Loading...
Larger font
Smaller font
Copy
Print
Contents
El Cristo Triunfante - Contents
  • Results
  • Related
  • Featured
No results found for: "".
  • Weighted Relevancy
  • Content Sequence
  • Relevancy
  • Earliest First
  • Latest First
    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents

    La ofrenda de Abel representaba el sacrificio de Cristo, 30 de enero

    “¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? Y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta”. Génesis 4:6, 7.CT 38.1

    En medio de la actividad del pueblo de Dios siempre habrá momentos de prueba y dificultades y Dios no se propone que escudemos a los hombres, mujeres y jóvenes de las responsabilidades que prueban el carácter. El Señor ha de revelar sus obras y dotará con sus atributos a quienes lo busquen con humildad. Satanás también revelará sus obras e imprimirá sus atributos en toda alma que tienta, sus diabólicas conjeturas, sus malas palabras y un espíritu de acusación de sus hermanos.CT 38.2

    Ante esta situación, el Señor no podrá escudar a quienes se coloquen del lado del enemigo, pues Dios no presiona a la mente humana. Más bien ofrece refulgentes rayos de luz como una lámpara que guía y conduce a quienes caminan en el esplendor que de él dimana. Y esa lámpara es su Palabra que ilumina nuestra senda. Pero aquel que despreciando el sendero iluminado por los rayos celestiales elija otro camino siguiendo sus propios impulsos naturales, tropezará en las tinieblas sin saber dónde o por qué ha caído.CT 38.3

    La historia de Caín y Abel se repetirá. Con respecto a las ofrendas del Señor, Caín insistió en llevar a cabo sus propios planes. Abel fue constante en su obediencia a los mandatos del Señor. Él no se convertiría a las sendas de Caín. Aunque la ofrenda de Caín tenía aspectos de valor, carecía por completo de un elemento esencial: la sangre del cordero sacrificado. No podía haber armonía entre los dos hermanos y era inevitable la contienda. Abel no podía condescender con Caín sin ser culpable de desobediencia a las órdenes específicas de Dios.CT 38.4

    El Señor prefirió la ofrenda de Abel porque era correcta. Su ofrenda tenía valor porque prefiguraba el plan de redención de Dios en la valiosa dádiva del unigénito Hijo como la única esperanza y salvación de la raza caída.CT 38.5

    Caín se llenó de ira cuando Dios aceptó la ofrenda de Abel y no dio señal alguna de que aceptaría la suya, porque dejaba de lado el verdadero símbolo, la representación del Redentor del mundo. Con todo, el Señor no abandonó su plan ni su voluntad para aplacar a Caín. Razonó con él, “¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? Y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta”.—Carta 16, 1897.CT 38.6

    Larger font
    Smaller font
    Copy
    Print
    Contents