Loading...
Larger font
Smaller font
Copy
Print
Contents
En los Lugares Celestiales - Contents
  • Results
  • Related
  • Featured
No results found for: "".
  • Weighted Relevancy
  • Content Sequence
  • Relevancy
  • Earliest First
  • Latest First
    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents

    Evitad una preocupación inútil, 16 de abril

    Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mateo 6:25.ELC 115.1

    Si tratáis de hacer lo mejor, no fatiguéis vuestro cuerpo y vuestra mente con los cuidados de esta vida. No malogréis vuestra experiencia religiosa por las preocupaciones, sino confiad en que el Señor trabajará por vosotros y hará por vosotros lo que no podéis hacer por vosotros mismos. La vida es más que el alimento, y el cuerpo es más que el vestido.ELC 115.2

    Hay mucha preocupación innecesaria, mucha angustia mental, por cosas inevitables. El Señor quisiera que sus hijos pusieran su confianza plenamente en él. Nuestro Señor es un Dios justo y recto; sus hijos deberían estarle agradecidos por su bondad y su justicia en las cosas grandes y pequeñas de la vida. Los que acarician el espíritu de preocupación y de queja se rehúsan a reconocer su mano guiadora.ELC 115.3

    La ansiedad innecesaria es una cosa insensata y nos incapacita para ocupar una posición aceptable delante de Dios. Cuando el Espíritu Santo entra en el alma no habrá deseo de quejarse y murmurar por no tener todo lo que queremos. Más bien, agradeceremos a Dios de todo corazón por las bendiciones que tenemos...ELC 115.4

    Hay una bendición que pueden tener todos los que la buscan en la debida forma. Es el Espíritu Santo de Dios, y es una bendición tal que trae otras bendiciones consigo. Si acudimos a Dios como niñitos pidiéndole su gracia, poder y salvación, no para nuestro ensalzamiento, sino para ser una bendición para los que nos rodean, nuestras peticiones no serán negadas. Estudiemos, pues, la Palabra de Dios para saber cómo aferrarnos de sus promesas reclamándolas como nuestras. Entonces seremos felices. El enemigo no podrá destruir nuestra paz.—Manuscrito 15, 1912.ELC 115.5

    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents