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    Responsabilidad en el hogar

    La fidelidad en el hogar - Mejor líder del rebaño—“Le ruego por el amor de Cristo que elimine el espíritu de rudeza y censura. Usted necesita manifestar el tierno amor de una madre. Necesita el amor de Cristo. Entonces no se quejará por cada error; tendrá hacia esos corderitos del rebaño una porción de la misma paciencia que Cristo ha manifestado hacia usted. Entonces Dios aceptará sus labores en favor de otros. Cuando usted lleve con fidelidad las responsabilidades de su hogar, estará mejor preparado para llevar la responsabilidad de alimentar el rebaño de Dios, y especialmente de manifestar el tierno cuidado del Salvador hacia los corderos del rebaño.LC 42.1

    “¿Procurarán ambos hacer que la verdad penetre en el santuario de sus vidas? ¿Practicará usted, al relacionarse con sus hijos, ese amor que todo lo soporta y es bondadoso? ¿Manifestará la misma mansedumbre y ternura de Cristo en sus actividades a favor de la iglesia? ¿Guardará sus labios tanto como para que no se escape de ellos ni una sola palabra de crítica, sino sólo de amable instrucción?LC 42.2

    “Edifique sobre el fundamento con oro, plata y piedras preciosas, que serán valiosas a través de las edades y perdurarán por la eternidad, en vez de construir con piedras, madera, heno y hojarascas, materiales perecederos que se consumirán. Debe amar al Señor por encima de todo. Dios no puede aceptar el servicio a medias ni el trabajo efectuado con negligencia. Su maldición recae sobre los que hacen la obra de Dios con engaño o negligencia. Usted ha estado del lado de los que se pierden. No ha mantenido su lámpara preparada y encendida. Ambos están en una situación que no les permite ser la luz del mundo por medio de buenas obras”. Carta 23, 1890, p. 9, (6 de enero de 1890, al Hno. Stone).LC 42.3

    Colocar en primer lugar la educación en el hogar—“Muchos señalan a los hijos de los pastores, de los maestros y de otros hombres de elevada reputación por su sabiduría y piedad y dicen que si esos hombres, con todas sus ventajas, fracasan en el gobierno de su familia, los que son menos favorecidos no pueden tener esperanza de alcanzar éxito. La pregunta que debe dilucidarse es ésta: Esos hombres, ¿han dado a sus hijos lo que les corresponde por derecho: un buen ejemplo, instrucción fiel y adecuada restricción? El descuido de esos puntos esenciales es lo que hace que tales padres proporcionen a la sociedad hijos que no están bien equilibrados en su mente, impacientes ante la restricción e ignorantes de los deberes de la vida práctica. En esto hacen al mundo un daño que sobrepuja todo el bien realizado por sus labores. Esos hijos transmiten su propia perversidad de carácter como una herencia a sus descendientes, y al mismo tiempo su mal ejemplo e influencia corrompen a la sociedad y trastornan a la iglesia. No podemos creer que hombre alguno, no importa cuán grande sea su habilidad y utilidad, sirva mejor a Dios o al mundo mientras dedique su tiempo a otros propósitos descuidando a sus propios hijos”.—The Signs of the Times, 9 de febrero de 1882.LC 42.4

    Los dirigentes deben dar el ejemplo—“Todos los padres debieran esforzarse por hacer de sus familias modelos de buenas obras, perfectos hogares cristianos. Pero de una manera especial éste es el deber de los que ministran en las cosas sagradas, y de quienes la gente espera instrucción y dirección. Los ministros de Cristo deben ser ejemplo de la grey. El que no dirige sabiamente su propio hogar no estará calificado para guiar la iglesia de Dios”.—Comentario Bíblico Adventista 2:1003; The Signs of the Times, 10 de noviembre de 1881.LC 43.1

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