CAPÍTULO 29—PROMESAS PARA LOS AFLIGIDOS
- Tabla de contenido
- Apreciados lectores. . .
- CAPÍTULO 1—PROMESAS DE DIOS
- CAPÍTULO 2—PROMESAS PARA LOS DE EDAD AVANZADA
- CAPÍTULO 3—PROMESAS PARA LOS DESCARRIADOS
- CAPÍTULO 4—PROMESAS PARA LOS ENLUTADOS
- CAPÍTULO 5—PROMESAS PARA LOS AGOBIADOS
- CAPÍTULO 6—PROMESAS PARA LOS NIÑOS
- CAPÍTULO 7—PROMESAS PARA LOS CRISTIANOS
- CAPÍTULO 8—PROMESAS PARA LA IGLESIA
- CAPÍTULO 9—PROMESAS PARA LOS COLPOPTOPES
- CAPÍTULO 10—PROMESAS PARA LOS DESANIMADOS
- CAPÍTULO 11—PROMESAS PARA LOS FIELES
- CAPÍTULO 12—PROMESAS PARA LA FAMILIA
- CAPÍTULO 13—PROMESAS PARA LOS PADRES
- CAPÍTULO 14—PROMESAS PARA LOS TEMEROSOS
- CAPÍTULO 15—PROMESAS PARA EL PUEBLO DE DIOS
- CAPÍTULO 16—PROMESAS PARA LOS OBREROS DE DIOS
- CAPÍTULO 17—PROMESAS PARA LOS DIRIGENTES
- CAPÍTULO 18—PROMESAS PARA LOS SOLITARIOS
- CAPÍTULO 19—PROMESAS PARA EL HOMBRE
- CAPÍTULO 20—PROMESAS PARA LOS PASTORES
- CAPÍTULO 21—PROMESAS PARA LOS MISIONEROS
- CAPÍTULO 22—PROMESAS PARA LAS MADRES
- CAPÍTULO 23—PROMESAS PARA LOS OBEDIENTES
- CAPÍTULO 24—PROMESAS PARA LOS PADRES
- CAPÍTULO 25—PROMESAS PARA LOS PERSEGUIDOS
- CAPÍTULO 26—PROMESAS PARA LOS POBRES
- CAPÍTULO 27—PROMESAS PARA LOS ENFERMOS
- CAPÍTULO 28—PROMESAS PARA LOS PECADORES
- CAPÍTULO 29—PROMESAS PARA LOS AFLIGIDOS
- CAPÍTULO 30—PROMESAS PARA LOS QUE SUFREN
- CAPÍTULO 31—PROMESAS PARA LOS MAESTROS
- CAPÍTULO 32—PROMESAS PARA LOS TENTADOS
- CAPÍTULO 33—PROMESAS PARA LOS PROBADOS
- CAPÍTULO 34—PROMESAS PARA LOS QUE SUFREN ANSIEDAD
- CAPÍTULO 35—PROMESAS PARA LAS MUJERES
- CAPÍTULO 36—PROMESAS PARA LOS QUE SE PREOCUPAN
- CAPÍTULO 37—PROMESAS PARA LOS JÓVENES
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CAPÍTULO 29—PROMESAS PARA LOS AFLIGIDOS
“Dios no desea que ninguno de nosotros permanezca postrado a causa de la intensa aflicción, con los corazones transidos de dolor. El quiere que miremos hacia arriba y veamos el arco de la promesa, y que reflejemos la luz para otras personas.PUD 124.1
“Oh, el bendito Salvador se halla junto a muchas personas cuyos ojos están de tal modo enceguecidos por las lágrimas que no alcanzan a discernirlo. El anhela sujetar firmemente nuestras manos, mientras nos aferramos a él con fe sencilla, y le imploramos que nos guíe. Tenemos el privilegio de gozamos en Dios. Si dejamos que la confortación y la paz de Jesús entren en nuestras vidas, seremos mantenidos cerca de su gran corazón de amor” (2MS 294, 295).PUD 124.2
“Jesús fue Varón de dolores, y su corazón sufrió una angustia indecible... Su corazón conoce nuestras pesadumbres, aflicciones y pruebas. Nos ha amado con un amor sempiterno y nos ha rodeado de misericordia. Podemos apoyar el corazón en él y meditar a todas horas en su bondad. El elevará el alma más allá de la tristeza y perplejidad cotidianas hasta su reino de paz” (DMJ 16).PUD 125.1
“El Consolador es nuestro... en todos los tiempos y en todos los lugares, en todos los dolores y en todas las aflicciones, cuando las perspectivas parecen oscuras y confuso el futuro, y nos sentimos desvalidos y solos. Entonces es cuando el Consolador será enviado en respuesta a la oración de fe” (AFC 173).PUD 125.2
“Jesús miró entonces a sus redimidos santos, cuyo semblante irradiaba gloria, y fijando en ellos sus ojos bondadosos les dijo con voz rica y musical: ‘Contemplo el trabajo de mi alma, y estoy satisfecho. Vuestra es esta excelsa gloria para que la disfrutéis eternamente. Terminaron vuestros pesares. No habrá más muerte ni llanto ni pesar ni dolor’” (PE 288).PUD 125.3
“Debemos aprender a creer en las promesas, a tener una fe constante... Vivamos en la luz del sol que mana de la cruz del Calvario. No moremos más en la sombra, condoliéndonos de nuestros pesares, porque esto solamente los ahondará. Nunca olvidemos, aun cuando caminemos en el valle, que Cristo está con nosotros tan ciertamente cuando recorremos confiadamente ese lugar como cuando estamos en la cumbre” (LC 52).PUD 125.4
“No andéis en la sombra de la cruz. No deis expresión al lloro, los quejidos y las penas; antes animad vuestras almas en la esperanza y el gozo. La cruz señala hacia arriba a un Salvador viviente, que es vuestro Abogado y está intercediendo en vuestro favor... Cuando estéis fuertemente apesadumbrados, es porque Satanás se ha interpuesto entre vosotros y los brillantes rayos del Sol de Justicia” (LC 52).PUD 126.1
“Los ángeles del cielo son enviados para servir a los que han de heredar la salvación. No sabemos ahora quiénes son; aún no se ha manifestado quiénes han de vencer y compartir la herencia de los santos en luz; pero los ángeles del cielo están recorriendo la longitud y la anchura de la tierra, tratando de consolar a los afligidos, proteger a los que corren peligro, ganar los corazones de los hombres para Cristo. No se descuida ni se pasa por alto a nadie. Dios no hace acepción de personas, y tiene igual cuidado por todas las almas que creó” (DTG 593, 594).PUD 126.2
“Siento... que Ud. tenga aflicción y dolor. Pero Jesús, el precioso Salvador, vive. Vive para Ud. No se preocupe, sino que confíe en el Señor. Recuerde que ni un gorrión cae a tierra sin que lo advierta el Padre celestial” (2MS 304).PUD 126.3
“Los que han padecido las mayores aflicciones, con frecuencia son los que están en condiciones de proporcionar mayor consuelo a otros porque irradian luz dondequiera que vayan. Tales personas han sido purificadas y suavizadas por sus aflicciones; no perdieron su confianza en Dios cuando los problemas las asediaban, sino que se refugiaron más profundamente en su amor protector. Tales personas constituyen una prueba viviente del tierno cuidado de Dios, quien produce tanto las tinieblas como la luz, y nos disciplina para nuestro bien” (2MS 313, 314).PUD 126.4
“Seguid avanzando sin vacilación, como si cada oración ofrecida hubiese sido colocada en el trono de Dios y contestada por Aquel cuyas promesas nunca fallan. Proseguid adelante, cantando y entonando melodías a Dios en vuestros corazones aunque os encontréis deprimidos por una sensación de peso y de tristeza... la luz vendrá,... tendremos gozo y ... la niebla y las nubes serán rechazadas” (2MS 278).PUD 127.1
“Todo el cielo está interesado en la felicidad del hombre. Nuestro Padre celestial no cierra las avenidas del gozo a ninguna de sus criaturas” (CC 46,47).PUD 127.2