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Mente, Cáracter y Personalidad 1 - Contents
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    Sección 3—El desarrollo de la mente

    Capítulo 11—El estudio de la Biblia y la mente

    Fundamento de todo estudio—La Palabra de Dios debe ser el fundamento de todo estudio, y las palabras de la revelación, cuidadosamente estudiadas, apelan tanto al intelecto como al corazón y los fortalecen. Se requiere el cultivo del intelecto para que comprendamos la revelación de la voluntad de Dios para nosotros. No puede ser descuidada por los que son obedientes a sus mandamientos. Dios no nos dio las facultades de la mente para ser dedicadas a proyectos vulgares y frívolos.—Manuscrito 16, 1896.1MCP89 91.1

    Fortaleza de principios—Al ser recibidas, las verdades de la Biblia enaltecerán la mente y el alma. Si se apreciara debidamente la Palabra de Dios, jóvenes y ancianos poseerían una rectitud interior y una fuerza de principios que los capacitarían para resistir la tentación.—El Ministerio de Curación, 364 (1905).1MCP89 91.2

    La única guía verdadera—La familiaridad con las Escrituras agudiza la capacidad de discernimiento, y fortifica el alma contra los ataques de Satanás. La Biblia es la Palabra del Espíritu, que nunca dejará de vencer al adversario. Es el único verdadero guía en todos los asuntos de fe y de práctica. La razón por la cual Satanás tiene tanto control sobre la mente y el corazón de los hombres, es que no han hecho de la Palabra de Dios su consejero, y todos sus caminos no han sido probados mediante la prueba verdadera. La Biblia nos mostrará el curso que debemos seguir para llegar a ser los herederos de la gloria.—The Review and Herald, 4 de enero de 1881; Nuestra Elavada Vocacion, 33.1MCP89 91.3

    Se define la educación superior—No se puede adquirir una educación superior a la que fue dada a los primeros discípulos, la cual nos es revelada por la Palabra de Dios. Adquirir la educación superior significa seguir implícitamente la Palabra, andar en las pisadas de Cristo, practicar sus virtudes. Significa renunciar al egoísmo, y dedicar la vida al servicio de Dios. La educación superior exige algo mayor, algo más divino que el conocimiento que se puede obtener solamente de los libros. Significa un conocimiento personal y experimental de Cristo; significa emancipación de las ideas, de los hábitos y prácticas que se adquirieron en la escuela del príncipe de las tinieblas, y que se oponen a la lealtad a Dios. Significa vencer la terquedad, el orgullo, el egoísmo, la ambición mundanal y la incredulidad. Es un mensaje de liberación del pecado.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos, 13 (1913).1MCP89 92.1

    Inspira la mente—En la Palabra de Dios halla la mente temas de la más profunda meditación, las más sublimes aspiraciones. Allí podemos estar en comunión con los patriarcas y los profetas, y escuchar la voz del Eterno mientras habla con los hombres. Allí contemplamos la Majestad de los cielos tal como se humilló para hacerse nuestro sustituto y garante, para luchar a solas con las potestades de las tinieblas y obtener la victoria en nuestro favor. Una reverente contemplación de estos temas no puede menos que suavizar, purificar y ennoblecer el corazón, y al mismo tiempo inspirar a la mente nueva fortaleza y vigor.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos, 51 (1913).1MCP89 92.2

    Revela el propósito de la vida—Pero lo que sobre todas las demás consideraciones debiera inducirnos a apreciar la Biblia, es que en ella se revela a los hombres la voluntad de Dios. En ella aprendemos el propósito de nuestra creación, y los medios por los cuales se lo puede alcanzar. Apredemos a aprovechar sabiamente la vida presente, y a asegurarnos la futura. Ningún otro libro puede satisfacer los anhelos del corazón o contestar las preguntas que se suscitan en la mente. Si obtienen un conocimiento de la Palabra de Dios y le prestan atención, los hombres pueden elevarse de las más bajas profundidades de la degradación hasta llegar a ser hijos de Dios, compañeros de los ángeles sin pecado.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos, 52 (1913).1MCP89 92.3

    Las parábolas han de impresionar y despertar las mentes—Dios quiere que nuestras mentes fueran impresionadas, despertadas e instruidas por sus sagradas parábolas. Desea que la naturaleza contrarreste los intentos de divorciar la ciencia del cristianismo bíblico. Desea que las cosas de la naturaleza que captan nuestros sentidos, retengan la atención e impresionen verdades celestiales sobre la mente.—The Youth’s Instructor, 6 de mayo de 1897.1MCP89 93.1

    La Biblia no tiene rival—Como poder educador la Biblia no tiene rival. Nada impartirá tal vigor a todas las facultades como el exigir a los estudiantes que capten las estupendas verdades de la revelación. La mente se adapta gradualmente a los temas sobre los que se le permite detenerse. Si se la ocupa sólo con cosas comunes, con la exclusión de temas grandiosos y elevados, se empequeñecerá y debilitará. Si nunca se le exige que luche con problemas difíciles o se esfuerce por comprender verdades importantes, después de un tiempo casi habrá perdido el poder de crecer.—Testimonies for the Church 5:24 (1882).1MCP89 93.2

    Aceptarla con fe sencilla—Dios desea que el hombre ejercite sus facultades de raciocinio; y el estudio de la Biblia fortalecerá y elevará el intelecto como ningún otro estudio puede hacerlo. Es el mejor ejercicio intelectual y espiritual para la mente humana. Sin embargo, no debemos endiosar la razón, que está sujeta a la debilidad y flaqueza de la humanidad.1MCP89 93.3

    Si no queremos que las Escrituras queden veladas para nuestro entendimiento, de manera que no podamos comprender las más claras verdades, debemos tener la sencillez y fe de un niñito, estar listos para aprender y solicitar la ayuda del Espíritu Santo. Un sentido del poder y la sabiduría de Dios y de nuestra incapacidad para comprender su grandeza, debe inspirarnos humildad, y debemos abrir su Palabra con tanta reverencia como si entráramos en su presencia. Cuando acudimos a la Biblia, la razón debe reconocer una autoridad superior a ella, y el corazón y el intelecto deben inclinarse ante el gran YO SOY.—Joyas de los Testimonios 2:308 (1889).1MCP89 94.1

    No estudiar nada que anuble la Palabra de Dios—Jesucristo es nuestra piedra de toque espiritual. El revela al Padre. No se debería dar como alimento al cerebro nada que traiga ante la mente una nube o una neblina con respecto a la Palabra de Dios. No debería prestarse una atención descuidada con respecto al cultivo del suelo del corazón. La mente debe estar preparada para apreciar el trabajo y las palabras de Cristo, porque El vino del cielo para despertar un deseo y dar el pan de vida a todos los que tienen hambre del conocimiento espiritual.—Manuscrito 15, 1898.1MCP89 94.2

    Las Escrituras reconocen la libertad de elección moral del hombre—Cuando investigamos la Palabra de Dios, los ángeles están a nuestro lado, reflejando brillantes rayos de luz sobre sus páginas sagradas. Las Escrituras se dirigen al hombre porque tiene poder de elegir entre el bien y el mal; le hablan con advertencias, reproches, ruegos y palabras de aliento. Debe ejercitarse la mente con las solemnes verdades de la Palabra de Dios, o se debilitará... Debemos examinar y conocer por nosotros mismos las razones de nuestra fe comparando pasaje con pasaje. Tomen la Biblia, y sobre sus rodillas, rueguen a Dios que ilumine sus mentes.—The Review and Herald, 4 de marzo de 1884.1MCP89 94.3

    La mente encuentra su desarrollo más noble—Si la Biblia fuera estudiada como debiera serlo, los hombres llegarían a ser de intelecto fuerte. Los temas tratados en la Palabra de Dios, la digna sencillez de su lenguaje, los nobles temas que presenta a la mente, desarrollan facultades en el hombre que no podrían desarrollarse de otro modo. En la Biblia se abre un campo sin límites para la imaginación. El estudiante llegará, al contemplar sus grandes temas, a relacionarse con sus elevadas imágenes, a ser más puro y elevado en pensamiento y sentimiento que si hubiera pasado el tiempo leyendo cualquier obra de origen meramente humano, por no decir nada de los de carácter superficial.1MCP89 95.1

    Las mentes juveniles no alcanzan su desarrollo más noble cuando descuidan la más elevada fuente de sabiduría—la Palabra de Dios. La razón por la que tenemos tan pocos hombres de mente buena, de estabilidad y de valor sólido, es porque no se teme a Dios, no se ama a Dios, y los principios de la religión no son puestos en práctica en la vida como debieran serlo.—Fundamentals of Christian Education, 165 (1890).1MCP89 95.2

    Busquen sus tesoros escondidos—La Biblia, tal como está escrita, ha de ser nuestra guía. No hay nada más a propósito para ampliar la mente y fortalecer el intelecto que el estudio de la Biblia. Ningún otro estudio elevará tanto el alma y vigorizará las facultades como el estudio de los oráculos vivientes. Las mentes de miles de ministros del Evangelio se empequeñecen porque se les permite detenerse en cosas comunes, y no se ejercitan en escudriñar los tesoros escondidos de la Palabra de Dios. Al conducir la mente al estudio de la Palabra de Dios, aumentará la comprensión y se desarrollarán los poderes superiores para comprender la verdad superior y ennoblecedora.1MCP89 95.3

    La mente se empequeñece o se expande de acuerdo con el carácter de los temas con los cuales se familiariza. Si la mente no es impulsada a hacer esfuerzos vigorosos y persistentes en procura de comprender la verdad comparando un pasaje con otro, seguramente se contraerá y perderá su tono. Deberíamos poner nuestras mentes a la tarea de buscar las verdades que no están en la misma superficie.—The Review and Herald, 28 de septiembre de 1897.1MCP89 95.4

    La Biblia dirige la vida rectamente—La Biblia entera es una revelación de la gloria de Dios en Cristo, Aceptada, creída y obedecida, constituye el gran instrumento para la transformación del carácter. Es el gran estímulo, la fuerza que constriñe, que vivifica las facultades físicas, mentales y espirituales y encauza debidamente la vida.1MCP89 96.1

    La razón por la cual los jóvenes, y aun los de edad madura, se ven tan fácilmente inducidos a la tentación y al pecado es porque no estudian la Palabra de Dios ni la meditan como debieran. La falta de fuerza de voluntad firme y resuelta que se manifiesta en su vida y carácter resulta del descuido de la sagrada instrucción que da la Palabra de Dios. No hacen esfuerzos verdaderos por dirigir la mente hacia lo que le inspiraría pensamientos puros y santos y la apartaría de lo impuro y falso.—El Ministerio de Curación, 364 (1905).1MCP89 96.2

    Revela las reglas para una vida santa—El Señor, en su gran misericordia, nos ha revelado en las Escrituras sus reglas para una vida santa, sus mandamientos y sus leyes. En ellos nos dice los pecados que debemos evitar; nos explica el plan de salvación y nos señala el camino al cielo. Si obedecemos su mandato de “escudriñar las Escrituras”, ninguno necesita ignorar estas cosas.1MCP89 96.3

    El progreso real del alma en la virtud y el conocimiento divino se realiza mediante el plan de la adición: añadiendo constantemente las gracias que Cristo vino a poner al alcance de todos haciendo un sacrificio infinito. Nosotros somos finitos, pero hemos de tener un sentido de lo infinito.1MCP89 96.4

    Debemos someter la mente a un esfuerzo, contemplando a Dios y su maravilloso plan para nuestra salvación. El alma se elevará así por sobre las cosas comunes y se fijará en las eternas.1MCP89 96.5

    El pensamiento de que estamos en el mundo de Dios y en la presencia del gran Creador del universo, quien hizo al hombre a su propia imagen y semejanza, elevará la mente a campos más amplios y elevados para la meditación que lo que puede lograr cualquier historia ficticia. El pensamiento de que el ojo de Dios nos vigila, que El nos ama y se interesó tanto por el hombre caído como para dar a su muy amado Hijo a fin de redimirnos para que no perezcamos miserablemente, es un pensamiento admirable, y todo el que abre su corazón a la aceptación y a la contemplación de estos grandes temas nunca se satisfará con temas triviales y sensacionalistas.—The Review and Herald, 9 de noviembre de 1886.1MCP89 97.1

    Un corazón nuevo significa una mente nueva—Las palabras: “Un corazón nuevo pondré dentro de ti” significan: “Te daré una mente nueva”. Este cambio de corazón siempre está acompañado de un claro concepto del deber cristiano, una comprensión de la verdad. La claridad de nuestra visión de la verdad será proporcional a nuestra comprensión de la Palabra de Dios. Quien presta cuidadosa y devota atención a las Escrituras, obtendrá una comprensión clara y un juicio sólido, como si al volverse a Dios hubiera alcanzado un grado más alto de inteligencia.—The Review and Herald, 10 de noviembre de 1904.1MCP89 97.2

    No ha de leerse con indiferencia—No es seguro para nosotros alejarnos de las Sagradas Escrituras, y hacer únicamente una lectura casual de sus páginas sagradas... Ceñid la mente a la elevada tarea que ha sido puesta delante de ella, y estudiad con un decidido interés, para que podáis entender la verdad divina. Aquellos que hacen esto, quedarán sorprendidos de encontrar lo que la mente puede lograr.—The Youth’s Instructor, 29 de junio de 1893; Nuestra Elavada Vocacion, 37.1MCP89 97.3

    Adiestrar la memoria ayuda a la mente—La mente debe ser refrenada y no se le debe permitir que divague. Debería ser adiestrada para espaciarse en las Escrituras y en temas nobles y elevados. Porciones de las Escrituras, aun capítulos enteros, pueden ser memorizados a fin de repetirlos cuando Satanás venga con sus tentaciones. El capítulo 58 de Isaías es útil para este propósito. Construya un muro para el alma con las restricciones e instrucciones dadas por la inspiración del Espíritu de Dios.1MCP89 97.4

    Cuando Satanás quiera conducir la mente a detenerse sobre cosas sensuales y terrenas, se lo puede resistir con más eficacia con un “así dice Jehová”... Cuando sugiera dudas en cuanto si somos realmente el pueblo a quien Dios está conduciendo, al cual por pruebas y aflicciones está preparando para estar firmes en el gran día, estemos listos para afrontar sus insinuaciones presentando la clara evidencia de la Palabra de Dios de que este es el pueblo remanente que guarda los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.—The Review and Herald, 8 de abril de 1884.1MCP89 98.1

    El estudio de la Biblia produce mentes bien equilibradas—Los que están bajo el adiestramiento del Espíritu Santo serán capaces de enseñar la Palabra con inteligencia. Y cuando se la hace el libro de texto, con fervientes súplicas por la conducción del Espíritu y con una completa entrega del corazón para ser santificado por la verdad, realizará todo lo que Cristo prometió.1MCP89 98.2

    El resultado de tal estudio de la Biblia será mentes bien equilibradas; porque se desarrollarán armoniosamente las facultades físicas, mentales y morales. No habrá parálisis en el conocimiento espiritual. Se aguzará la comprensión, se despertará la sensiblidad, se sensibilizará la conciencia, se purificarán las simpatías y los sentimientos, se creará una atmósfera moral mejor, y se impartirá un nuevo poder para resistir la tentación.—Fundamentals of Christian Education, 433, 434 (1896).1MCP89 98.3

    Un antídoto para las insinuaciones ponzoñosas—Cuando la mente es aprovisionada con la verdad bíblica, sus principios arraigan profundamente en el alma, y la preferencia y los gustos se entrelazan con la verdad, y no hay deseo de publicaciones rebajantes y excitadoras, que debilitan las facultades morales y destruyen los dones que Dios ha derramado para ser utilizados con fidelidad. El conocimiento bíblico resultará un antídoto contra las venenosas insinuaciones recibidas a través de una lectura incontrolada...—The Review and Herald, 9 de noviembre de 1886; Nuestra Elavada Vocacion, 204.1MCP89 98.4

    Protege de la superstición—Si las enseñanzas de esta Palabra fueran la influencia controladora de nuestras vidas, si la mente y el corazón fueran sometidas a su poder restrictivo, los males que ahora existen en las iglesias y en las familias no encontrarían lugar... Las enseñanzas de la Palabra de Dios han de controlar la mente y el corazón, para que la vida hogareña demuestre el poder de la gracia de Dios...1MCP89 99.1

    Sin la Biblia seríamos confundidos por las falsas teorías. La mente estaría sujeta a la tiranía de la superstición y la falsedad. Pero poseyendo una historia auténtica del comienzo del mundo, no necesitamos enredarnos con conjeturas humanas y teorías indignas de confianza.—The Review and Herald, 10 de noviembre de 1904.1MCP89 99.2

    Mejora las facultades de razonamiento—Si la mente es puesta a la tarea de estudiar la Biblia para obtener información, las facultades de razonar mejorarán. Con el estudio de las Escrituras la mente se expande y llega a ser más imparcialmente equilibrada que si se ocupa en obtener información general de los libros que se usan pero que no tienen conexión con la Biblia. Ningún conocimiento es tan firme, tan consecuente y de tan largo alcance, como el que se obtiene por el estudio de la Palabra de Dios. Es el fundamento de todo conocimiento verdadero.1MCP89 99.3

    La Biblia es como una fuente. Cuanto uno más la mira, más profunda parece. Las grandiosas verdades de la historia sagrada poseen una fuerza y belleza asombrosas y son de tanto alcance como la eternidad. Ninguna ciencia es comparable con la ciencia que revela el carácter de Dios.1MCP89 99.4

    Moisés fue educado en toda la sabiduría de los egipcios, y sin embargo dijo: “Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me mandó, para que hagáis así en medio de la tierra en la cual entráis para tomar posesión de ella. Guardadlos, pues, y ponedlos por obra; porque esta es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta”.—The Review and Herald, 25 de febrero de 1896; Fundamentals of Christian Education, 393.1MCP89 100.1

    Dota de vigor a las facultades—¿Por qué este Libro—este precioso tesoro—no ha de ser exaltado y estimado como un amigo valioso? Este es nuestro mapa que nos guía y a través del tormentoso mar de la vida. Es nuestro libro-guía que nos muestra el camino hacia las mansiones eternas y el carácter que debemos poseer para habitar en ellas. No hay otro libro cuya lectura elevará tanto y fortalecerá la mente, como el estudio de la Biblia. En él, el intelecto encontrará temas del más elevado carácter para ejercitar sus potencialidades. No hay ninguna otra cosa que dotará de tanto vigor todas nuestras facultades, como ponerlas en contacto con las estupendas verdades de la revelación. El esfuerzo realizado para posesionarse y ponderar estos grandes pensamientos, expande la mente. Podemos cavar profundamente en la mina de la verdad y obtener preciosas gemas, con las cuales enriquecer el alma. Aquí aprenderemos la verdadera manera de vivir y la manera segura de morir.—The Review and Herald, 4 de enero de 1881; Nuestra Elavada Vocacion, 33.1MCP89 100.2

    El estudio de la Biblia ensancha la mente—La Biblia es nuestra guía en las sendas seguras que conducen a la vida eterna. Dios ha inspirado a hombres que escriban lo que nos presenta la verdad, lo que nos atraerá, y que, si lo practicamos, nos capacitará para recibir y obtener poder moral para situarnos entre las mentes más educadas. La mente de todos aquellos que estudien la Palabra de Dios, se ampliará. Mucho más que cualquier otro estudio, su influencia está calculada para aumentar los poderes de comprensión y dotar a cada facultad con un poder nuevo. Pone a la mente en contacto con los principios amplios y ennoblecedores de la verdad. Pone a todo el cielo en relación íntima con las mentes humanas, impartiéndoles sabiduría, conocimiento y comprensión.—The Youth’s Instructor, 13 de octubre de 1898; Hijos e Hijas de Dios, 72.1MCP89 100.3

    La Biblia es una revelación de Jehová—Durante todo el tiempo este Libro ha de conservarse como una revelación de Jehová. Los oráculos divinos fueron entregados a los seres humanos para ser el poder de Dios. Las verdades de la Palabra de Dios no son meros sentimientos, sino las declaraciones del Altísimo. Quien hace de estas verdades una parte de su vida llega a ser en todo sentido una nueva criatura. No se le dan nuevos poderes mentales, pero la oscuridad que por la ignorancia y el pecado ha nublado el entendimiento se ha desvanecido.—The Review and Herald, 10 de noviembre de 1904.1MCP89 101.1

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