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La Voz: Su Educación y Uso Correcto - Contents
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    Capítulo 71—El canto en el pueblo de Israel

    El canto y la historia humana—La melodía de la alabanza es la atmósfera del cielo; y cuando el cielo se pone en contacto con la tierra, se oye música y alabanza, “alegría y gozo, alabanza y voces de canto”.VEUC 493.1

    Por encima de la tierra recién creada, hermosa e inmaculada, bajo la sonrisa de Dios, “alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios”. Los corazones humanos, al simpatizar con el cielo, han respondido a la bondad de Dios con notas de alabanza. Muchos de los sucesos de la historia humana han estado ligados al canto.—La Educación, 161.VEUC 493.2

    El cruce del Mar Rojo—El primer himno que registra la Biblia, que haya brotado de labios humanos, es la gloriosa expresión de agradecimiento de las huestes de Israel junto al Mar Rojo.—La Educación, 162.VEUC 493.3

    María como directora del coro—Como una voz que surgiera de gran profundidad, elevaron las vastas huestes de Israel ese sublime tributo. Véase Éxodo 15:1-16. Las mujeres israelitas también se unieron al coro. María, la hermana de Moisés, dirigió a las demás, mientras cantaban con panderos y danzaban. En la lejanía del desierto y del mar resonaba el gozoso coro, y las montañas repetían el eco de las palabras de alabanza: “Cantad a Jehová; porque en extremo se ha engrandecido”.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 293.VEUC 494.1

    El canto de Moisés—Estas palabras [el canto de Moisés] se repitieron a todo Israel y constituyeron un himno que se cantaba a menudo, expresado en exaltados y melódicos acordes. Tal fue la sabia actuación de Moisés de presentarles la verdad en cantos, para que se familiarizaran con ella al entonarla, y para que así, se grabaran en las mentes de todo el pueblo, jóvenes y viejos. Era importante que los niños aprendieran este canto, porque éste debía hablarles, amonestarlos, restringirlos, reprobarlos y animarlos. Era un sermón continuo.—El Evangelismo, 362.VEUC 494.2

    Cantos proféticos—Para grabar profundamente estas verdades en la mente de todos, el gran caudillo las puso en versos sagrados. Ese canto fue no sólo histórico, sino también profético, al paso que narraba cuán maravillosamente Dios había obrado con su pueblo en lo pasado, predecía los grandes acontecimientos futuros, la victoria final de los fieles, cuando Cristo vuelva con poder y gloria. Se le mandó al pueblo que aprendiera de memoria este poema histórico, y lo enseñara a sus hijos y a los hijos de sus hijos. Debía cantarlo la congregación cuando se reunía para el culto, y debían repetirlo sus miembros individuales mientras se ocupaban en sus tareas cotidianas.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 500.VEUC 494.3

    Los mandamientos de Dios en canto—Mientras el pueblo vagaba por el desierto, el canto era un medio de grabar en sus mentes muchas lecciones preciosas. Cuando fueron librados del ejército de Faraón, toda la hueste de Israel se unió en un canto de triunfo. Por el desierto y el mar resonaron a lo lejos las estrofas de júbilo, y en las montañas repercutieron los acentos de alabanza: “Cantad a Jehová, porque en extremo se ha engrandecido!” Con frecuencia se repetía durante el viaje este canto, que animaba los corazones y encendía la fe de los peregrinos. Por indicación divina se expresaban también los mandamientos dados desde el Sinaí, con las promesas del favor de Dios y el relato de los milagros que hizo para librarlos, en cantos acompañados de música instrumental, a cuyo compás marchaba el pueblo mientras unía sus voces en alabanza.VEUC 495.1

    De ese modo se apartaban sus pensamientos de las pruebas y dificultades del camino, se calmaba el espíritu inquieto y turbulento, se inculcaban en la memoria los principios de la verdad, y la fe se fortalecía. La acción en concierto servía para enseñar el orden y la unidad, y el pueblo se ponía en más íntima comunión con Dios y con sus semejantes.—La Educación, 39.VEUC 495.2

    Las palabras de la ley en música—De acuerdo con estas palabras, Moisés instruyó a los israelitas a ponerles música a las palabras de la ley. Mientras los niños mayores tocaban instrumentos musicales, los menores marchaban y cantaban en concierto, el cántico de los mandamientos de Dios. En los años subsiguientes retenían en su mente las palabras de la ley, que aprendieran durante la niñez.VEUC 496.1

    Si era esencial para Moisés encarnar los mandamientos en el cántico sagrado, de manera que cuando marcharan por el desierto los niños pudieran aprender la ley versículo por versículo, cuán esencial es en este tiempo enseñar a nuestros hijos la Palabra de Dios. Acudamos en ayuda del Señor, instruyendo a nuestros hijos a guardar los mandamientos al pie de la letra. Hagamos todo lo que esté de nuestra parte para hacer música en nuestro hogar, a fin de que el Señor pueda hacerse presente.—El Evangelismo, 364, 365.VEUC 496.2

    Cantos memoriales—El trato de Dios con su pueblo debe ser repetido con frecuencia... A fin de que no olvidaran la historia pasada, [Dios] ordenó a Moisés que inmortalizase esos acontecimientos en cantos, a fin de que los padres pudieran enseñarlos a sus hijos.—Testimonios Selectos 4:384, 385.VEUC 496.3

    Música en las escuelas de los profetas—En esas escuelas, los principales temas de estudio eran la ley de Dios, con las instrucciones dadas a Moisés, la historia y la música sagradas, y la poesía... El intelecto santificado sacaba del tesoro de Dios cosas nuevas y viejas, y el Espíritu de Dios se manifestaba en la profecía, y el canto sagrado.—La Educación, 47.VEUC 497.1

    Melodía sacra para los estudiantes—El arte de la melodía sacra era diligentemente cultivado. No se escuchaban valses frívolos, ni cantos impertinentes que ensalzaran al hombre y apartaran la atención de Dios; sino sagrados y solemnes salmos de alabanza al Creador, que exaltaban su nombre y hacían recuento de sus obras maravillosas. De este modo, la música se hacía para servir a propósitos santos, para elevar los pensamientos a lo que era puro y noble y elevador, y para despertar en el alma la devoción y la gratitud a Dios.—Fundamentals of Christian Education, 97, 98.VEUC 497.2

    Música para un propósito sagrado—Se empleaba la música con un propósito santo, para elevar los pensamientos hacia aquello que es puro, noble y enaltecedor, y para despertar en el alma la devoción y la gratitud hacia Dios. ¡Cuántos son los que emplean este don especial para ensalzarse a sí mismos, en lugar de usarlo para glorificar a Dios! El amor a la música conduce a los incautos, a participar con los amantes de lo mundano en las reuniones de placer, adonde Dios prohibió a sus hijos que fueran. Así, lo que es una gran bendición cuando se lo usa correctamente, se convierte en uno de los medios más certeramente empleados por Satanás, para desviar la mente del deber y de la contemplación de las cosas eternas”.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 644, 645.VEUC 497.3

    Los Salmos de David son una inspiración constante—La comunión con la naturaleza y con Dios... no sólo había de moldear el carácter de David, e influir en su vida futura, sino que también por medio de los salmos del dulce cantor de Israel, en todas las edades venideras, habrían de comunicar amor y fe al corazón de los hijos de Dios, acercándolos al corazón siempre amoroso de Aquel en quien viven todas sus criaturas.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 694, 695.VEUC 498.1

    Adoración de David por el canto—Las revelaciones diarias del carácter y la majestad de su Creador, henchían el corazón del poeta de adoración y regocijo.VEUC 498.2

    En la contemplación de Dios y de sus obras, las facultades de la mente y del corazón de David, se desarrollaban y fortalecían para la obra de su vida ulterior. Diariamente iba participando en una comunión más íntima con Dios. Su mente penetraba constantemente en nuevas profundidades, en busca de temas que le inspirasen cantos y arrancasen música a su arpa. La rica melodía de su voz, difundida a los cuatro vientos, repercutía en las colinas como si fuera en respuesta a los cantos de regocijo de los ángeles del cielo.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 694.VEUC 498.3

    Música del cielo para el rey Saúl—En la providencia de Dios, David, como hábil tañedor de arpa, fue llevado ante el rey. Sus sublimes acordes inspirados por el cielo tuvieron el efecto deseado. La melancolía cavilosa que se había posado como una nube negra sobre la mente de Saúl, se desvaneció como por encanto.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 696.VEUC 499.1

    Consuelo por medio de la música—Había estado [David] en la corte del rey, y había visto las responsabilidades reales. Había descubierto algunas de las tentaciones que asediaban el alma de Saúl, y había penetrado en algunos de los misterios del carácter y el trato del primer rey de Israel. Había visto la gloria real ensombrecida por una nube obscura de tristeza, y sabía que en su vida privada la casa de Saúl distaba mucho de tener felicidad. Todas estas cosas provocaban inquietud en el que había sido ungido para ser rey de Israel. Pero cuando se sentía absorto en profunda meditación, y atribulado por pensamientos de ansiedad, echaba mano a su arpa y producía acordes que elevaban su mente al Autor de todo lo bueno, y se disipaban las nubes obscuras, que parecían entenebrecer el horizonte del futuro.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 697.VEUC 499.2

    David como director de canto—Los hombres de Israel la seguían [al arca] con gritos de alabanza y de regocijo, y con cantos de júbilo, pues era una gran multitud de voces la que se unía a la melodía y el sonido de los instrumentos musicales. “Así David y toda la casa de Israel llevaban el arca de Jehová con júbilo y sonido de trompeta”. Véase 2 Samuel 6:5.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 763.VEUC 499.3

    Música para la procesión del arca—En seguimiento del símbolo de su Rey invisible, la procesión triunfal se aproximó a la capital. Se produjo entonces una explosión de cánticos, para pedir a los espectadores que estaban en las murallas que las puertas de la ciudad santa, se abrieran de par en par:VEUC 500.1

    “Alzad, oh puertas, vuestras cabezas,
    Y alzaos vosotras, puertas eternas,
    Y entrará el Rey de gloria”.
    VEUC 500.2

    Un grupo de cantantes y músicos preguntó:VEUC 500.3

    “¿Quién es este Rey de gloria?”VEUC 500.4

    Y de otro grupo partió la respuesta:VEUC 500.5

    “Jehová, el fuerte y valiente,
    Jehová, el poderoso en batalla”.
    VEUC 500.6

    Entonces centenares de voces, al unísono, se unieron al coro triunfal:VEUC 500.7

    “Alzad, oh puertas, vuestras cabezas,
    Y alzaos vosotras, puertas eternas,
    Y entrará el Rey de gloria”.
    VEUC 500.8

    Nuevamene se oyó la regocijada pregunta:VEUC 501.1

    “¿Quién es este Rey de gloria?”VEUC 501.2

    Y “como ruido de muchas aguas” se oyó la voz de la gran multitud en contestación arrobada:VEUC 501.3

    “Jehová de los ejércitos,
    El es el Rey de la gloria”.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 766, 767.
    VEUC 501.4

    El canto en la experiencia de David—El salmo 51 es una expresión del arrepentimiento de David, cuando le llegó el mensaje de reprensión de parte de Dios... Así, en un himno sagrado que había de cantarse en las asambleas públicas de su pueblo, en presencia de la corte, los sacerdotes y jueces, los príncipes y guerreros, y que iba a preservar hasta la última generación el conocimiento de su caída, el rey de Israel relató todo lo concerniente a su pecado, su arrepentimiento, y su esperanza de perdón por la misericordia de Dios.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 784, 785.VEUC 501.5

    La música como medio de liberación de la idolatría—El servicio de canto fue hecho parte regular del culto religioso, y David compuso salmos, no sólo para el uso de los sacerdotes en el servicio del santuario, sino también para que los cantara el pueblo mientras iba al altar nacional para las fiestas anuales. La influencia así ejercida fue muy abarcante, y contribuyó a liberar a la nación de las garras de la idolatría. Muchos de los pueblos vecinos, al ver la prosperidad de Israel, fueron inducidos a pensar favorablemente en el Dios de Israel, que había hecho tan grandes cosas para su pueblo.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 768.VEUC 501.6

    El canto en la hora de la prueba—¿Cuáles eran en este peligro terrible los sentimientos del padre y rey, tan cruelmente agraviado? ¿Con qué palabras expresó lo que sentía su alma el que era “hombre valiente”, guerrero y rey, cuya palabra era ley, ahora traicionado por un hijo a quien había amado y mimado, y en quien había confiado imprudentemente, mientras era agraviado y abandonado por los súbditos ligados a él por los vínculos más estrechos del honor y de la lealtad? En la hora de su prueba más negra, el corazón de David se apoyó en Dios, y cantó.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 802.VEUC 502.1

    Como parte del sistema del santuario—Cuando llevó al templo el arca sagrada que contenía las dos tablas de piedra sobre las cuales el dedo de Dios había escrito los preceptos del Decálogo, Salomón siguió el ejemplo de su padre David. A cada intervalo de seis pasos ofreció un sacrificio. Con cantos, música y gran pompa, “los sacerdotes metieron el arca del pacto de Jehová en su lugar, en el oratorio de la casa, en el lugar santísimo”. Al salir del santuario interior, se colocaron en los lugares que les habían sido asignados. Los cantores, que eran levitas ataviados de lino blanco y equipados con címbalos, salterios y arpas, se hallaban en el extremo situado al oriente del altar, y con ellos había 120 sacerdotes que tocaban las trompetas. Véase 2 Crónicas 5:7, 12.—La Historia de Profetas y Reyes, 27, 28.VEUC 502.2

    Cantos para la batalla—“Entonces Josafat se inclinó rostro por tierra, y asimismo todo Judá y los moradores de Jerusalén se postraron delante de Jehová, y adoraron a Jehová. Y levantáronse los levitas de los hijos de Coat y de los hijos de Coré, para alabar a Jehová, el Dios de Israel, a grande y alta voz”.VEUC 503.1

    Temprano por la mañana se levantaron, y fueron al desierto de Tecoa. Mientras avanzaban a la batalla, Josafat dijo: “Oidme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed a Jehová vuestro Dios, y seréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados. Y habido consejo con el pueblo, puso a algunos que cantasen a Jehová, y alabasen en la hermosura de la santidad”. 2 Crónicas 20:14-21. Estos cantores iban delante del ejército, elevando sus voces en alabanza a Dios por la promesa de la victoria.VEUC 503.2

    Eso de alabar a Jehová con cantos y ensalzar al Dios de Israel, era una manera singular de ir a pelear contra el ejército enemigo. Tal era su canto de batalla. Poseían la hermosura de la santidad. Si hoy se alabase más a Dios, aumentarían constantemente la esperanza, el valor y la fe. ¿No fortalecería esto las manos de los soldados valientes que hoy defienden la verdad?—La Historia de Profetas y Reyes, 149.VEUC 503.3

    El registro de Nehemías de los cantos de los levitas—Los levitas, en su himno registrado por Nehemías, cantaban: “Tú, oh Jehová, eres solo; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, y toda su milicia, la tierra y todo lo que está en ella... tú vivificas todas estas cosas”. Nehemías 9:6.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 107.VEUC 503.4

    El cuidado de Dios por Israel—Y el himno de los levitas, conservado por Nehemías, describe vívidamente el cuidado de Dios por Israel, aun durante aquellos años cuando estaban desechados y desterrados: “Tú, con todo, por tus muchas misericordias no los abandonaste en el desierto: la columna de nube no se apartó de ellos de día, para guiarlos por el camino, ni la columna de fuego de noche, para alumbrarles el camino por el cual habían de ir. Y diste tu Espíritu bueno para enseñarlos, y no retiraste tu maná de su boca, y agua les diste en su sed. Y sustentástelos cuarenta años en el desierto... sus vestidos no se envejecieron, ni se hincharon sus pies”. Nehemías 9:19-21.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 430, 431.VEUC 504.1

    La alabanza en los días de Esdras—Entonces, de la muchedumbre congregada, que estaba de pie con las manos extendidas al cielo, se elevó este canto: “Bendigan el nombre tuyo, glorioso y alto sobre toda bendición y alabanza. Tú, oh Jehová, eres solo: tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos y toda su milicia; la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran”. Nehemías 9:5, 6. Acabado el canto de alabanza, los dirigentes de la congregación relataron la historia de Israel, para demostrar cuán grande había sido la bondad de Dios hacia ellos, y cuán ingratos habían sido.—La Historia de Profetas y Reyes, 491.VEUC 504.2

    El canto en los viajes a Jerusalén—El viaje a Jerusalén, hecho al sencillo estilo patriarcal, en medio de la belleza de la estación primaveral, las riquezas del verano, o la gloria y la madurez del otoño, era una delicia. Desde el anciano canoso hasta el niñito, acudían todos con una ofrenda de gratitud a encontrarse con Dios en su santa morada. Durante el viaje, los niños hebreos oían el relato de los sucesos del pasado, las historias que tanto a los jóvenes como a los viejos les gustaba recordar. Se cantaban las canciones que habían animado a los que erraban por el desierto. Se cantaban también los mandamientos de Dios que, ligados a las benditas influencias de la naturaleza y a la bondadosa asociación humana, se fijaban para siempre en la memoria de más de un niño o joven.—La Educación, 42.VEUC 505.1

    La música en la fiesta de las cabañas—Con cantos sagrados y agradecimiento, los adoradores celebraban esta ocasión. Un poco antes de la fiesta venía el día de las expiaciones, en el cual, después de confesar sus pecados, el pueblo era declarado en paz con el Cielo. Así quedaba preparado el regocijo de la fiesta. Se elevaba triunfalmente el salmo: “Alabad a Jehová, porque es bueno; porque para siempre es su misericordia”, mientras que toda clase de música, mezclada con clamores de hosanna, acompañaba el canto al unísono. El templo era el centro del gozo universal. Así, se veía la pompa de las ceremonias de los sacrificios. Allí, alineado a ambos lados de las gradas de mármol blanco del edificio sagrado, el coro de levitas dirigía el servicio de canto. La multitud de los adoradores, agitando sus palmas y ramas de mirto, unía su voz a los acordes, y repetía el coro; y luego la melodía era entonada por voces cercanas y lejanas, hasta que de las colinas circundantes, parecían brotar cantos de alabanza.VEUC 505.2

    Por la noche, el templo y su atrio resplandecían de luz artificial. La música, la agitación de las palmas, los gratos hosannas, el gran concurso de gente, sobre el cual la luz se derramaba desde las lámparas colgantes, el atavío de los sacerdotes y la majestad de las ceremonias se combinaban, para formar una escena que impresionaba profundamente a los espectadores. Pero la ceremonia más impresionante de la fiesta, la que causaba el mayor regocijo, era una conmemoración de cierto acontecimiento de la estada en el desierto.VEUC 506.1

    Al alba del día, los sacerdotes emitían una larga y aguda nota con sus trompetas de plata, y las trompetas que contestaban, así como los alegres gritos del pueblo desde sus cabañas, que repercutían por las colinas y los valles, daban la bienvenida al día de fiesta. Después, el sacerdote sacaba de las aguas del Cedrón un cántaro de agua, y alzándolo en alto mientras resonaban las trompetas, subía las altas gradas del templo, al compás de la música, con paso lento y mesurado, cantando mientras tanto: “Nuestros pies estuvieron en tus puertas, oh Jerusalén”.VEUC 506.2

    Llevaba el cántaro al altar, que ocupaba una posición central en el atrio de los sacerdotes. Allí había dos palanganas de plata, con un sacerdote de pie al lado de cada una. El cántaro de agua era derramado en una, y un cántaro de vino en la otra; y el contenido de ambas, fluyendo por un caño que comunicaba con el Cedrón, era conducido al Mar Muerto. La presentación del agua consagrada representaba la fuente, que a la orden de Dios había brotado de la roca para aplacar la sed de los hijos de Israel. Entonces repercutían los acordes jubilosos: “Porque mi fortaleza y mi canción es... Jehová; sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salud”. Isaías 12:2, 3.—El Deseado de Todas las Gentes, 412, 413.VEUC 507.1

    El canto en la entrada triunfal de Jesús—De las multitudes reunidas para asistir a la Pascua, miles salen para dar la bievenida a Jesús. Le saludan agitando palmas, y prorrumpiendo en cantos sagrados.—El Deseado de Todas las Gentes, 525.VEUC 507.2

    La alabanza en la última cena—Antes de salir del aposento alto, el Salvador entonó con sus discípulos un canto de alabanza. Su voz fue oída, no en acordes de alguna endecha triste, sino en las gozosas notas del cántico pascual. Véase Salmos 117.—El Deseado de Todas las Gentes, 626, 627.VEUC 507.3

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