Loading...
Larger font
Smaller font
Copy
Print
Contents
Testimonios para la Iglesia, Tomo 7 - Contents
  • Results
  • Related
  • Featured
No results found for: "".
  • Weighted Relevancy
  • Content Sequence
  • Relevancy
  • Earliest First
  • Latest First
    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents

    La señal de nuestra orden

    Se me ha instruido acerca de que nuestras instituciones médicas deben establecerse como testigos de Dios. Se han instalado con el fin de aliviar a los enfermos y afligidos; para despertar un espíritu de investigación, con el fin de diseminar la luz y hacer avanzar la obra de reforma. Estas instituciones, dirigidas adecuadamente, constituirán el medio para dar a conocer las reformas esenciales en la preparación de un pueblo para la venida del Señor a muchos que de otra manera nos sería imposible alcanzar.7TPI 104.1

    Muchos de los clientes de nuestras instituciones médicas poseen ideas elevadas con referencia a la presencia de Dios en la institución que visitan; y son muy susceptibles a las influencias espirituales que allí prevalecen. Si todos los médicos, enfermeras y ayudantes caminan delante de Dios con circunspección, recibirán un poder más que humano para tratar con estas personas. Cada institución cuyos obreros sean gente consagrada, se verá compenetrada del poder divino; y la gente que las frecuente no sólo obtendrá alivio de sus enfermedades corporales, sino que hallará también un bálsamo sanador para sus almas enfermas de pecado.7TPI 104.2

    Que los dirigentes de nuestro pueblo pongan de relieve la necesidad de mantener una influencia religiosa poderosa en nuestras instituciones médicas. El Señor pretende que en estos lugares se le dé honra con palabras y acciones, para que sean sitios donde se magnifique su ley y se hagan prominentes las verdades de la Biblia. Los médicos misioneros deben realizar una gran obra para con Dios. Deben mantenerse completamente despiertos y vigilantes, vestidos con cada pieza de la armadura del cristiano y empeñados en una lucha varonil. Deben mantenerse leales a su Jefe, obedeciendo todos los mandamientos, incluyendo aquel que pone en evidencia la señal de su orden.7TPI 104.3

    La observancia del sábado es la señal entre Dios y su pueblo. No tengamos vergüenza de portar la señal que nos distingue del mundo. Mientras meditaba sobre este asunto recientemente en las horas de la noche, Uno que tenía autoridad nos aconsejó que estudiáramos la instrucción dada a los israelitas con relación al sábado. “Con todo eso vosotros guardaréis mis sábados -les había declarado el Señor-; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras edades, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico. Así que guardaréis mis sábados, porque santo es a vosotros... Seis días se hará obra, mas el día séptimo es sábado de reposo consagrado a Jehová; cualquiera que hiciere obra el día del sábado morirá ciertamente. Guardarán, pues, el sábado los hijos de Israel; celebrándolo por sus edades por pacto perpetuo: señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel”. Éxodo 31:13-17.7TPI 104.4

    El sábado ha de ser siempre la señal que distinga a los obedientes de los desobedientes. Satanás ha trabajado con poderosa maestría para anular el cuarto mandamiento y conseguir con ello que se pierda de vista la señal de Dios. El mundo cristiano ha pisoteado el sábado del Señor y en su lugar observa un día de reposo instituido por el enemigo. Pero el Señor tiene un pueblo que le es leal. Su trabajo se ha de llevar a cabo en líneas rectas. La gente que ostenta su señal debe establecer iglesias e instituciones que sean monumentos para él. Por humilde que sea su apariencia, estos monumentos testificarán constantemente en contra del falso día de reposo instituido por Satanás y en favor del sábado establecido por el Señor en el Edén, cuando juntas cantaban todas las estrellas del alba y todos los hijos lanzaban exclamaciones de regocijo.7TPI 105.1

    Hay peligro de que penetre en nuestros sanatorios un espíritu de irreverencia y negligencia en la observancia del sábado. A los hombres de responsabilidad que hay en la obra misionera médica les incumbe el deber de dar instrucción a los médicos, los enfermeros y auxiliares, con respecto a la santidad del día santo de Dios. Cada médico debe esforzarse especialmente por dar el buen ejemplo. La índole de sus deberes le induce naturalmente a sentirse justificado por hacer en sábado muchas cosas que no debiera hacer. En lo posible debe planear su trabajo de modo que pueda dejar de lado sus deberes comunes.7TPI 105.2

    Con frecuencia, los médicos y los enfermeros son llamados en sábado a atender a los enfermos y a veces les resulta imposible tener tiempo para descansar y asistir a los cultos devocionales. Nunca se han de descuidar las necesidades de la humanidad doliente. Por su ejemplo el Salvador nos ha mostrado que es correcto aliviar los sufrimientos en sábado. Pero el trabajo innecesario, como los tratamientos y las operaciones comunes que pueden postergarse, debe ser diferido. Hágase comprender a los pacientes que los médicos y auxiliares deben tener un día de descanso. Hágaseles comprender que los obreros temen a Dios y desean santificar el día que él puso aparte para que sus hijos lo observen como señal entre él y ellos.7TPI 106.1

    Los educadores y los educandos de nuestras instituciones médicas deben recordar que para ellos y los dirigentes significa mucho observar correctamente el sábado. Al guardar el sábado acerca del cual Dios declara que debe ser santificado, revelan la señal de su orden y muestran claramente que están de parte de su Señor.7TPI 106.2

    Ahora y siempre hemos de destacarnos como pueblo distinto y peculiar, libre de toda política mundana, sin los estorbos que representaría el confederarse con aquellos que no tienen sabiduría para discernir los requerimientos de Dios tan claramente presentados en su ley. Todas nuestras instituciones médicas han sido establecidas como instituciones adventistas del séptimo día, para representar las diversas características de la obra misionera médica evangélica, y así preparar el camino para la venida del Señor. Debemos demostrar que procuramos trabajar en armonía con el cielo. Debemos testificar a toda nación, tribu y lengua que somos un pueblo que ama y teme a Dios, un pueblo que santifica su monumento recordativo de la creación, la señal puesta entre él y sus hijos obedientes para mostrar que los santifica. Y debemos manifestar claramente nuestra fe en la pronta venida del Señor en las nubes del cielo.7TPI 106.3

    Como pueblo nos ha humillado grandemente la conducta que han seguido algunos de nuestros hermanos de responsabilidad al apartarse de los antiguos jalones. Hay quienes, a fin de llevar a cabo sus planes, negaron su fe por sus palabras. Esto demuestra cuán poca confianza se puede poner en la sabiduría y el juicio humanos. Como nunca antes, necesitamos ver ahora el peligro que corremos de ser desviados inadvertidamente de nuestra lealtad a los mandamientos de Dios. Necesitamos comprender que Dios nos ha dado un mensaje decidido de amonestación para el mundo, así como dio a Noé un mensaje de amonestación para los antediluvianos.7TPI 106.4

    Procure nuestro pueblo no menoscabar la importancia del sábado para vincularse con los incrédulos. Tenga cuidado de no apartarse de los principios de nuestra fe y de no dar la impresión de que no es malo conformarse al mundo. Sienta gran temor de prestar oído a los consejos de cualquier hombre, fuere cual fuere su puesto, si obra en forma contraria a lo que Dios ha realizado para mantener a su pueblo separado del mundo.7TPI 107.1

    El Señor está probando a su pueblo, para ver quien será leal a los principios de su verdad. Nuestra obra consiste en proclamar al mundo los mensajes del primer ángel, el segundo y el tercero. En el desempeño de nuestros deberes, no debemos despreciar ni temer a nuestros enemigos. No está de acuerdo con la orden de Dios que nos liguemos por contratos con los que no son de nuestra fe. Debemos tratar con bondad y cortesía a los que se niegan a ser leales a Dios, pero nunca hemos de unimos con ellos para consultarlos acerca de los intereses vitales de su obra. Poniendo nuestra confianza en Dios, debemos avanzar firmemente, hacer su obra con abnegación, confiar humildemente en él, entregarnos a su providencia nosotros mismos y todo lo que concierne a nuestro presente y futuro, mantener firme el principio de nuestra confianza hasta el fin y recordar que recibimos las bendiciones del cielo, no porque las merezcamos, sino porque Cristo las merece y porque mediante la fe en él aceptamos la abundante gracia de Dios.7TPI 107.2

    Oro a Dios para que mis hermanos comprendan que el mensaje del tercer ángel significa mucho para nosotros, y que la observancia del verdadero día de reposo es la señal que distingue a los que sirven a Dios de los que no le sirven. Despiértense los que se han vuelto soñolientos e indiferentes. Somos llamados a ser santos, y debemos aplicarnos cuidadosamente a no dar la impresión de que no tiene importancia el que conservemos o no las características peculiares de nuestra fe. Nos incumbe la solemne obligación de asumir en favor de la verdad y de la justicia una posición más decidida que la que hemos asumido en lo pasado. La línea de demarcación entre los que guardan los mandamientos de Dios y los que no los guardan debe resaltar con claridad inequívoca. Debemos honrar concienzudamente a Dios y emplear diligentemente todos los medios para cumplir nuestro pacto con él, a fin de recibir sus bendiciones, que son tan esenciales para el pueblo que va a ser probado severamente. Deshonramos grandemente a Dios si damos la impresión de que nuestra fe y nuestra religión no constituyen una fuerza dominante en nuestra vida. Así nos apartamos de sus mandamientos, que son nuestra vida y negamos que él sea nuestro Dios y que seamos su pueblo. 7TPI 107.3

    *****

    Debemos invitarlos a todos, a los encumbrados y a los de niveles bajos, a los ricos y a los pobres, a todas las sectas y clases, para que participen de los beneficios de nuestras instituciones médicas. En nuestras instituciones recibimos gente de todas las denominaciones. Sin embargo, somos estrictamente denominacionales en lo que se refiere a nosotros mismos; hemos recibido la sagrada elección de Dios y estamos bajo su teocracia. Pero no debemos imponer insensatamente sobre nadie los puntos peculiares de nuestra fe. 7TPI 108.1

    *****

    Para que los hombres no se fueran a olvidar del verdadero Dios, él les concedió un monumento recordativo de su amor y su poder: el sábado. Dice él: “Vosotros guardaréis mis sábados; porque es señal entre mí y vosotros”. Éxodo 31:13.7TPI 108.2

    *****

    Refiriéndose a Israel, el Señor declaró: “He aquí un pueblo que habitará confiado, y no será contado entre las naciones”. Números 23:9. Estas palabras se aplican a nosotros lo mismo como al antiguo Israel. El pueblo de Dios debe destacarse solo. La observancia del reposo del séptimo día debe constituir una señal entre ellos y Dios, y mostrar que deben ser un pueblo peculiar, separados del mundo en hábitos y prácticas. Dios obrará a través de ellos para juntar un pueblo para sí de entre todas las naciones.7TPI 108.3

    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents