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Mente, Cáracter y Personalidad 1 - Contents
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    Capítulo 24—El amor en el hogar1Véase el capítulo 32, Apasionamiento y amor ciego.

    Fuente del verdadero afecto humano—Nuestros afectos mutuos surgen de una común relación con Dios. Somos una familia y nos amamos los unos a los otros como él nos amó. Cuando se compara este afecto verdadero, santificado y disciplinado, con la cortesía ampulosa del mundo, las expresiones carentes de significado de la amistad efusiva son como paja de la era.—HHD 103 (1896).1MCP89 216.1

    Amar como Cristo amó significa manifestar abnegación en todo momento y lugar, mediante palabras amantes y un continente agradable.... El amor genuino es un precioso atributo que se origina en el cielo, y cuya fragancia crece en proporción a la forma en que se lo dispensa a los demás...—HHD 103 (1899).1MCP89 216.2

    El amor une los corazones—Haya entre ellos amor mutuo y sopórtense uno a otro. Entonces el casamiento, en vez de ser la terminación del amor, será más bien su verdadero comienzo. El calor de la verdadera amistad, el amor que une un corazón al otro, es sabor anticipado de los goces del cielo... Ame cada uno de ellos al otro antes de exigir que el otro le ame.—El Ministerio de Curación, 279 (1905).1MCP89 216.3

    El afecto puede ser puro pero superficial—Vuestro afecto podrá ser tan claro como el cristal, arrobador en su pureza, y sin embargo, podría ser superficial por no haber sido probado. Dad a Cristo, en todas las cosas, el lugar primero, el último y el mejor. Contempladle constantemente, y vuestro amor por él, en la medida en que sea probado, se hará cada día más profundo y más fuerte. Y a medida que crezca vuestro amor por él, vuestro amor mutuo aumentará también en fuerza y profundidad. “Nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma semejanza”. 2 Corintios 3:18.—Joyas de los Testimonios 3:96 (1902).1MCP89 217.1

    El amor no puede existir sin expresión—Al ser reprimidos, los impulsos de sociabilidad y generosidad se marchitan y el corazón se vuelve desolado y frío... El amor no puede durar mucho si no se le da expresión. No permitáis que el corazón de quienes os acompañen se agoste por falta de bondad y simpatía de parte vuestra.—El Ministerio de Curación, 278 (1905).1MCP89 217.2

    El amor es una planta que debe tratarse con ternura—La preciosa planta del amor ha de ser tratada con ternura, y llegará a ser fuerte y vigorosa y rica en frutos, y dará expresión a todo el carácter.—Carta 50, 1893.1MCP89 217.3

    No refrenar los impulsos amantes—Estimulad la expresión del amor hacia Dios y de unos hacia otros. La razón por la cual hay tantos hombres y mujeres de corazón duro en el mundo es porque el verdadero afecto ha sido considerado como debilidad, y ha sido desalentado y reprimido. La mejor naturaleza de estas personas fue ahogada en la infancia; y a menos que la luz del amor divino derrita su frío egoísmo, su felicidad quedará arruinada para siempre. Si queremos que nuestros hijos posean el tierno espíritu de Jesús y la simpatía que los ángeles manifiestan por nosotros, debemos estimular los impulsos generosos y amantes de la infancia.—El Deseado de Todas las Gentes, 475 (1898).1MCP89 217.4

    El amor no es pasión—El amor es una planta de origen celestial. No es irrazonable, no es ciego. Es puro y santo. Pero la pasión del corazón carnal es enteramente otra cosa. Mientras el amor puro hará intervenir a Dios en todos sus planes y estará en perfecta armonía con el Espíritu de Dios, la pasión será terca, irreflexiva, irrazonable, desafiante de toda sujeción, y hará un ídolo del objeto de su elección.1MCP89 218.1

    La gracia de Dios se mostrará en toda la conducta del que posee verdadero amor. La modestia, la sencillez, la sinceridad, la moralidad y la religión, caracterizarán cada paso hacia la alianza del matrimonio.—The Review and Herald, 25 de septiembre de 1888; Mensajes para los Jóvenes, 324.1MCP89 218.2

    El verdadero amor prepara para el matrimonio de éxito—El amor verdadero es un principio santo y elevado, por completo diferente en su carácter del amor despertado por el impulso, que muere de repente cuando es severamente probado. Mediante la fidelidad al deber en la casa paterna, los jóvenes deben prepararse para formar su propio hogar. Practiquen allí la abnegación propia, la amabilidad, la cortesía y la compasión del cristianismo. El amor se conservará vivo en el corazón, y los que salgan de tal hogar para ponerse al frente de su propia familia, sabrán aumentar la felicidad de la persona a quien hayan escogido por compañero o compañera de su vida. Entonces el matrimonio, en vez de ser el fin del amor, será su verdadero principio.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 174 (1890).1MCP89 218.3

    El amor y la disciplina propia unen a la familia—Procuren los padres manifestar en su propio carácter y en su vida doméstica el amor y la benevolencia del Padre celestial. Llenen el hogar de alegría. Para vuestros hijos esto valdrá más que tierras y dinero. Cultívese en sus corazones el amor al hogar, para que puedan mirar hacia atrás, hacia el hogar de su niñez, y ver en él un lugar de paz y felicidad, superado sólo por el cielo. Los miembros de una familia no tienen todos idéntico carácter, y habrá muchas ocasiones para ejercitar la paciencia e indulgencia; pero por el amor y el dominio propio todos pueden vincularse en la más estrecha comunión.—Historia de los Patriarcas y Profetas, 174 (1890).1MCP89 218.4

    Características del amor verdadero (consejo a un esposo obstinado)—El amor verdadero y puro es precioso. Es celestial en su influencia. Es profundo y permanente. No es espasmódico en sus manifestaciones. No es una pasión egoísta. Lleva fruto. Conducirá a un esfuerzo constante para hacer feliz a su esposa. Si usted tiene este amor, será natural hacer este esfuerzo. No parecerá forzado. Si sale para un paseo o para asistir a una reunión, será tan natural como respirar el escoger a su esposa para que lo acompañe y procurar hacerla feliz en su compañía. Usted considera los logros espirituales de ella como inferiores a los suyos, pero he visto que Dios está más satisfecho con el espíritu de ella que con el que usted mismo posee.1MCP89 219.1

    Usted no es digno de su esposa. Ella es demasiado buena para usted. Ella es una planta frágil y sensible; necesita ser atendida con ternura. Ella desea fervientemente hacer la voluntad de Dios. Pero tiene un espíritu orgulloso y es tímida, y huye de los reproches. Ser objeto de observaciones o comentarios es como la muerte para ella. Sea su esposa amada, honrada y apreciada en cumplimiento del voto matrimonial, y saldrá de la posición reticente y apocada que es natural en ella.—Testimonies for the Church 2:416 (1870).1MCP89 219.2

    El alma anhela un amor superior—Su esposa debería hacer grandes esfuerzos para salir de su reserva grave y retraída, y para cultivar la sencillez en todos sus actos. Y cuando se despierten las facultades superiores en usted y se fortalezcan con el ejercicio, comprenderá mejor los deseos de las mujeres; comprenderá que el alma suspira por un amor de nivel superior y más puro que el del orden inferior de las pasiones animales. Estas pasiones han sido fortalecidas en usted por el estímulo y la ejercitación. Si ahora, en el temor de Dios, subyuga su cuerpo y procura relacionarse con su esposa con amor puro y elevado, los deseos de la naturaleza de ella serán satisfechos. Acérquela a su corazón; estímela altamente.—Testimonies for the Church 2:415 (1870).1MCP89 219.3

    El amor encuentra expresión en palabras y hechos—L____ necesita cultivar el amor por su esposa, amor que encuentre expresión en palabras y hechos. Debería cultivar un afecto tierno. Su esposa tiene una naturaleza sensible y apegada, y necesita ser atendida. Ella recordará cada palabra tierna, cada palabra de aprecio y ánimo afectuoso y la devolverá en bendiciones sobre su esposo. La naturaleza indiferente del esposo debe ser puesta en contacto estrecho con Cristo, a fin de que la rigidez y fría reserva pueda ser subyugada y suavizada por el amor divino.1MCP89 220.1

    No será debilidad ni sacrificio de la hombría y la dignidad el otorgar a su esposa expresiones de ternura y simpatía en palabras y hechos; y no las limite al círculo de la familia, sino extiéndalas a los que están fuera de ella. L____ tiene una obra que hacer consigo mismo que ninguno puede hacer por él. Puede fortalecerse en el Señor llevando cargas en su causa. Su afecto y amor deberían estar centrados en Cristo y en las cosas celestiales, y debería estar formando un carácter para la vida eterna.—Testimonies for the Church 3:530, 531 (1875).1MCP89 220.2

    Los pequeños actos revelan el verdadero amor—El amor no puede existir sin revelarse en actos exteriores así como el fuego no puede mantenerse encendido sin combustible. Usted, Hno. C, sintió que estaba por debajo de su dignidad manifestar ternura mediante actos bondadosos y buscar una oportunidad para expresar afecto a su esposa por medio de palabras tiernas y atención bondadosa. Usted es mudable en sus sentimientos y lo afectan mucho las circunstancias que lo rodean... Deje las preocupaciones, molestias y perplejidades de su negocio cuando salga de él. Vaya a su familia con un rostro alegre, con simpatía, ternura y amor. Esto será mejor que gastar dinero en remedios o en médicos para su esposa. Será salud para el cuerpo y fortaleza para el alma.—Testimonies for the Church 1:695 (1868).1MCP89 220.3

    Resplandezcan la paciencia, la gratitud y el amor en el corazón, por nublado que esté el día.—El Ministerio de Curación, 305 (1905).1MCP89 221.1

    El poder del ejemplo de los padres—La mejor manera de enseñar a los niños a respetar a su padre y a su madre consiste en darles la oportunidad de ver al padre rendir atenciones bondadosas a la madre y a la madre manifestar respeto y reverencia hacia el padre. Al contemplar el amor manifestado en sus padres los hijos son inducidos a acatar el quinto mandamiento y a prestar oídos a la recomendación: “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo”.—The Review and Herald, 15 de noviembre de 1892; El hogar adventista, 177 (1894).1MCP89 221.2

    El amor de Jesús reflejado en los padres—Cuando la madre ha obtenido la confianza de sus hijos y les ha enseñado a amarla y a obedecerle, les ha dado la primera lección en la vida cristiana. Deben amar y obedecer a su Salvador y confiar en él como aman y obedecen a sus padres y confían en ellos. El amor que con sus cuidados fieles y educación correcta de sus hijos manifiestan los padres hacia ellos es un débil reflejo del amor que Jesús tiene por sus fieles.—The Signs of the Times, 4 de abril de 1911; El hogar adventista, 177, 178 (1894).1MCP89 221.3

    El amor de la madre es una ilustración del amor de Cristo—Mientras la madre enseña a sus hijos a obedecerle porque la aman, les enseña las primeras lecciones de su vida cristiana. El amor de la madre representa ante el niño el amor de Cristo, y los pequeñuelos que confían y obedecen a su madre están aprendiendo a confiar y obedecer al Salvador.—El Deseado de Todas las Gentes, 474 (1898).1MCP89 221.4

    La influencia de un hogar cristiano nunca se olvida—El hogar hermoseado por el amor, la simpatía y la ternura es un lugar que los ángeles visitan con agrado, y donde se glorifica a Dios. La influencia de un hogar cristiano cuidadosamente custodiado en los años de la infancia y la juventud, es la salvaguardia más segura contra las corrupciones del mundo. En la atmósfera de un hogar tal, los niños aprenderán a amar a sus padres terrenales y a su Padre celestial.—El hogar adventista, 15 (1894).1MCP89 221.5

    Las relaciones familiares deben ejercer una influencia santificadora. Los hogares cristianos, establecidos y dirigidos de acuerdo con el plan de Dios, contribuyen en forma admirable a la formación de un carácter cristiano... Los padres y los hijos deben ofrecer juntos un servicio amante al Unico que puede mantener puro y noble el amor humano.—El hogar adventista, 15 (1894).1MCP89 222.1

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