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Manuscritos Inéditos Tomo 3 (Contiene los manuscritos 162-209) - Contents
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    Manuscrito 171 - Materiales adicionales para el libro l’d Like to Ask Sister White

    [Me gustaría preguntar a la hermana White]

    Los hermanos creen que deberíamos hacer que nos construyan una casita. Ahora pagamos 1,50 dólares por semana en alquiler, y, con todo y con eso, apenas tenemos cierta comodidad. Tengo que recorrer mucha distancia por agua; no tenemos un buen cobertizo para nuestra leña. Pusimos unos tablones de nuestro propio bolsillo solo para cubrir nuestra leña. Daremos una entrada; no puedo saber si resultará. Que el Señor nos guíe en todos nuestros proyectos es mi oración.— Carta 9, 1856, p. 3 (a la hermana [E. P] Below, 1 de enero de 1856).3MI 149.1

    Hoy mientras oraba por el asunto, el deber pareció demandar que yo escribiera a tu abuelo. Te he preparado (Edson) ropa cómoda para el invierno, que te envío con el pastor Loughborough. Espero que te dé tanto placer llevarla como el que yo he tenido haciéndotela. He trasnochado y me he levantado temprano, antes de que nadie esté en pie, para trabajar en ella. En esas prendas van cosidas oraciones de que estés vestido de la justicia de Cristo.— Carta 5, 1886, p. 1 (a Edson Whi- te, 7 de octubre de 1886).3MI 149.2

    Fuimos testigos en nuestro viaje de la puesta de sol más esplendorosa que jamás contemplamos. El sol poniente lanzaba sus rayos dorados a los cielos, salpicando el cielo azul y blanco con sus tintes dorados, que iluminaban los cielos. Ningún artista podría producir un cuadro tan grandioso.— Manuscrito 3, 1873, p. 2 (Diario, 1 a 31 de enero de 1873).3MI 150.1

    Hemos visto las maravillas de Dios en un hermoso arcoíris que surcaba los cielos. El reflejo del oro, el violeta y la plata sobre las verdes montañas era una visión encantadora. El poder y la sabiduría de Dios pueden verse en sus obras por doquier.— Manuscrito 4, 1873, p. 5 (Diario, 9 de febrero de 1873).3MI 150.2

    Tenemos muchas ganas de verte, pero aún faltan ocho semanas antes de que volvamos a casa: un tiempo muy largo para estar lejos de mis niños. En la última caja que enviamos a Battle Creek había chucherías para ti y una cajita de caramelos. Debes comerlos solo cuando Jenny crea que esté bien. Come muy poca cantidad de una vez [...].3MI 150.3

    Supongo que visitas a los abuelos todos los días, y que lo pasas bien charlando con ellos.— Carta 10, 1859, p. 1 (a «Querido y pequeño Willie», hacia finales de septiembre de 1859).3MI 150.4

    Acabo de sentar a mi hijo unos momentos para escribirles a ustedes unas líneas. ¿Son ustedes buenos niños? ¿Guardan los mandamientos de Dios y aman y obedecen a sus padres? Si lo hacen, tienen la promesa de entrar en la santa ciudad, donde todo es armonía y gozo. Deben orar a Dios mucho para que él los acepte a ustedes y los libre de la pestilencia y la enfermedad que corre por la tierra.3MI 150.5

    Dios ama a los jóvenes si el corazón de estos se vuelve hacia él, y a él le gusta bendecirlos.3MI 150.6

    Ahora voy de camino a visitar a Henry y presentarle a su hermani- to. Espero que ustedes sean buenos niños. Amen a Dios. Digan la verdad en todo momento. Sean obedientes a sus padres, y entonces Dios estará complacido con ustedes, les dará su aprobación y los bendecirá. Sean buenos, sean buenos. Con prisa y cariño.— Carta 2, 1859, p. 1 (a «Queridos niños, Gilbert y Deborah” [Collins], hacia 1849-50).3MI 150.7

    Lamentamos muchísimo estar separados y tan lejos de ustedes, pero así son las cosas, y que Dios nos ayude [...] a soportar la aflicción como cristianos [...]. Para nosotros no hay sitio como el hogar. No obstante, si está en los planes de Dios que estemos así separados, estemos contentos, estemos reconciliados. Pueden ayudamos a sobrellevar los inconvenientes con los que podamos topamos aquí portándose debidamente.3MI 150.8

    Traten de cultivar la verdadera amabilidad, que es auténtica cortesía. La amabilidad y el amor por los demás supondrán para ustedes considerable satisfacción y la conciencia de hacer el bien. También se ganarán el respeto de los demás.3MI 151.1

    Edson, hijo mío, busca con la fuerza de Dios vencer tu pasión por leer libros de cuentos. El tiempo que pasas leyendo, dedícalo al estudio. Dale valor a tu tiempo.3MI 151.2

    Edson, esfuérzate por dar un ejemplo digno de imitación [...]. Ama a Willie. Sé muy amable con él, que te guste complacerlo, y no dejes demasiadas responsabilidades sobre sus jóvenes hombros. No esperes mucho de él. Dale un noble ejemplo.3MI 151.3

    Willie, ama a Edson. Los dos hermanos se deben amar profunda y fervientemente y han des procurar siempre hacerse felices mutuamente.3MI 151.4

    Que Dios les bendiga es nuestra oración diaria.— Carta 61, 1865, p. 1 (a «Queridos hijos», otoño de 1865).3MI 151.5

    Intentaré escribiros en medio del ajetreo de los vagones. Vamos camino de visitar a vuestra tía Sarah, que está muy enferma por la tuberculosis. ¡Pobre mujer! Nos hemos dado prisa en acudir a ella lo antes que hemos podido después de la clausura del congreso de Olcott [...]. Somos llamados a [...] consolarla en el conflicto que debe de tener al dejar a sus hijos, cinco en número, el mayor año y medio más joven que Willie [...].3MI 151.6

    Queridos hijos, procuren ser cristianos, procuren poseer las gracias de la humildad. No busquen la pompa, el alarde. Dejen a un lado todo lo insensato, porque esto es evidencia de un carácter frívolo, de una mente superficial. Un carácter cabal y sustancial tiene miras más altas que el pavoneo en la vestimenta, el porte y las acciones. Sigan aprendiendo, hijos míos; nunca serán demasiado viejos para aprender, y jamás suficientemente viejos para saberlo todo. Mantengan siempre la posición de aprendices. Sean independientes y, no obstante, estén dispuestos a aprender. Asuman su responsabilidad individual, pero, a la vez, preocúpense por la felicidad de los demás, de buscar hacer bien a otros. Esta fue la obra de nuestro divino Señor. Jesús vino no a ser servido, sino a servir a los demás. Si quisiéramos trabajar para imitar a Cristo, no podríamos dejar de ser felices.3MI 151.7

    Hay mucho que yo podría escribir, pero no puedo en esta ocasión. Nos entregamos a la obra de Dios y esperamos que ustedes, nuestros hijos, nos ayuden en la obra laboriosa y abnegada que hay ante nosotros. No dejen de orar, para mantenerse en ánimo de orar, y serán fortalecidos contra las tentaciones de Satanás.3MI 152.1

    Ayer pusimos en una caja algunas cosas para Battle Creek. En la cesta en una cajita puse dos camisas. Cambiando los cuellos, serán adecuadas para ustedes. Con amor hacia vosotros, mis queridos hijos.— Carta 28, 1868, pp. 1-3 (a Edson y Willie White, 4 de noviembre de 1868).3MI 152.2

    Hemos clausurado nuestro tercer campestre. Estuvimos bien atendidos. Teníamos una tiendecita de campaña alfombrada que barríamos a diario. Nuestros amigos de Monroe estuvieron atentos a todas nuestras necesidades. Nos proporcionaron dos armazones y ropa de cama [...]. Nuestra mesa estaba puesta en nuestra tienda y estuvo bien suministrada durante todo el campestre. La hermana Gillet fue como una madre para nosotros, amable, considerada y siempre dispuesta a hacer cuanto pudiese por nuestro descanso y nuestra comodidad [...].3MI 152.3

    El martes, precisamente cuando se ponía el sol, el hermano Chase alquiló un coche en un establo y dimos un agradable paseo en carro por la ciudad de Monroe. Hace dieciséis o diecisiete años trabajamos en una gran carpa en Monroe. Willie era entonces un niño pequeño. El hermano Sperry y su esposa [...] trabajaron en la carpa en aquel encuentro. Byron Sperry y Willie eran entonces niños pequeños de aproximadamente cuatro años de edad. Eran compañeros de juegos e iban vestidos casi igual. Ahora aquellos bebés compañeros de juegos se han hecho hombres [...].3MI 152.4

    Monroe era un sitio muy pequeño hace diecisiete años. Ha crecido tan rápido [...] que yo apenas podía recordar haber estado anteriormente en el lugar [...]. Estuvimos bien atendidos en la casa del Sr. Chase. Todos los que nos alojamos en la casa el martes de noche éramos de Nueva Inglaterra. Desayunamos en una mesa provista de platos de Nueva Inglaterra.3MI 152.5

    Nos separamos de nuestros amigos por la mañana para seguir camino al siguiente campestre [...]. Todos nuestros momentos de asueto fueron dedicados a escribir. Tras la clausura del campestre, tuvimos que ponernos a escribir nuevamente [...].3MI 152.6

    El conductor nos dice que hay un bonito paisaje por delante de nosotros. Encontramos que así es [...]. La naturaleza parece recién arropada con su precioso vestido natural de verdor [...]. Dios nos ha dado prendas de su amor [...]. Todo árbol, todo arbusto, cada brote y cada flor que se abre nos dicen que Dios es amor. Miramos hacia arriba atravesando las cosas de la naturaleza que Dios ha colgado ante nuestros sentidos en sus obras creadas y adoramos al Dador.— Carta 19a, 1875, pp. 1, 2, 4 (a «Queridos hijos Edson y Emma», 24 de junio de 1875).3MI 152.7

    Recibí tu simpática carta e intentaré escribirte unas líneas en respuesta. Espero que estés escribiendo un diario de las experiencias que te acontecen que valga la pena recordar. En el futuro, puede que esto te resulte útil.3MI 153.1

    Tengo un profundo interés en ti [...]. Guarda siempre tu corazón apoyado en Dios.3MI 153.2

    Podemos aprender una lección del trabajo del agricultor en el cultivo de la tierra. Debe cooperar con Dios. Su parte es preparar el terreno y sembrar la semilla, en el debido momento y de la forma debida. Dios da vida a la semilla. Envía el sol y las lluvias, y la semilla brota [...]. Si el agricultor deja de hacer su parte [...], puede que el sol brille, que caigan sobre el suelo el rocío y las lluvias, pero no habrá ninguna cosecha.3MI 153.3

    Por eso, en el cultivo del carácter, debes cooperar con Dios. Su palabra te manda: «Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad» (Fil. 2: 12, 13). Tienes un papel que desempeñar, y mientras desempeñes ese papel, Dios sin duda cooperará contigo.— Carta 130, 1903 (a «Mi querida nieta” Ella White, 5 de julio de 1903).3MI 153.4

    Venimos atravesando la llanura [...]. No hay nada [...] interesante de ver, salvo algunas manadas de bisontes a lo lejos y un berrendo de vez en cuando [...].3MI 153.5

    Desde Cheyenne las locomotoras suben con dificultad hacia la cima contra el viento más terrible. Dos máquinas tiran lentamente de los vagones montaña arriba [...].3MI 153.6

    Se expresan temores de peligro, a causa del viento, ante el cruce del Puente de Dale Creek, de 200 metros de longitud y 40 metros de altura [...]. Este puente de caballete parece un tanto ligero y frágil para soportar tanto peso. Pero los temores no se expresan por la fragilidad del puente, sino por la tempestad de viento, tan violenta que temíamos que los vagones pudieran ser arrancados de la vía. En la providencia de Dios, el viento disminuyó. Su terrible aullido se ha atenuado, convirtiéndose en lastimeros sollozos y suspiros, y pasamos a salvo el pavoroso puente. Alcanzamos la cima. Quitaron la locomotora extra [...]. En este punto no hace falta vapor alguno para que avance el tren, porque la pendiente descendente es suficiente para que nos deslicemos rápidamente por la vía.3MI 153.7

    Al proseguir el descenso por un terraplén, vemos los restos de un vagón de mercancías que había sido arrancado de la vía [...]. Nos cuentan que el tren de mercancías descarriló cruzando el puente hace una semana. Dos horas detrás de este [...] tren venía el tren de pasajeros. Si este accidente les hubiera ocurrido a ellos, se habrían perdido muchas vidas.— Carta 18, 1873, pp. 1, 2 (a Edson y Emma White, 27 de diciembre de 1873).3MI 154.1

    11 de agosto de 1885 (rumbo a Europa). El mar está embravecido [...]. Las olas se elevan a gran altura formando espuma verde, azul y blanca, entremezclada, y se estrellan con fuerza contra el ojo de buey. Si el ojo de buey se abriera, se precipitarían sobre nosotros cubos llenos de agua [...]. El barco se estremece tremendamente y cada cuaderna parece ser deformada y sacudida. Hay muy poca gente en cubierta. La cubierta está mojada. Las sillas están atadas con sogas. Las sogas están tensas de un punto a otro para que los que andan por la cubierta puedan agarrarse de las sogas para evitar caer. Hay, ciertamente, un intenso balanceo. No puedo sentarme en el sofá. Los baúles ruedan de un sitio a otro en los camarotes [...]. Todo lo que no esté sujeto con cuerdas se mueve de un lado a otro [...]. Tengo momentos preciosos de oración silenciosa. El Señor Jesús parece muy cerca de mí. ¡Estoy tan agradecida de poder confiar en mi Salvador en todo momento!3MI 154.2

    12 de agosto. Anoche todos descansamos bien. No había nadie mareado. Me alegró ver la luz del día [...]. El agua está mucho más calmada. Está brumoso, y el silbato de niebla emite su señal de aviso, que hace vibrar cada nervio del cuerpo.3MI 154.3

    17 de agosto. Anoche dormí muy poco. El silbato de niebla mantuvo su acongojado aviso toda la noche. Pensé en nosotros en mar abierto. ¡Un átomo diminuto! ¡Qué fácil sería que fuéramos tragados por las aguas hambrientas! Solo puedo recurrir a Dios y confiar en él.3MI 154.4

    (Llegada a Liverpool) 18 de agosto de 1885. Es un bonito día. Nos levantamos de nuestra litera, dejándola para no volver a entrar en ella. Hemos pasado muchos días y muchas noches agradables en nuestro camarote. Parece el hogar.— Manuscrito 16a, 1885, pp. 12-14 (El viaje a Europa, diario, 7 de julio a 24 de septiembre de 1885).3MI 154.5

    Trabajamos mucho. Puede que ustedes pregunten: ¿Por qué trabajaron tanto? El amor de Cristo nos constreñía. Esta es la única respuesta apropiada que podemos dar. Las almas por las que Cristo murió parecían de tan inexpresable valor que el yo fue olvidado. Se hizo de la comodidad, el placer e incluso la salud algo secundario [...].3MI 155.1

    Dios [...] nos ha llamado y nos ha encargado que hagamos una obra importante. Esta obra debe ser hecha donde sea apreciada [...]. Que Dios nos ayude a trabajar con humildad, confiando en que él dará el crecimiento.— Carta 3, 1869, pp. 2, 3, 8 (a los hermanos Smith y Amadon, 23 de abril de 1869).3MI 155.2

    Su padre y yo tomamos el tren rumbo al Oeste. Hicimos trasbordo de tren [...]. Tuvimos que esperar tres horas. La estación era pequeña y con poca ventilación. Dos damas de aspecto respetable parecían encontrarse comodísimas. Sacaron sus pipas y se pusieron a fumar. Esto era algo más de lo que podíamos soportar de buen grado. Descubrimos con alegría que los asientos eran removibles. Sacamos un par de estos al andén, donde había aire puro que suministrar a nuestros pulmones. Aquí extendimos nuestro pan y nuestra fruta que nos habían sido suministrados por nuestros amigos [...]. Nos gustó nuestra comida.— Carta 19a, 1875, pp. 2, 3 (a Edson y Emma White, 24 de junio de 1875).3MI 155.3

    El pastor Andross nos llevó en un automóvil a visitar las varias iglesias y el Hogar de Obreros Bíblicos de Los Angeles. No salimos del vehículo, pero nos detuvimos y hablamos con algunos de los que se ocupan del trabajo. Fue un viaje muy agradable [...]. El automóvil era una máquina de conducción cómoda que no me dio sacudidas.— Carta 20, 1911, p. 1 (al pastor J. A. Burden, 30 de abril de 1911).3MI 155.4

    Cuando estábamos listos para volver a casa, un hermano que siempre está dispuesto a poner su automóvil a nuestra disposición nos llevó varios kilómetros atravesando la ciudad [Nashville, Tennessee] hasta la estación, y nos despidió cuando abordamos el tren para Santa Helena.— Carta 60, 1911, p. 1 (al pastor J. E. White, 4 de agosto de 1911).3MI 155.5

    Willie y su familia están bien. Sus dos chicos gemelos son trabajadores dedicados. Han comprado un automóvil recientemente, y ayer di en él mi primer paseo. Es la máquina más cómoda en la que jamás me he montado.— Carta 11, 1913, p. 2 (a «Queridos hijos Edson y Emma”, 28 de agosto de 1913).3MI 155.6

    Tengo profundo interés por mi Estado nativo [...]. Anhelo que llegue el momento en que pueda realizar el viaje a Portland [...]. Espero tener fuerza para visitarlo a usted durante la próxima temporada veraniega [...].3MI 156.1

    Hemos de realizar la obra con fervor y de forma continua, trabajando [...] por llevar a las almas a tomar una postura decidida por la verdad.— Carta 8, 1912, p. 1 (al pastor S. N. Haskell, 14 de febrero de 1912).3MI 156.2

    Mi interés por la obra en Portland sigue tan profundo como siempre [...]. Pero encuentro imposible realizar la visita que llevo tanto tiempo anhelando. No puedo dejar mi trabajo aquí hasta que el libro sobre la historia del Antiguo Testamento esté listo para la editorial [...]. Me complacería mucho verlos a usted [pastor Haskell] y a los obreros, [...] y participar en enarbolar el estandarte de la verdad en Portland, Maine [...]. Cristo murió para que él pudiera salvar las almas. No deberíamos considerar ningún sacrificio demasiado grande para cooperar con él en esta obra.— Carta 30, 1912, p. 1 (al pastor S. N. Haskell, 27 de junio de 1912).3MI 156.3

    Espero que no comas muchas cosas dulces. Tu piel está en mal estado. Debes decirle a Anna que consiga fruta en lugar de melaza [...]. No escatimes en fruta. Las manzanas a un dólar la fanega no son caras, y son más beneficiosas para la salud.— Carta 7, 1866, p. 1 (a Edson White, 13 de diciembre de 1866).3MI 156.4

    Que dos o tres alumnos se reúnan y pidan a Dios que los ayude a ser misioneros en esta escuela, una bendición y una ayuda para sus condiscípulos [...]. Cuando ustedes se levanten por la mañana, arrodíllense junto a su cama y pidan a Dios que les dé fuerza para cumplir los deberes del día y hacer frente a las tentaciones de este. Pídanle que los ayude a incorporar en su obra la dulzura de carácter de Cristo. Pídanle que los ayude a pronunciar palabras que acerquen más a Cristo a los que los rodean.— Manuscrito 125, 1902, pp. 6, 7 (Words to Students [Palabras dirigidas a alumnos], 1 de octubre de 1902).3MI 156.5

    Damos gracias a Dios porque [...] varios de nuestros obreros se han ofrecido como misioneros para ir a diferentes países fuera de nuestro territorio [...]. Nuestras oraciones los acompañarán a ustedes doquiera que vayan.— Manuscrito 126, 1902, p. 12.3MI 156.6

    Patrimonio White,

    1 0 de febrero de 1 9 6 5

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