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    Trabajar en equipo

    Cada persona tiene su propia línea de servicio—“En 1903 escribí al presidente de una Asociación lo siguiente: ‘Por medio de un agente, Cristo Jesús, Dios ha ligado misteriosamente entre sí a todos los hombres. A cada hombre se le ha asignado una línea de servicio especial, y deberíamos ser rápidos en comprender que nuestro deber es cuidarnos de no dejar la obra que nos corresponde e interferir con otros agentes humanos que realizan una obra diferente a la nuestra. A nadie se le ha dado la tarea de interferir en la obra de alguno de sus compañeros, tratando de tomarla en sus manos, porque al manipularla podría perjudicarla. Dios ha dado a cada uno una tarea diferente a la del otro”. Manuscrito 29, 1907, p. 9, 10, (enero de 1907, “Responsabilidad individual y unidad cristiana”).LC 58.1

    Respetarse unos a otros—“Cada uno debe estar en su grupo y su lugar, realizando su trabajo. En estos últimos días, cada uno de ustedes debe hacer una obra para Dios, grande, sagrada y solemne. Cada uno debe llevar el peso de su propia responsabilidad. El Señor está preparando a cada individuo para que haga su propia tarea, y cada uno debe ser respetado y honrado como hermano escogido por Dios, y como precioso a su vista. No se debe escoger a un solo hombre para que se encargue de todos los planes y métodos, mientras otros son dejados fuera. Si así se procediera, se cometerían errores y se harían movimientos equivocados. La obra se atrasaría en vez de adelantar. Nadie necesita temer que otro tenga el puesto de mayor importancia. Todos deben tratarse con imparcialidad y sin hipocresía.LC 58.2

    “No se da a cada obrero una misma línea de trabajo; y por esta razón ustedes necesitan consultarse unos a otros con la libertad y confianza que debe existir entre obreros del Señor. Todos necesitamos tener menos confianza en nosotros mismos, y mucha más confianza en quien es el poderoso Consejero que conoce el fin desde el principio.LC 58.3

    “Siempre que ustedes se respeten mutuamente, respetarán a Jesucristo. No deben mostrar preferencias, porque el Señor no muestra preferencias hacia sus escogidos. Él dice: ‘Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer’. Juan 15:15. Esto representa la misma confianza que al Señor le gustaría que ustedes alberguen los unos para con los otros. A menos que practiquen esto más de lo que lo han hecho en el pasado, no andarán ni trabajarán bajo los dictados del Espíritu de Dios.LC 58.4

    “Dios quiere que estén unidos por las agradables cuerdas del compañerismo. Como obreros del Señor, deben presentar sus planes unos a otros. Estos planes deben ser considerados cuidadosamente y con oración, porque el Señor dejará que quienes así no lo hagan, tropiecen en su propia supuesta sabiduría y grandeza superior.LC 59.1

    “Ninguna persona debe suponer que su sabiduría está más allá de cualquier error o es infalible. Dios estimará grandemente esa humildad que hace a la persona ser sierva de todos, si el deber así lo exige.LC 59.2

    “Sin embargo, al amarse como hermanos y razonar como si fueran un solo ser, un mismo corazón y una misma vida, deben aprender a apoyarse individual y enteramente en Dios. El será su sostén. Al él le agrada que ustedes dependan unos de otros para recibir luz, sabiduría y dirección. El Señor debe ser nuestra sabiduría. Individualmente debemos entender que él es nuestra santificación y nuestra redención. Debemos mirar a él y confiar en él. Él será nuestra ayuda constante en todo tiempo de necesidad.LC 59.3

    “No importa cuáles sean nuestros deberes en los diferentes aspectos de la obra, debemos recordar que es Dios quien lo dirige todo. No deben apartarse de él y hacer de la carne humana su brazo de apoyo. Han estado demasiado inclinados a medirse unos con otros y a compararse unos con otros, evaluando la importancia de vuestra obra. ¿No se dan cuenta de que sus comparaciones podrían llevarlos lejos del blanco? No es la posición ni el rango lo que el Señor estima. Dios observa cuanto tienen del Espíritu del Maestro y en qué medida vuestra obra refleja la semejanza de Cristo”. Carta 49, 1897, (septiembre de 1897, a los Hnos. Daniells, Colcord, Faulkhead, Palmer, Salisbury).LC 59.4

    Un solo hombre no debe controlar—“En las consultas para hacer progresar la obra, ningún hombre ha de ser la fuerza dominante, la voz del conjunto. Los métodos y los planes propuestos deben considerarse cuidadosamente, con el fin de que todos los hermanos puedan pesar sus méritos relativos y decidir cuál debe seguirse. Al estudiar los campos a los que parece llamarnos el deber, es bueno tener en cuenta las dificultades que se encontrarán en ellos”.—Joyas de los Testimonios 3:198, 199.LC 59.5

    Reunirse para consultarse—“Como hermanos, sitúense donde pueden estar más o menos conectados, consúltense más en sus juntas, y asóciense, en espíritu, en toda vuestra obra. Uno solo entre ustedes no debe ser el consejero de todos”. Carta 49, 1897, (septiembre de 1897, “Los obreros en nuestras instituciones”).LC 59.6

    Hay que compartir responsabilidades—“El servicio a Dios no ha sido encargado al juicio o la elección de un solo hombre, sino distribuido entre los que están dispuestos a trabajar con interés y abnegación. Así todos, según la capacidad y habilidad que el cielo les ha impartido, llevan la responsabilidad que Dios le ha dado.LC 59.7

    “Los asuntos importantes de una gran nación fueron encargados a hombres cuyos talentos los hicieron aptos para llevar esas responsabilidades. Algunos fueron escogidos para manejar los asuntos de negocios; otros fueron escogidos para atender los asuntos espirituales relacionados con la adoración a Dios. Todos los servicios religiosos y todos los ramos de negocios deben llevar el sello del cielo. ‘Santidad al Señor’ debe ser el lema de los obreros en cada departamento. Se consideró esencial que todo fuera conducido con regularidad, propiedad, fidelidad y prontitud”. Manuscrito 81, 1900, p. 6, 12, (Diario, 1 de septiembre de 1903 (escrito en 1900), “El reino de Salomón”).LC 60.1

    Ninguna mente sola puede manejar una Asociación—“Cuando un obrero es elegido para la presidencia de una Asociación, ese cargo en sí no le da el poder o la capacidad que él no tenía antes.LC 60.2

    “Una posición elevada no le otorga al carácter virtudes cristianas. El hombre que supone que su mente individual es capaz de planificar y proyectar para todas las ramas de la obra, revela una gran falta de sabiduría. Ninguna mente humana por sí sola es capaz de desempeñar las muchas y variadas responsabilidades de una Asociación que abarca a miles de personas y muchos tipos de tareas.LC 60.3

    “Pero me ha sido revelado un peligro mayor que éste, y es el sentir que ha ido creciendo entre nuestros obreros de que los pastores y otros obreros en la causa deben depender de la mente de ciertos dirigentes para que definan sus obligaciones. La mente y el juicio de un solo hombre no debe ser considerado capaz de controlar y amoldar una Asociación.LC 60.4

    “El individuo y la iglesia tienen sus propias responsabilidades. Dios ha dado a cada hombre algún talento o talentos para usarlos y mejorarlos. Usando esos talentos aumentará su capacidad para servir”. Carta 340, 1907, p. 1, 2, (3 de octubre de 1907, “Los obreros en el sur de California”).LC 60.5

    Evitar el deseo de ser un gran dirigente—“Los que aceptan las amonestaciones y advertencias que se les dan, andarán por caminos seguros. No cedan los hombres al anhelo de llegar a ser grandes dirigentes, o al deseo de trazar planes independientes para sí mismos y para la obra de Dios. Es fácil para el enemigo actuar por medio de algunos que, a pesar de que ellos mismos necesitan consejo a cada paso, asumen la tarea de custodiar a las personas sin haber adquirido la humildad de Cristo. Necesitan consejo del que dice: ‘Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados’. Mateo 11:28.LC 60.6

    “Nuestros pastores y dirigentes deben comprender la necesidad de consultar a sus hermanos que han estado mucho tiempo en la obra y que han logrado una profunda experiencia en los caminos del Señor. La tendencia de algunos a ensimismarse, y a creerse competentes para planear y ejecutar de acuerdo con su propio juicio y sus preferencias, los pone en dificultades. Esa forma independiente de actuar no es correcta, y no se debe seguir. Los pastores y docentes de nuestras asociaciones deben trabajar unidos con sus hermanos de experiencia, pidiéndoles consejo y acatándolo”.—Testimonios para los Ministros, 501, 502.LC 61.1

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