Loading...
Larger font
Smaller font
Copy
Print
Contents
Mente, Cáracter y Personalidad 1 - Contents
  • Results
  • Related
  • Featured
No results found for: "".
  • Weighted Relevancy
  • Content Sequence
  • Relevancy
  • Earliest First
  • Latest First
    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents

    Capítulo 15—Factores emocionales

    La obediencia a Dios libera de la pasión y el impulso—Obedecer a Dios es quedar libre de la servidumbre del pecado y de las pasiones e impulsos humanos. El hombre puede ser vencedor de sí mismo, triunfar de sus propias inclinaciones, de principados y potestades, de los “señores del mundo, gobernadores de estas tinieblas,” y de las “malicias espirituales en los aires”. Efesios 6:12.—El Ministerio de Curación, 93 (1905).1MCP89 126.1

    Las emociones han de ser controladas por la voluntad.1Véase el capítulo 76, La decisión y la voluntad.—Lo que os corresponde es volcar vuestra voluntad en el bando de Cristo. Cuando le entregáis vuestra voluntad, él inmediatamente toma posesión de vosotros, y obra en vosotros para que hagáis su deseo. Entonces vuestra naturaleza queda sometida a su Espíritu. Hasta vuestros pensamientos quedan sujetos al Señor. Si no podéis dominar vuestros impulsos y emociones como deseáis, a lo menos podéis dominar la voluntad, de modo que se efectúe un gran cambio en vuestra vida. Cuando entregáis vuestra voluntad a Cristo, vuestra vida queda escondida con Cristo en Dios. Hace alianza con el poder que supera a todos los principados y las potestades. Ya tenéis fuerza divina que os mantiene asidos a su fortaleza; y se abre ante vosotros la posibilidad de una nueva vida, y aún la vida de la fe.—MeM 328 (1898).1MCP89 126.2

    Las emociones controladas por la razón y la conciencia—El poder de la verdad debiera ser suficiente para sostener y consolar en toda adversidad. La religión de Cristo revela su verdadero valor al capacitar a quien la posee para triunfar sobre la aflicción. Pone a los apetitos, las pasiones y las emociones bajo el control de la razón y de la conciencia, y disciplina los pensamientos para que fluyan por canales saludables. Y entonces la lengua no quedará abandonada para deshonrar a Dios por medio de expresiones de anhelos pecaminosos.—Testimonies for the Church 5:314 (1885).1MCP89 127.1

    Hacer la voluntad de Dios versus sentimientos y emociones (consejos a un joven)—No son nuestros sentimientos, nuestras emociones, lo que nos hace hijos de Dios, sino el cumplir la voluntad de Dios. Una vida de utilidad está delante de usted, si su voluntad viene a ser la voluntad de Dios. Entonces podrá subsistir con la virilidad que Dios le dio, como ejemplo de buenas obras.1MCP89 127.2

    Entonces ayudará a mantener las reglas de la disciplina, en vez de contribuir a quebrantarlas. Entonces ayudará a mantener el orden, en vez de despreciarlo, e incitar a la vida irregular por su propia conducta.1MCP89 127.3

    Le digo en el temor de Dios: Yo sé lo que usted puede ser si su voluntad es puesta de parte de Dios. “Coadjutores somos de Dios”. 1 Corintios 3:9. Usted puede hacer su obra para el tiempo y la eternidad de tal manera que resista la prueba del juicio. ¿Lo probará? ¿Realizará un cambio completo? Usted es objeto del amor y la intercesión de Cristo. ¿No quiere entregarse ahora a Dios, y ayudar a los que están puestos como centinelas para proteger los intereses de su obra, en vez de causarles tristeza y desaliento?—Testimonies for the Church 5:515, 516; Testimonios Selectos 4:159 (1885).1MCP89 127.4

    La inquietud y la insatisfacción cambian (seguridad para uno que está en la balanza)—Cuando usted reciba a Jesús como su Salvador personal habrá un cambio marcado en usted; se convertirá, y el Señor Jesús por medio de su Espíritu Santo estará junto a usted. Ya no habrá más esa intranquilidad inquieta y esa insatisfacción que ahora posee.1MCP89 128.1

    Le gusta hablar. Si sus palabras glorificaran a Dios, no habría pecado en ellas. Pero usted no obtiene de paz y descanso y gozo en el servicio de Dios. Usted ciertamente no es un hombre convertido para hacer la voluntad de Dios, por lo tanto no puede sentir la influencia alegre y vivificadora de su Santo Espíritu.1MCP89 128.2

    Cuando usted decida que no puede ser un cristiano y seguir haciendo lo que desea, cuando se dé cuenta de que tiene que entregar su voluntad a la voluntad de Dios, entonces podrá acceder a la invitación de Cristo: “Venid a mí, todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. Mateo 11:28-30.—Manuscrito 13, 1897.1MCP89 128.3

    Control de las emociones internas—Usted puede ser alegre si pone hasta sus pensamientos en sujeción a la voluntad de Cristo. Usted no debería demorarse sino escudriñar cuidadosamente su propio corazón y morir cada día al yo.1MCP89 128.4

    Usted puede preguntar: ¿Cómo puedo dominar mis propios actos y controlar mis emociones internas?1MCP89 128.5

    Muchos que no profesan amar a Dios controlan su espíritu hasta cierto punto sin la ayuda de la gracia especial de Dios. Ejercen el autocontrol. Esto en verdad es una reprensión para los que saben que de Dios pueden obtener fuerza y gracia, y sin embargo no manifiestan las gracias del Espíritu. Cristo es nuestro modelo. El era manso y humilde. Aprenda de El e imite su ejemplo. El Hijo de Dios no tuvo tacha. Debemos apuntar a su perfección y vencer como El venció si hemos de sentarnos a su mano derecha.—Testimonies for the Church 3:336 (1873).1MCP89 128.6

    Las emociones son tan cambiantes como las nubes—¿Pero esperaremos hasta que sintamos que estamos limpiados? No. Cristo ha prometido que “si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. 1 Juan 1:9. Sois probados por Dios mediante la Palabra de Dios. No habéis de esperar emociones maravillosas antes de creer que Dios os ha oído. Los sentimientos no han de ser vuestra norma, pues las emociones son tan mutables como las nubes. Debéis tener algo sólido como fundamento de vuestra fe, la Palabra del Señor es una Palabra de infinito poder, en ella podéis confiar, y él ha dicho: “Pedid, y recibiréis”. Mirad al Calvario. ¿No ha dicho Cristo que es vuestro abogado? ¿No ha dicho que si pedís cualquier cosa en su nombre, la recibiréis? No habéis de depender de vuestra propia bondad o de vuestras buenas obras. Habéis de venir dependiendo del Sol de justicia, creyendo que Cristo ha quitado vuestros pecados y os ha imputado su justicia.—The Signs of the Times, 12 de diciembre de 1892; Mensajes Selectos 1:385, 386.1MCP89 129.1

    Las emociones no son una salvaguardia segura—Con frecuencia los sentimientos son engañosos, las emociones no son una salvaguardia segura; porque son variables y sujetas a circunstancias externas. Muchos se dejan seducir al confiar en las impresiones sensacionales. La prueba es: ¿Qué estáis haciendo para Cristo? ¿Qué sacrificios estáis haciendo, qué victorias estáis obteniendo? Un espíritu egoísta vencido, una tentación a descuidar el deber resistida, una pasión subyugada y la obediencia voluntaria y alegre prestada a la voluntad de Cristo, constituyen una evidencia mucho mayor de que somos hijos de Dios que la piedad espasmódica y la religión emotiva.—Joyas de los Testimonios 2:100 (1876).1MCP89 129.2

    Los cristianos no debieran estar sujetos a las emociones.2Véase el Apéndice A, “Consejos a una mujer deprimida de mediana edad”, y Apéndice B, “Confianza implícita a pesar de los cambios en la atmósfera espiritual”.—Los hijos de Dios no deben estar sujetos a los sentimientos y las emociones. Cuando vacilan entre la esperanza y el temor, hieren el corazón de Cristo, porque les ha dado pruebas evidentes de su amor... Quiere que hagan la obra que les ha confiado; entonces sus corazones serán como arpas sagradas en las manos divinas, cada una de cuyas cuerdas emitirá alabanza y acción de gracias a Aquel que Dios ha enviado para quitar los pecados del mundo.—Testimonios para los Ministros, 518, 519 (1914).1MCP89 129.3

    Cristo da dominio sobre las inclinaciones naturales—Cristo vino a este mundo y vivió conforme a la ley de Dios para que el hombre pudiera dominar perfectamente las inclinaciones naturales que corrompen el alma. El es el Médico del alma y del cuerpo y da la victoria sobre las pasiones guerreantes. Ha provisto todo medio para que el hombre pueda poseer un carácter perfecto.—El Ministerio de Curación, 92 (1905).1MCP89 130.1

    El arrebato de los sentimientos no es evidencia de conversión—Satanás induce a las gentes a pensar que porque han sentido un éxtasis de los sentimientos, se han convertido. Pero no cambia su vida íntima. Sus acciones son las mismas de antes. Su vida no manifiesta buenos frutos. Oran a menudo y largo, y constantemente se refieren a los sentimientos que experimentaron en tal y tal ocasión. Pero no viven una vida nueva. Están engañadas. Lo que experimentan es un mero sentimiento superficial. Edifican sobre la arena, y cuando llegan los vientos adversos, su casa es arrasada.—The Youth’s Instructor, 26 de septiembre de 1901; Comentario Bíblico Adventista 4:1186.1MCP89 130.2

    El sentimiento de intranquilidad a veces es bueno—Los sentimientos de desasosiego, de nostalgia o de soledad pueden ser para vuestro bien. Vuestro Padre celestial intenta enseñaros a encontrar en él la amistad, el amor y el consuelo que satisfarán vuestras esperanzas y deseos más sinceros... Vuestra única seguridad y felicidad está en hacer de Cristo vuestro constante consejero. Podéis sentiros felices con él aunque no tengáis otros amigos en todo el mundo.—Carta 2b, 1874; Nuestra Elavada Vocacion, 261.1MCP89 130.3

    El Señor desea perturbar las mentes—Cristo ve a los hombres tan absorbidos en los cuidados mundanales y en las perplejidades de sus negocios que no tienen tiempo de relacionarse con El. Para ellos el cielo es un lugar extraño, porque no lo tienen en cuenta. Al no estar familiarizados con las cosas celestiales, se cansan de escuchar acerca de ellas. No les gusta que sus mentes sean perturbadas con respecto a su necesidad de salvación, y prefieren dedicarse a las diversiones. Pero el Señor desea perturbar sus mentes, para que puedan ser llevados a aferrarse de las realidades eternas. Lo hace en serio. Muy, muy pronto todos ellos lo conocerán, ya sea que lo deseen o no.—Manuscrito 105, 1901.1MCP89 131.1

    No hemos de absorbernos en el estudio de nuestras emociones—No es prudente que nos miremos a nosotros mismos y que estudiemos nuestras emociones. Si lo hacemos, el enemigo nos presentará dificultades y tentaciones que debiliten la fe y aniquilen el valor. El fijarnos por demás en nuestras emociones y ceder a nuestros sentimientos es exponernos a la duda y enredarnos en perplejidades. En vez de mirarnos a nosotros mismos, miremos a Jesús.—El Ministerio de Curación, 193 (1905).1MCP89 131.2

    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents