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Cada Día con Dios - Contents
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    Las leyes de la naturaleza son las leyes de la vida, 24 de abril

    Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. 3 Juan 2.CDCD 121.1

    Miles, sí, millones de los que caminan por la tierra están sufriendo como consecuencia de su conducta equivocada. ¿No debieran valorar más su felicidad, su paz y su salud aquellos por los cuales Cristo dio su vida mediante su obediencia a las leyes naturales? Somos propiedad del Señor por creación y redención, y nos pide que estudiemos cómo cuidar nuestros cuerpos, observando cuidadosamente las leyes de la vida, la salud y la pureza.CDCD 121.2

    Es nuestro deber preservar y honrar nuestros cuerpos, a fin de que no se conviertan, como consecuencia del descuido, la complacencia egoísta, los apetitos y las pasiones pervertidas, en antros de corrupción e impureza, detestables a la vista de Dios, moribundos mientras aún seguimos con vida.CDCD 121.3

    Cuán vigorosa y espléndidamente resplandece la misericordia y la bondad de Dios en su proceder hacia su herencia. Todo el cielo tiene un profundo interés en nuestro bienestar, en que Satanás no nos controle ni nos amolde de acuerdo con su carácter. “Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama. Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada”. Malaquías 4:1, 2...CDCD 121.4

    Al despreciar las leyes de la naturaleza, los hombres y las mujeres ponen el fundamento de la miseria y el sufrimiento. Debido a la debilidad de sus facultades morales se convierten en abyectos esclavos de sus pasiones. Algunos están cavando su tumba con sus propios dientes; otros inficionan sus cuerpos y sus almas, y debilitan sus facultades mentales, al someterse a viles actos que implican contaminación moral. De ese modo se cierran ellos mismos las puertas de la ciudad de Dios, porque el castigo que reclama la violación de la ley se debe cumplir. La sanción debe recaer sobre ellos...CDCD 121.5

    Hay lecciones que aprender en esto, que si las ponemos en práctica, traerán salud al cuerpo y la mente. Si los hábitos relativos al comer y el beber se mantuvieran inteligentemente bajo el dominio del ser humano, y entonces éste comiera y bebiera para gloria de Dios, su vida se prolongaría. Comamos para vivir; no vivamos para comer.—Manuscrito 53, del 24 de abril de 1896, “Un conocimiento de la fisiología necesario para la educación”.CDCD 121.6

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