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Mente, Cáracter y Personalidad 1 - Contents
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    Capítulo 34—La conciencia

    Exaltar la conciencia a su legítimo lugar de autoridad—Dios ha dado a los hombres más que una mera vida animal. “De tal manera amó al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. El espera que aquellos por quienes hizo un sacrificio tan grande muestren su aprecio por su amor siguiendo el ejemplo que Cristo les dejó, y viviendo en armonía con su voluntad. Espera que respondan al amor que les expresó negándose a sí mismo por el bien de otros. Espera que usen los poderes de la mente y del cuerpo en su servicio. Les ha dado afectos, y espera que usen este precioso don para su gloria. Les ha dado una conciencia, y les prohíbe que usen mal este don; más bien, debe ser exaltado al lugar de autoridad que El le ha asignado.—The Southern Work, 1 de marzo de 1904.1MCP89 326.1

    Controle la conciencia y cultive una disposición afable—Todos deberíamos cultivar una disposición afable y someternos al control de la conciencia. El espíritu de la verdad hace mejores hombres y mujeres a los que lo reciben en sus corazones. Trabaja como la levadura hasta que todo el ser está conformado con sus principios. Abre el corazón que ha sido congelado por la avaricia; abre la mano que siempre ha estado cerrada al sufrimiento humano; y se ven como sus frutos la caridad y la bondad.—Testimonies for the Church 4:59 (1876).1MCP89 326.2

    Una conciencia pura es una adquisición maravillosa—Una conciencia libre de ofensas hacia Dios y los hombres es una adquisición maravillosa.—Manuscrito 126, 1897; Nuestra Elavada Vocacion, 145.1MCP89 327.1

    Rechazar la conciencia es un peligro terrible—Día tras día los hombres y las mujeres están decidiendo su destino eterno. Se me ha mostrado que muchos están en grave peligro. Cuando un hombre hará o dirá cualquier cosa para lograr sus fines, nada sino el poder de Dios puede salvarlo. Su carácter necesita ser transformado antes que pueda tener una buena conciencia, libre de ofensas hacia Dios y los hombres. El yo debe morir, y Cristo debe tomar posesión del templo del alma. Cuando, por el rechazo de la luz que Dios ha dado, los hombres abusan de su conciencia y la pisotean, están en terrible peligro. Su futuro bienestar eterno está peligrando.—Carta 162, 1903.1MCP89 327.2

    Satanás intenta ahogar la conciencia—Satanás usa su influencia para ahogar la voz de Dios y la voz de la conciencia, y el mundo actúa como si estuviera bajo su control. Los hombres lo han elegido como su dirigente. Se ponen bajo su estandarte. No vienen a Cristo para que puedan tener vida. Apasionados con proyectos de placeres y entretenimientos, se esfuerzan por lo que perecerá con el uso.—Manuscrito 161, 1897.1MCP89 327.3

    Un paso en falso cambia una vida—La eliminación de una salvaguardia de la conciencia, el dejar de hacer exactamente lo que Dios ha señalado, un paso en la senda de los principios equivocados, a menudo conduce a un cambio completo en la vida y los hechos... Estamos seguros sólo al seguir por donde Cristo nos dirige. El sendero llegará a ser más claro, más y más brillante, hasta que el día sea perfecto.—Carta 71, 1898.1MCP89 327.4

    Se debilita la conciencia violada—Una conciencia violada una vez se debilita grandemente. Requiere la fuerza de la vigilancia constante y la oración incesante.—Testimonies for the Church 2:90, 91 (1868).1MCP89 328.1

    La conciencia violada no es confiable—El que después de oír la verdad se aparta de ella porque aceptarla retardaría su éxito en los negocios, se aparta de Dios y de la luz. Vende su alma en un mercado barato. Su conciencia siempre será indigna de confianza. Ha hecho un pacto con Satanás al violar su conciencia, la cual, si hubiera permanecido pura y recta, le habría sido de mucho más valor que el mundo entero. El que rechaza la luz participa del fruto de la desobediencia, como les ocurrió a Adán y Eva en el Edén.—Manuscrito 27, 1900.1MCP89 328.2

    La pérdida de la integridad de conciencia paraliza las energías—Cuando ustedes pierden su integridad de conciencia, su alma llega a ser el campo de batalla de Satanás; tienen temores y dudas suficientes como para paralizar sus energías y llevarlos al desánimo. Cuando se haya ido el favor de Dios, ustedes saben que algunos de ustedes mismos han tratado de suplir ese lugar y buscar compensaciones por la pérdida del testimonio del Espíritu Santo de que son hijos de Dios en medio de la excitación mundanal, en la sociedad de los mundanos.—Carta 14, 1885.1MCP89 328.3

    La conciencia violada llega a ser un tirano—La conciencia violada llega a ser un tirano sobre otras conciencias.—Carta 88, 1896.1MCP89 328.4

    Satanás controla la conciencia adormecida por el alcohol—El borracho vende su razón por una copa de veneno. Satanás asume el dominio de su razón, de sus afectos y de su conciencia. Ese hombre está destruyendo el templo de Dios. El que toma té ayuda a hacer la misma obra. Sin embargo, ¡cuántos hay que colocan en sus mesas esos agentes destructores, sofocando de esa forma sus atributos divinos!—La Temperancia, 71 (1899).1MCP89 328.5

    La dieta afecta la conciencia—Los alimentos toscos y estimulantes afiebran la sangre, excitan el sistema nervioso y con demasiada frecuencia embotan la sensibilidad moral, de modo que la razón y la conciencia son vencidas por los impulsos sensuales.—CRA 286 (1890).1MCP89 329.1

    La salud y la conciencia—La salud es una bendición inestimable, que está más íntimamente relacionada con la conciencia y la religión de lo que muchos piensan. Tiene mucho que ver con la capacidad de uno. Todo predicador debe tener presente el sentimiento de que para ser un fiel guardián del rebaño, debe conservar todas sus facultades en condición de prestar el mejor servicio posible.—Obreros Evangélicos, 256.1MCP89 329.2

    La conciencia es un agente efectivo para restaurar la salud—Aunque estéis angustiados y afligidos, no tenéis que cerraros como las hojas de una rama seca. La alegría y la buena conciencia son mejores que los remedios, y servirán de agentes eficaces en la restauración de vuestra salud....—MeM 182 (1871).1MCP89 329.3

    Es posible estar concienzudamente equivocados—Muchos abrigan la idea de que un hombre puede practicar cualquier cosa que él crea concienzudamente que es correcto. Pero la pregunta es: ¿Tiene ese hombre una buena conciencia, bien instruida, o tiene una conciencia con prejuicios y distorsionada por sus propias opiniones preconcebidas? La conciencia no ha de tomar el lugar de un “así dice el Señor”. No todas las conciencias armonizan entre sí, ni son igualmente inspiradas. Algunas conciencias están muertas, cauterizadas como con un hierro candente. Los hombres pueden estar concienzudamente equivocados así como concienzudamente en lo correcto. Pablo no creía en Jesús de Nazaret, y persiguió a los cristianos de ciudad en ciudad, creyendo realmente que estaba sirviendo a Dios.—Carta 4, 1889.1MCP89 329.4

    Las percepciones humanas son una guía inestable—“La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?” Mateo 6:22, 23.1MCP89 330.1

    Estas palabras tienen un primer significado y un segundo, un sentido literal y otro figurado. Están llenas de verdad con respecto al ojo corporal, con el cual vemos los objetos externos. Y también son ciertas con respecto al ojo espiritual, la conciencia, con la cual evaluamos el bien y el mal. Si el ojo del alma, la conciencia, es perfectamente saludable, el alma será bien enseñada.1MCP89 330.2

    Pero cuando la conciencia es guiada por las percepciones humanas, que no están subyugadas ni suavizadas por la gracia de Cristo, la mente está enferma. Las cosas no se ven en su verdadera relación. La imaginación se sobreexcita, y el ojo de la mente ve las cosas bajo una luz distorsionada y falsa.1MCP89 330.3

    Usted necesita una visión clara y llena de simpatía. Su conciencia ha sido violada, y se ha endurecido, pero si usted sigue una conducta correcta, recibirá una renovada sensibilidad.—Carta 45, 1904.1MCP89 330.4

    Cuándo podemos confiar en la conciencia—Pero uno dice: “Mi conciencia no me condena al no guardar los mandamientos de Dios”. Pero en la Palabra de Dios leemos que hay buenas y malas conciencias, y el hecho de que su conciencia no lo condene al no guardar la ley de Dios no demuestra que usted esté sin condenación a la vista de El.1MCP89 330.5

    Lleven su conciencia a la Palabra de Dios y vean si su vida y su carácter están en armonía con la norma de justicia que Dios ha revelado allí. Ustedes pueden entonces decidir si tienen una fe inteligente o no y qué clase de conciencia es la suya. Uno no puede confiar en la conciencia del hombre a menos que esté bajo la influencia de la gracia divina. Satanás se aprovecha de la conciencia no iluminada, y por ella conduce a los hombres a toda clase de engaños, porque no han hecho de la Palabra de Dios su consejera. Muchos han inventado un evangelio propio de la misma manera en que han sustituido con una ley propia la ley de Dios.—The Review and Herald, 3 de septiembre de 1901.1MCP89 330.6

    La Palabra de Dios es la norma—No basta que el hombre se considere seguro siguiendo los dictados de su conciencia... La cuestión que debe aclararse es ésta: ¿Está la conciencia en armonía con la Palabra de Dios? Si no lo está, sus dictados no pueden seguirse con seguridad, porque engañarán. La conciencia debe ser esclarecida por Dios. Debe dedicarse tiempo al estudio de las Escrituras y la adoración. Así la mente será afirmada, fortalecida y arraigada.—Nuestra Elavada Vocacion, 145 (1901).1MCP89 331.1

    ¿Está su conciencia cambiando su vida?—Usted puede tener una conciencia, y esa conciencia puede llevarlo a la convicción, pero la pregunta es: ¿Es esa convicción un agente que actúa? ¿Alcanza esa convicción a su corazón y a los actos del hombre interior? ¿Hay una purificación del templo del alma de su contaminación? Eso es lo que deseamos, porque estamos en un tiempo como fue el de los hijos de Israel; y si hubiera pecados sobre usted, no se detenga hasta que los haya corregido y eliminado.—Manuscrito 13, 1894.1MCP89 331.2

    La influencia de la verdad sobre la conciencia y el corazón—El salmista dice: “La exposición de tu palabra alumbra; hace entender a los simples”. Salmos 119:130. Cuando la verdad actúa sólo sobre la conciencia, crea mucha incomodidad; pero cuando se invita a la verdad a entrar en el corazón, todo el ser es llevado en cautividad a Jesucristo. Aun los pensamientos son capturados, pues la mente de Cristo trabaja donde la voluntad está sometida a la voluntad de Dios. “Haya, pues, en vosotros este sentir [manera de pensar, versión Dios habla hoy] que hubo también en Cristo Jesús”. Filipenses 2:5. La persona que ha sido liberada por el Señor es realmente libre, y no puede ser llevada a la esclavitud servil del pecado.—Manuscrito 67, 1894.1MCP89 331.3

    Si la verdad está sólo en la conciencia turbará la mente—Todo judío honrado estaba convencido por su conciencia de que Jesucristo era el Hijo de Dios, pero el corazón en su orgullo y ambición no se entregaba. Se mantenía la oposición contra la luz de la verdad, a la cual ellos habían decidido negar y resistir. Cuando la verdad es tenida como verdad sólo por la conciencia, cuando el corazón no es estimulado y hecho receptivo, la verdad sólo turba la mente. Pero cuando se recibe la verdad como verdad en el corazón, ha pasado por la conciencia y ha cautivado el alma por medio de sus principios puros. Es puesta en el corazón por el Espíritu Santo, que da la forma de su belleza a la mente a fin de que su poder transformador pueda verse en el carácter.—Manuscrito 130, 1897.1MCP89 332.1

    Dios no fuerza la conciencia—Dios no violenta nunca la conciencia; pero Satanás recurre constantemente a la violencia para dominar a los que no puede seducir de otro modo. Por medio del temor o de la fuerza procura regir la conciencia y hacerse tributar homenaje.—El Conflicto de los Siglos, 649 (1888).1MCP89 332.2

    Cuándo la conciencia es una guía segura—Quien tiene la conciencia como una guía segura no se detendrá a razonar cuando brilla sobre él la luz de la Palabra de Dios. No será guiado por consejos humanos. No permitirá que los negocios mundanos estén en el camino de la obediencia. Pondrá todo interés egoísta a la puerta de la investigación y se acercará a la Palabra de Dios como alguien cuyo interés eterno está en la balanza.—Manuscrito 27, 1900.1MCP89 332.3

    Las emociones y los deseos sujetos a la razón y a la conciencia—Si no hemos de cometer pecado hemos de evitarlo desde sus mismos comienzos. Cada emoción y deseo debe estar sujeto a la razón y a la conciencia. Cada pensamiento no santificado debe ser rechazado inmediatamente. A sus cámaras, seguidores de Cristo. Oren con fe y con todo el corazón. Satanás está velando para entrampar sus pies. Deben recibir ayuda de arriba si han de escapar a sus estratagemas.—Testimonies for the Church 5:177 (1882).1MCP89 333.1

    Pero vosotros podéis someter toda emoción y pasión a control, en serena sujeción a la razón y la conciencia. Entonces Satanás pierde su poder de controlar la mente.—The Review and Herald, 14 de junio de 1892; Nuestra Elavada Vocacion, 89.1MCP89 333.2

    Las cicatrices permanecen para siempre—¿Qué ganó ese defraudador con su proceder mundano? ¿Cuán alto fue el precio que pagó por su éxito? Ha sacrificado su noble hombría y ha comenzado a marchar por el camino que conduce a la perdición. Quizá se convierta; quizá vea la impiedad de su injusticia con sus prójimos, y haga restitución hasta donde sea posible. Sin embargo, las cicatrices de una conciencia herida permanecerán siempre.—The Signs of the Times, 7 de feb. de 1884; Comentario Bíblico Adventista 3:1176.1MCP89 333.3

    La gracia de Cristo es suficiente para una conciencia culpable—Cuando el pecado lucha por dominar en el corazón, cuando la culpa oprime al alma y carga la conciencia, cuando la incredulidad anubla el espíritu, acordaos de que la gracia de Cristo basta para vencer al pecado y desvanecer las tinieblas. Al entrar en comunión con el Salvador entramos en la región de la paz.—El Ministerio de Curación, 193 (1905).1MCP89 333.4

    Usted puede hacer de sí mismo lo que elija—Otra vez lo amonesto como quien debe encontrarse con estas líneas en aquel día cuando se decidirá el caso de todos. Entréguese a Cristo sin demora; sólo El, por el poder de su gracia, puede redimirlo de la ruina. Sólo El puede sanar sus poderes morales y mentales. Su corazón puede estar ardiente con el amor de Dios; su comprensión, clara y madura; su conciencia, iluminada, pura y penetrante; su voluntad, recta y santificada, sujeta al control del Espíritu de Dios. Usted puede hacer de sí mismo lo que elija. Si ahora desea volverse, deje de hacer lo malo y aprenda a hacer el bien, luego estará realmente feliz; tendrá éxito en las batallas de la vida y se levantará para gloria y honra en la vida mejor que esta. “Escogeos hoy a quién sirváis”. Josué 24:15.—Testimonies for the Church 2:564, 565 (1870).1MCP89 333.5

    No entremeterse con las conciencias de otros—La conciencia con respecto a las cosas de Dios es un tesoro sagrado, en la cual ningún ser humano, no importa cuál sea su posición, tiene derecho a entremeterse. Nabucodonosor ofreció a los hebreos otra oportunidad, y cuando la rechazaron, se puso muy violento y ordenó que se calentara el horno de fuego siete veces más que lo acostumbrado. Les dijo a los cautivos que los echaría dentro del horno. Llena de fe y confianza, vino la respuesta: Nuestro Dios a quien servimos puede librarnos; y si no lo hace, bien; nos hemos consagrado a un Dios fiel.—Carta 90, 1897.1MCP89 334.1

    No es criterio para otros—Dios no desea que usted erija su conciencia en criterio para otros. Usted tiene un deber que cumplir: el de ser alegre y cultivar la abnegación en sus sentimientos hasta que sea su mayor placer hacer felices a quienes lo rodean.—Testimonies for the Church 4:62 (1876).1MCP89 334.2

    Los padres han de ayudar a sus hijos a conservar una limpia conciencia—Se me ha instruido para decir a los padres: Hagan todo lo que está a su alcance para ayudar a sus hijos a tener una conciencia pura y limpia. Enséñenles a alimentarse de la Palabra de Dios. Enséñenles que son los hijitos del Señor. No se olviden de que El los ha designado como los tutores de ellos. Si les dan el alimento adecuado y los visten en forma saludable, y si les enseñan con diligencia la Palabra de Dios, línea sobre línea, mandato tras mandato, un poquito allí, otro poquito allá, con mucha oración a su Padre celestial, sus esfuerzos serán ricamente recompensados.—Manuscrito 4, 1905.1MCP89 334.3

    La conciencia ha de ser limpiada—Cada sala del templo de su alma ha llegado a estar más o menos contaminada, y necesita limpieza. Ha de entrarse al aposento de la conciencia lleno de telarañas. Las ventanas del alma han de ser cerradas hacia la tierra y abiertas de par en par hacia el cielo a fin de que los brillantes rayos del Sol de justicia tengan libre acceso a ella. La memoria ha de ser refrescada por los principios bíblicos. La mente ha de ser mantenida limpia y pura a fin de que pueda distinguir entre el bien y el mal. Al repetir la oración que Cristo enseñó a sus discípulos, y luego procurar contestarla en la vida diaria, el Espíritu Santo renovará la mente y el corazón y le dará fuerzas para llevar a cabo propósitos elevados y santos.—Manuscrito 24, 1901.1MCP89 335.1

    Una clara conciencia produce paz perfecta—La paz interior y una conciencia libre de ofensas hacia Dios agilizará y vigorizará el intelecto así como el rocío sobre las tiernas plantas. La voluntad está entonces dirigida y controlada rectamente, y es más decidida, y sin embargo libre de perversidad. Las meditaciones son agradables porque son santificadas. La serenidad de la mente que usted puede poseer bendecirá a todos los que tengan contacto con usted. Esta paz y calma, con el tiempo, llegará a ser natural y reflejará sus preciosos rayos sobre todos los que lo rodean, para volver a reflejarse sobre usted mismo. Cuanto más guste de esta paz celestial y quietud mental, tanto más aumentará. Es un placer vivo y animado que no echa todas sus energías morales en el estupor, sino que las despierta a una actividad creciente. La paz perfecta es un atributo del cielo que los ángeles poseen. Quiera Dios ayudarle a poseer esta paz.—Testimonies for the Church 2:327 (1869).1MCP89 335.2

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