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Estudios en Educación Cristiana - Contents
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    Capítulo 7 — Carta a la Junta de la Unión del Sur

    Sanitarium, California

    24 de febrero de 1907.

    Queridos hermanos:

    Tengo un mensaje que entregar a nuestro pueblo en el campo del sur. Hay una obra importante que llevar adelante en Nashville y sus alrededores, y se debería manifestar un interés definido en este campo.EEC 134.3

    En armonía con la conducción del Espíritu de Dios, los hermanos Sutherland y Magan y sus asociados han comenzado una tarea en Madison. El Señor los guio en la selección de un lugar para la escuela. Si se hubiera establecido un pequeño sanatorio en conexión con la escuela, esto habría estado en el orden de Dios; y estas dos instituciones hubieran sido de ayuda mutua. Esto no se ha hecho todavía, pero nuestros Hermanos en Madison no necesitan desanimarse.EEC 134.4

    Yo diría a nuestros hermanos en el campo sureño: No haya ninguna restricción sobre la escuela de Madison que limite su obra en el campo de sus operaciones. Si los hermanos Sutherland y Magan prometieron no atraer estudiantes a su escuela de los campos sureños, deberían ser librados de tal restricción. Tal promesa nunca debiera habérseles pedido u otorgado. Se me instruyó que dijera que no debería haber restricciones limitando su libertad de atraer estudiantes del campo sureño. Hay necesidad de una institución tal como la que se estableció cerca de Nashville, y no permitan que nadie estorbe la asistencia de aquellos que puedan ir a esa escuela para recibir el adiestramiento que los capacitará para trabajar en los estados sureños y en otros campos misionerosEEC 134.5

    En Berrien Springs los hermanos Sutherland y Magan realizaron un trabajo de sacrificio propio. No dejaron el norte porque hubieran perdido su influencia, se fueron al sur porque vieron las necesidades de aquel campo. En su trabajo en Madison debieran tener el estímulo de aquellos a quienes vinieron para ayudar. Los que tienen a su cargo la distribución de los recursos que vienen al campo sureño, no debieran dejar de dar ayuda proporcional a la escuela de Madison.EEC 135.1

    En la escuela de Madison se les enseña a los alumnos a cultivar la tierra, cómo edificar casas, y a realizar otros tipos de trabajo provechoso. Estos son algunos de los tipos de trabajo que el Señor me instruyó que introdujéramos en nuestras escuelas en Australia. Con una preparación práctica, los estudiantes estarán preparados para ocupar cargos útiles en muchos lugares.EEC 135.2

    La habilidad en las artes comunes es un don de Dios. Él provee tanto el don como la sabiduría para usarlo correctamente. Cuando él deseaba que se hiciera un trabajo en el tabernáculo, dijo: “Mira, yo he llamado por su nombre a Bezaleel hijo de Uri hijo de Hur, de la tribu de Judá; y lo he llenado del espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte”.EEC 135.3

    Por medio del profeta Isaías el Señor dice: “Estad atentos y oíd mi voz; atended y oíd mi dicho: El que ara para sembrar, ¿arará todo el día? ¿Solo romperá y quebrará los terrones de la tierra? Cuando ya ha preparado su superficie, ¿no esparce el eneldo, siembra el comino, pone el trigo en hileras, la cebada en el lugar señalado y la avena en su borde apropiado? Porque su Dios lo instruye y le enseña lo recto: que el eneldo no se trilla con trillo ni sobre el comino se pasa rueda de carreta; sino que con un palo se sacude el eneldo, y el comino con una vara. El grano se trilla; pero no lo trillará por siempre, ni lo aplasta con la rueda de su carreta, ni lo tritura con los dientes de su trillo. ¡También esto salió de Jehová de los ejércitos, para hacer maravilloso el consejo y engrandecer su sabiduría!”EEC 135.4

    Hoy el Señor ha llamado definidamente a algunos a la tarea de enseñar a otros, para prepararlos para el servicio en su causa. Que los que son así llamados vayan alegremente a su campo de labor, siguiente siempre la conducción de Dios.EEC 135.5

    Dios otorga sus dones como a él le place. Entrega un don a uno, y otro don a otro, pero todo para el bien de todo el cuerpo. Está en el orden de Dios que algunos sirvan en una línea de trabajo, y otros en otras líneas: todos trabajando bajo el mismo Espíritu. El reconocimiento de este plan será una salvaguardia contra la imitación carnal, el orgullo, la envidia, o el desprecio, mutuos. Fortalecerá la unidad y el amor mutuo.EEC 135.6

    Si en la providencia de Dios, llega a ser necesario construir una casa de reunión en alguna localidad, el Señor se agrada si entre su propio pueblo hay quienes han recibido sabiduría y habilidad para realizar la obra necesaria. Él envía hombres para llevar su verdad al pueblo de una lengua extraña, y a veces ha abierto las mentes de sus misioneros, permitiéndoles aprender rápidamente el idioma. Los mismos a quienes vinieron para ayudar espiritualmente, les serán de ayuda en aprender el idioma. Por esta relación los nativos son preparados para escuchar el mensaje evangélico cuando se les dé en su propio idioma.EEC 136.1

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