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Manuscritos Inéditos Tomo 3 (Contiene los manuscritos 162-209) - Contents
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    Manuscrito 168 - La visita de Elena G. de White a Nimes, Francia, del 16 al 31 de octubre de 1886

    Viernes 15 de octubre de 1886. Llegamos a Nimes cerca de las seis. Encontramos a los hermanos Bourdeau, Comte y Badaut esperándonos. Tomamos un tranvía, que nos llevó al hogar del hermano Bourdeau. Subimos dos tramos de escaleras y descubrimos que vive en un cuarto muy cómodo, aunque humilde. Los que dependen de casas de alquiler en estas grandes ciudades no siempre pueden encontrar lugares que sean como querrían. Deben adaptarse a la situación y contentarse en el nombre del Señor.3MI 61.1

    ______________________________________

    En 1886 Elena G. de White visitó Nimes, Francia, entre el viernes 15 de octubre y el lunes 1 de noviembre. Mientras estuvo allí, dirigió la palabra doce veces a los creyentes y a otras personas interesadas. El pastor D. T. Bourdeau la tradujo. El Patrimonio White tiene en sus archivos los apuntes de su diario de día en día durante esta visita y diez de sus doce sermones allí presentados.3MI 61.2

    Nimes, 16 de octubre de 1886. Es sábado. El hermano Ings habló sobre la restauración del día de reposo en la reunión de primera hora de la mañana y también por la tarde. Todos parecieron complacidos con su charla. Yo hablé antes del mediodía y de noche. Por la tarde hubo una reunión de oración, y los que habían aceptado el sábado presentaron dieciséis testimonios muy edificantes. Todos quedaron muy complacidos de escuchar estos testimonios, que fueron traducidos para nosotros. Ciertamente, estos testigos de Dios habían de reflejar luz en esta impía ciudad.3MI 62.1

    Nimes, domingo 17 de octubre de 1886. Salimos de paseo. La mayoría de las tiendas estaban abiertas, como cualquier otro día; el mercado igual de activo que cualquier otro día de la semana. El ruidoso griterío, el trueque de productos, la compra y la venta eran como los atrios del templo en los días de Cristo, como si el domingo no tuviera para ellos santidad alguna. Visitamos un edificio llamado Maison Carrée (Casa Cuadrada). Había un gran pórtico o galería sostenido por muchas columnas. Dentro había reliquias y antiguas inscripciones sobre ellas. Este edificio fue erigido antes de Cristo, construido por César Augusto para sus hijos. Era de aspecto muy antiguo. Fue cubierto de basura en la destrucción de edificios de Nimes, pero fue desenterrado y se alza exactamente donde se erigió antes de Cristo.3MI 62.2

    Nimes, 17 de octubre de 1886. El domingo de tarde habló el hermano Ings. Hubo bastante concurrencia, y tuve libertad para hablar de noche. Estaba presente el Sr. Gilly, ministro evangélico y preceptor de un colegio, así como de un asilo para huérfanos y mujeres caídas, y me lo presentaron. Me recuerda al Dr. Lewis en corpulencia, rasgos y porte. El hermano Bourdeau está muy débil y necesita mucha fuerza para la labor que tiene que llevar a cabo.3MI 62.3

    Nimes, 18 de octubre de 1886. Hoy llueve. He escrito muchas páginas. La hermana Ings, Patience Bourdeau y yo fuimos de tiendas a hacer unas compras. Me compré zapatos y un vestido. Las tiendas estaban en calles estrechas y tortuosas.3MI 62.4

    Nimes, 21 de octubre de 1886. Hablé de tarde con mucha libertad. Después, tras (mi) charla, el Sr. Gilly nos llevó a un antiguo castillo subiendo por una cuesta empinada. Subimos por las serpenteantes escaleras de piedra y desde la torre disfrutamos de una vasta perspectiva del territorio circundante. Crecían muchos olivos por todas partes. Mientras me encontraba a tanta altura sobre la tierra, pensé en el episodio en que Satanás puso a Cristo en el pináculo del templo y le presentó el mundo entero en su gloria en un momento y lo tentó ofreciéndoselo como soborno si lo adoraba. Tuvimos una agradable conexión con el Sr. Gilly.3MI 62.5

    Nimes, viernes 22 de octubre de 1886. La temperatura era agradable y disfrutamos de un buen baño caliente en la casa de baños. En la tarde disfrutamos de un largo paseo. Hablé por la noche.3MI 63.1

    Nimes, 23 de octubre de 1886. Hablé por la tarde; después hubo una reunión de testimonios y oración. Se presentaron testimonios edificantes.3MI 63.2

    Nimes, 27 de octubre de 1886. Acompañados por la familia del hermano Bourdeau, nos subimos en el tren a Aigues-Mortes, localidad situada en la costa del mar Mediterráneo.3MI 63.3

    Nimes, jueves 28 de octubre de 1886. El Sr. Gilly comió con nosotros a la mesa del hermano Bourdeau, y tuvimos una interesante conversación.3MI 63.4

    Nimes, viernes 29 de octubre de 1886. Visitamos la gran institución para niños huérfanos y mujeres caídas.3MI 63.5

    Nimes, sábado 30 de octubre de 1886. El hermano Ings habló antes del mediodía. Yo hablé de tarde. Un pastor evangélico asociado laboralmente con el Sr. Gilly pidió una entrevista después de que hube concluido mi presentación. Iba acompañado por los directores y por su esposa. Nos visitaron en la casa de alquiler del hermano Bourdeau y tuvimos una entrevista muy agradable. Hablé por la noche, y acudieron a la reunión el pastor, la preceptora, la esposa del pastor y unos cincuenta de sus alumnos. Esperamos que este contacto pueda ser, en la providencia de Dios, una bendición para ellos y para nosotros.3MI 63.6

    Estos son días especialmente festivos entre los católicos. Los oímos a todas horas de la noche invocando a sus amigos difuntos para que vengan a visitarlos. Creen que los difuntos salen de sus tumbas y se comunican con ellos y declaran que los ven y hablan con ellos, y durante toda la noche hay escándalo y cantos y gritos yendo por las calles, invocando la aparición de los difuntos. ¡Oh, cuánta ignorancia y cuánta superstición pagana! Vi la exhibición más despilfarradora de coronas, bonitos ramos y flores dispuestas en forma de cruz. Estos eran llevados a los cementerios y, en honor de los difuntos, puestos sobre sus tumbas. Me dicen que creen que los muertos responden y se revelan. Esto es espiritismo.3MI 63.7

    Nimes, domingo 31 de octubre de 1886. Hablé por la tarde en una sala rebosante de gente.3MI 64.1

    1o de noviembre de 1886. El lunes a las ocho y media de la mañana dejamos Nimes y viajamos seis horas y media por carretera hacia Tu- rín.— Manuscrito 70, 1886, pp. 3-6 (Primera visita a Francia, Diario, 14 de octubre al 2 de noviembre de 1886).3MI 64.2

    Dos han aceptado el sábado desde que llegamos. Uno es un hombre que será de auténtico valor. Hoy decidió obedecer la verdad. La obra se mueve lentamente, pero se está formando la iglesia y reflejará, esperamos, la luz en este lugar. Tuvieron una excelente reunión de oración el sábado por la tarde. Hablaron dieciséis, y el pastor Cruze se quedó todo el rato y parece que disfrutó. Ahora, aunque mi venida aquí no hubiera hecho nada más, el solo hecho de entrar en contacto con estos hombres ha frustrado sus planes de atacarme. Profesan apre-ciarme muchísimo.3MI 64.3

    El hermano Ings había hecho mucho bien aquí instruyendo a la gente. Han disfrutado escuchándolo, porque dicen que hace que todo resulte claro y fácil de entender. Ha estado muy activo en el trabajo. Ha empleado su tiempo plenamente y es muy querido. Estamos muy animados. Salimos de aquí mañana por la mañana.— Carta 108a, 1886, p. 2 (a W. C. White (?), octubre de 1886. Fragmentos de cartas).3MI 64.4

    Labor personal con un aprendiz de relojero en Nimes.— Cuando trabajaba en Nimes, Francia, hicimos de la tarea de ganar almas nuestra obra. Había un joven que se había desanimado por las tentaciones de Satanás y por algunos errores de nuestros hermanos que no sabían tratar con la mente de la juventud. Abandonó el sábado y comenzó a trabajar en un establecimiento manufacturero para perfeccionarse en su oficio de relojero. Era un joven muy promisorio. Mi reloj necesitaba ser arreglado, lo cual nos puso en relación.3MI 64.5

    Me lo presentaron, y tan pronto miré su rostro, me di cuenta de que era la persona a quien el Señor me había mostrado en visión. Todas las circunstancias se presentaron nítidamente ante mí [...]. Asistía a la reunión cuando pensaba que yo iba a hablar y se sentaba con sus ojos fijos en mí durante todo el discurso, que era traducido al francés por el hermano Bourdeau. Sentí el deber de trabajar por este joven. Hablé dos horas con él, y le presenté el peligro de su situación. Le dije que el hecho de que sus hermanos habían cometido un error no era razón para que él entristeciera el corazón de Cristo, que lo había amado tanto, que había muerto para redimirlo [...].3MI 64.6

    Le dije que conocía la historia de su vida y sus errores (que eran los sencillos errores de la indiscreción juvenil), los cuales no eran de un carácter que debieran haber sido tratados con tan grande severidad. Le rogué entonces con lágrimas que cambiara el rumbo de su vida, que dejara el servicio de Satanás y el pecado, pues había llegado a ser un completo apóstata, que regresara como el hijo pródigo a la casa de su Padre, al servicio de su Padre. Estaba en un buen negocio aprendiendo su oficio. Si guardaba el sábado, perdería su posición [...]. Unos meses más tarde finalizaría su aprendizaje, y entonces podría tener un buen oficio. Pero lo insté a que tomara una decisión inmediata.3MI 65.1

    Oramos con él muy fervientemente, y le dije que no me atrevía a que él cruzara el umbral de la puerta hasta que, ante Dios, los ángeles y las personas presentes, dijera: «Desde este día seré cristiano». ¡Cómo se regocijó mi corazón cuando él lo dijo! No durmió aquella noche. Dijo que tan pronto como había hecho la promesa, parecía estar en una nueva corriente. Sus pensamientos parecían purificados, sus propósitos cambiados, y la responsabilidad que había asumido parecía tan solemne que no podía dormir. El próximo día notificó a su empleador que no podía trabajar más para él. Durmió muy poco durante tres noches. Estaba feliz, muy agradecido de que el Señor le hubiera dado evidencias de su perdón y su amor.— Carta 59, 1886, pp. 1-3 (a la Hermana Hubbel Smith, 20 de diciembre de 1886).3MI 65.2

    Los diez sermones de Elena G. de White en Nimes, Francia*Los diez sermones que figuran en el archivo del Patrimonio White fueron «bosquejados por W. Q.» en inglés en escritura normal no taquigráfica a medida que Elena G. de White hablaba por medio de su traductor. Dado que lo documentado constituye solo unas cinco páginas por sermón, cabe suponer que no quedaron registradas todas las frases, y que el informe presenta las frases clave de los discursos como representación de los puntos culminantes de amonestación y exhortación.3MI 65.3

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