CAPÍTULO 5—PROMESAS PARA LOS AGOBIADOS
“Cada día trae sus cargas, sus cuidados y perplejidades; y cuán listos estamos para hablar de esto cuando nos encontramos unos con otros. Nos acosan tantas penas imaginarias, cultivamos tantos temores y expresamos tal peso de ansiedades, que cualquiera podría suponer que no tenemos un Salvador poderoso y misericordioso, dispuesto a oír todas nuestras peticiones y a ser nuestro protector constante en cada hora de necesidad” (CC 121).PUD 28.1
“Hasta que estemos cara a cara frente a Dios... y conozcamos como somos... conocidos, no sabremos cuántas cargas él llevó por nosotros, cuántas más habría estado dispuesto a soportar si se las hubiéramos llevado con la fe de un niño...” (MeM 12).PUD 28.2
“Cualesquiera que sean nuestras ansiedades y pruebas, presentemos nuestro caso ante el Señor. Nuestro espíritu será fortalecido para poder resistir. Se nos abrirá el camino... Cuanto más débiles e impotentes nos reconozcamos, tanto más fuertes llegaremos a ser en su fortaleza. Cuanto más pesadas nuestras cargas, más bienaventurado el descanso que hallaremos al echarlas sobre el que las puede llevar” (DTG 296).PUD 29.1
“El cuidado del Señor se extiende a todas sus criaturas. El ama a todos y no hace acepción de personas, si bien mira con la más tierna compasión a los que llevan las cargas más pesadas de la vida. Los hijos de Dios han de soportar pruebas y dificultades. Pero deben aceptar su suerte con espíritu animoso, teniendo presente que por todo aquello que el mundo les niega, Dios los resarcirá colmándolos de sus más preciosos favores” (LC 120).PUD 29.2
“Necesitamos confiar en Jesús diariamente, a cada hora. Nos ha prometido que según sea el día, será nuestra fuerza. Por su gracia podremos soportar todas las cargas del momento presente y cumplir sus deberes. Pero muchos se abaten anticipando las dificultades futuras. Están constantemente tratando de imponer las cargas del mañana al día de hoy. Así muchas de sus pruebas son imaginarias. Para los tales, Jesús no hizo provisión. Prometió gracia únicamente para el día” (2JT 59).PUD 29.3
“A todos nos acosan preocupaciones apremiantes, cargas y obligaciones; pero cuanto más difícil la si- tuación y más pesadas las cargas, tanto más necesitamos a Jesús” (MC 409).PUD 29.4
“No debe ser difícil recordar que el Señor desea que usted deposite sus problemas y perplejidades a sus pies, y que los deje allí. Vaya a él, diciendo: ‘Señor, mis cargas son demasiado pesadas. ¿Quieres llevarlas en mi lugar?’ Y él contestará: ‘Yo las llevaré. Con misericordia eterna tendré compasión de ti’” (TM 519).PUD 30.1
“Sépanlo o no, todos están cansados y cargados. Todos están agobiados con cargas que únicamente Cristo puede quitar. La carga más pesada que llevamos es la del pecado. Si se nos deja solos para llevarla, nos aplastará. Pero el Ser sin pecado tomó nuestro lugar... El llevó la carga de nuestra culpabilidad. El sacará la carga de nuestros hombros cansados. Nos dará reposo. Llevará también la carga de congoja y pesar. Nos invita a confiarle todos nuestros cuidados, porque nos lleva sobre su corazón” (DTG 295).PUD 30.2
“Si anduviéramos con Dios humildemente, si obráramos en el Espíritu de Cristo, no llevaríamos cargas pesadas. Las pondríamos sobre el gran Consolador. Entonces podríamos esperar triunfos en la presencia de Dios, en la comunión de su amor” (6T 63).PUD 30.3
“No penséis que vais a encontrar reposo poniendo vuestras cargas sobre otros. Id directamente al que es capaz de soportar las cargas y habladle de ellas. Creed que él es capaz y está dispuesto a afrontar las circunstancias de vuestro caso... Cuando descargamos en él nuestra desvalida alma, nos dará paz, gozo, fuerza y valor. Entonces podréis contar a otros cuán precioso es Cristo para vosotros” (UL 359).PUD 30.4
“No nos hagamos desdichados por alguna supuesta carga del mañana. Cumplamos los deberes de hoy con alegría. Hoy debemos tener fe y confianza en Jesús. Hoy debemos mirar y vivir. Hoy pondré mi confianza en Dios. Hoy descansaré en quietud y paz por el poder de Dios. Diga: ‘el Señor será glorificado por ser hoy alegre y feliz en la seguridad de su amor’” (UL 180).PUD 31.1
“Cuando vuestros deberes parezcan austeros y severos, y vuestras cargas demasiado pesadas, recordad que por vuestra causa soporté la cruz, menospreciando la vergüenza. Cuando vuestro corazón se atemoriza ante la penosa prueba, recordad que vuestro Redentor vive para interceder por vosotros” (DTG 614).PUD 31.2