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Estudios en Educación Cristiana - Contents
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    Capítulo 4 — Un sanatorio rural

    Temprano en la historia de la escuela de Madison, se sugirió que un sanatorio podría establecerse en una porción del terreno comprado para la granja de la escuela. En cartas escritas a los que estaban a cargo de la obra médico misionera en los Estados del sur, señalé las ventajas que se ganarían al establecer una escuela de preparación y un sanatorio en estrecha proximidad. Estas cartas fueron escritas en el otoño de 1904, y un año más tarde, los principios planteados en esta correspondencia fueron incorporados en un artículo, y enviado a los hermanos reunidos en una Convención Médico Misionera en College View, Nebraska, del 21 al 26 de noviembre de 1905.EEC 126.1

    El artículo dice lo siguiente:EEC 126.2

    Cooperación entre escuelas y sanatoriosEEC 126.3

    Se me ha instruido que hay ventajas definidas que se obtienen al establecer una escuela y un sanatorio en estrecha proximidad, para que se ayuden la una al otro. Con respecto a esto se me dio instrucción cuando estábamos haciendo decisiones acerca de la ubicación de nuestros edificios en Takoma Park. Siempre que sea posible tener una escuela y un sanatorio lo suficientemente cerca para una cooperación útil entre las dos instituciones, y no obstante, lo suficientemente separadas para evitar que una interfiera con la obra del otro, se ha de permitir que sean ubicadas de tal modo que puedan hacer su obra en conjunto. Una institución dará influencia y fortaleza a la otra; y además, se puede ahorrar dinero para ambas instituciones, porque cada una puede compartir las ventajas de la otra.EEC 126.4

    En relación con nuestras escuelas más grandes, deberían proveerse instalaciones que den a muchos estudiantes una instrucción sólida con respecto a la obra médico misionera evangélica. Esta línea de trabajo debe traerse a nuestros colegios y escuelas de preparación como parte de la instrucción regular. Esto hará innecesario que nuestros jóvenes de todas partes del país vayan a Battle Creek, o a algún otro lugar o dos, para obtener una educación y preparación satisfactoria y completa.EEC 126.5

    Los que se están preparando para ser enfermeros y médicos debieran recibir instrucción diariamente que desarrollará los motivos más elevados para avanzar. Debieran asistir a nuestros colegios y escuelas de preparación; y los maestros en estas instituciones de aprendizaje debieran darse cuenta de su responsabilidad de trabajar y orar con los estudiantes. En estas escuelas, los estudiantes debieran aprender a ser verdaderos misioneros médicos, firmemente unidos con el ministerio del evangelio.EEC 127.1

    Nuestro pueblo que tiene un profundo interés en los niños y jóvenes, y en la preparación de trabajadores para llevar adelante la obra esencial para este tiempo, no necesitan ser dejados en perplejidad e incertidumbre acerca de los pasos que han de darse para preparar a sus jóvenes como médico misioneros. Dios abrirá caminos delante de aquellos que humildemente lo buscan por sabiduría en perfeccionar el carácter cristiano. Él tendrá lugares listos para ellos en los que comenzarán a hacer obra misionera genuina. Es para preparar trabajadores para esta obra que se establecen nuestras escuelas y sanatorios.EEC 127.2

    Para fortalecer esta línea de esfuerzos, se ha aconsejado que en conexión con nuestras escuelas más grandes deben establecerse pequeños sanatorios. Siempre que se ubique un sanatorio bien equipado cerca de una escuela, puede añadir grandemente a la fortaleza del curso médico misionero en la escuela si los administradores establecen una cooperación perfecta entre las dos instituciones. Los docentes en la escuela pueden ayudar a los obreros en el sanatorio con su consejo y sugerencias, y a veces, hablando a los pacientes. Y, en retorno, aquellos a cargo del sanatorio pueden ayudar a preparar para el servicio en el campo a los estudiantes que deseen llegar a ser médico misioneros. Por supuesto, las circunstancias deben determinar los detalles de los arreglos que convenga hacer. Mientras los obreros en cada institución hacen planes abnegadamente de ayudarse unos a otros, la bendición del Señor ciertamente descansará sobre ambas instituciones.EEC 127.3

    Ningún hombre, sea maestro, médico o pastor, puede jamás esperar ser un todo completo. Dios ha dado a cada hombre ciertos dones, y ha ordenado que los hombres se asocien en su servicio, a fin de que los diversos talentos de muchas mentes puedan combinarse. El contacto de una mente con otra tiende a despertar el pensamiento y a aumentar las capacidades. Los defectos de un trabajador se compensan por los dones especiales de otro, y a medida que médicos y docentes se asocien así y se unan para impartir su conocimiento, los jóvenes bajo su adiestramiento recibirán una educación simétrica y bien equilibrada para el servicio.EEC 127.4

    En todos estos esfuerzos, habrá muchas oportunidades para manifestar cortesía caballerosa. El cristiano siempre es cortés. Y por la asociación con sus compañeros de trabajo, llega a ser cada vez más refinado. Aprende a pasar por alto pequeños puntos de diferencia, con respecto a preguntas que no son de consecuencia vital. Tal hombre, cuando esté a cargo de una de las instituciones del Señor, estará dispuesto a negarse a sí mismo y a ceder sus opiniones personales en asuntos de menor importancia, a fin de que, con toda bondad fraterna, pueda cooperar de todo corazón con los administradores de la otra institución cercana. No vacilará en hablar clara y firmemente cuando lo demande la ocasión; pero cada una de sus palabras y actos estarán mezclados con una cortesía tan bondadosa, tan semejante a la de Cristo, que no se podrán ofender. Poderosa es la influencia para el bien que ejercita un caballero cristiano activo y consagrado. Y cuando los administradores de nuestras instituciones en cercana proximidad aprendan a unir sus fuerzas, y a trabajar abnegada e incansablemente para la edificación de la obra del otro, los resultados para el bien serán de largo alcance.EEC 128.1

    Los beneficios de una cooperación sólida se extienden más allá de los médicos y los maestros, los estudiantes y los servidores del sanatorio. Cuando se construye un sanatorio cerca de una escuela, los que están a cargo de la institución educativa tienen una gran oportunidad de dar un ejemplo correcto delante de aquellos que en toda la vida han sido perezosos y que querían una vida fácil, y que han llegado al sanatorio para un tratamiento. Los pacientes verán el contraste entre la vida ociosa, de indulgencia propia que han llevado, y la vida de abnegación y servicio de los seguidores de Cristo. Ellos aprenderán que el objeto de la obra médico misionera es restaurar, corregir los errores, mostrar a los seres humanos cómo evitar la indulgencia propia que trae consigo enfermedad y muerte.EEC 128.2

    Las palabras y acciones de los obreros en el sanatorio y en la escuela revelan claramente que la vida es una cosa intensamente solemne, en vista de las cuentas que todos debemos dar a Dios. Cada uno debiera poner sus talentos para ganar otros, añadiendo al don recibido del Dueño, bendiciendo a otros con las bendiciones que recibió. En el día del juicio, la obra de la vida de cada uno se investigará, y cada uno recibirá una recompensa proporcional a sus esfuerzos.EEC 128.3

    Para que se obtengan los mejores resultados al establecer un sanatorio cerca de una escuela, es necesaria una armonía perfecta entre los obreros de ambas instituciones. Esto es algo difícil de asegurar, especialmente cuando los maestros y médicos tiendan a ser centrados en sí mismos, y cada uno considera de la mayor importancia la obra con la que está más estrechamente conectado. Cuando los hombres que tienen confianza propia están a cargo de instituciones en estrecha proximidad, puede resultar gran molestia cuando cada uno está decidido a llevar a cabo sus propios planes, rehusando hacer concesiones a otros. Tanto los que dirigen un sanatorio como los que dirigen una escuela necesitarán precaverse contra aferrarse tenazmente a sus propias ideas respecto de cosas que realmente no son esenciales.EEC 128.4

    Los sanatorios y los colegios tienen una gran obra que hacer. El tiempo es corto. Lo que se hace, debe hacerse prontamente. Que los que están conectados con estos importantes instrumentos estén completamente convertidos. Que no vivan para sí mismos, para propósitos mundanos, reteniéndose de una consagración completa al servicio de Dios. Entréguense completamente a Dios, cuerpo, alma y espíritu para ser usados en salvar almas. No tienen libertad de hacer consigo lo que les venga en ganas; pertenecen a Dios; porque él los ha comprado con la sangre de su Hijo unigénito. Y al aprender a permanecer en Cristo, no quedará en el corazón espacio para el egoísmo. En su servicio encontrarán la satisfacción más completa.EEC 129.1

    Que los obreros médico misioneros enseñen y vivan esto. Que estos trabajadores les digan a las personas con quienes se contactan que la vida que los hombres y las mujeres viven ahora, un día será examinada por un Dios justo, y que cada no debe ahora hacer lo mejor, ofreciendo a Dios un servicio consagrado. Los que están a cargo de la escuela han de enseñar a los estudiantes a usar los talentos que Dios les ha dado para los propósitos más elevados y santos, a fin de que puedan realizar el mayor bien en el mundo. Los estudiantes necesitan aprender lo que significa tener una meta real en la vida, y obtener una comprensión exaltada de lo que significa la verdadera educación. Necesitan aprender lo que significa ser verdaderos médico misioneros evangélicos, misioneros que puedan salir para trabajar con los ministros de la Palabra en campos necesitados.EEC 129.2

    Siempre que haya una oportunidad favorable, que nuestros sanatorios y nuestras escuela hagan planes para ser una ayuda y una fortaleza mutuas. El Señor quiere que su obra avance sólidamente. Que la luz brille como Dios quiere que brille de nuestras instituciones, que Dios sea glorificado y honrado. Este es el propósito y el plan del cielo al establecer estas instituciones. Que los médicos y enfermeras, los docentes y los estudiantes, caminen humildemente con Dios, confiando plenamente en él como el Único que puede dar éxito a su obra.EEC 129.3

    Noviembre 14, 1905.

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