 267.2

    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents