Confiabilidad
Dirigentes confiables—“Vemos la necesidad de hombres devotos y fervientes que hagan la obra que debe ser realizada en el futuro... No debemos considerar a ningún ser humano como creíble y confiable a menos que sea evidente que está afirmado en las verdades de la Palabra de Dios.LC 38.1
“Algunos que han sido dirigentes en la obra de Dios procuran anular el efecto de la obra que Dios ha establecido en este mundo para educar a su pueblo, y prepararlo para soportar las pruebas de los poderes obradores de milagros que tratan de invalidar las preciosas verdades de la fe, que durante los últimos 60 años nos han sido dadas por el poder del Espíritu Santo”. Carta 256, 1906, (1 de agosto de 1906, “Ministerio de favor de los hermanos en Australia”).LC 38.2
La causa de Dios sufre ante la desconfianza—“Cuando usted debilita la confianza del pueblo de Dios en sus dirigentes, está debilitando la causa de Dios. La mente de la gente queda en la incertidumbre. No encuentran en quién confiar. No puedo involucrarme en la obra que destaca las debilidades y los errores del pueblo de Dios”. Carta 13, 1871, p. 5, (2 de septiembre de 1871, a Jaime White).LC 38.3
Secreto hacia afuera, abierto hacia adentro—“El mundo no tiene nada que ver con los creyentes en esta obra. Los mundanos no pueden discernir los motivos y principios por medio de los cuales los hijos de Dios están ligados el uno al otro en sus relaciones y su trato mutuo. Debemos ser soldados fieles y leales en el ejército de Jesucristo. Todos sus seguidores deben andar al paso de su Jefe. Nunca deben transmitir sus secretos a los enemigos de Cristo o hacerles confidencias con respecto a sus movimientos ni a las actividades que se proponen realizar; porque equivale a una traición de la sagrada confianza y darle al enemigo todas las ventajas. Celebren consejo los hijos de Dios dentro de su propia esfera. Los enemigos de Cristo no deben familiarizarse con sus secretos, mientras se mantiene en la ignorancia a los hijos de Dios con respecto a las cosas que precisamente deben saber. Los secretos de Jehová son por los que le temen”.—Testimonios para los Ministros, 269.LC 38.4
El pueblo ha perdido la confianza—“La causa de Dios se encuentra en su actual estado de perplejidad por haberse trabajado sobre principios equivocados. El pueblo ha perdido su confianza en quienes tienen la administración de la obra. Sin embargo escuchamos que la voz de la Asociación es la voz de Dios. Cada vez que oigo esto, me parece casi una blasfemia. La voz de la Asociación debería ser la voz de Dios, pero no lo es, porque algunos relacionados con ella no son hombres de fe y oración, no son hombres de principios elevados. No existe una búsqueda de Dios con todo el corazón; no hay una comprensión de la tremenda responsabilidad que descansa sobre los que están en esta institución para amoldar y labrar las mentes según la semejanza divina”. Manuscrito 37, 1901, p. 8, (abril de 1901, charla de la Hna. White, en la capilla de la Review, en relación con la obra en el sur del país).LC 38.5