Una desviación de los principios correctos

Existe un sentir entre nuestro pueblo —rechazado por algunos, es cierto: pero aceptado por muchos otros—, que todos los vinculados al servicio de Dios debían ser individuos aguzados, dispuestos y calculadores con el fin de dar una mejor impresión, indicando que su trabajo es todo un éxito. Los que continúan abrigando esa idea se sentirán amargamente desilusionados cuando el día del juicio encuentren que no tienen lugar en el reino de Dios. Los falsos preceptos no tendrán validez en el cielo. Ni un ápice de egoísmo debe ser introducida en ningún ámbito del servicio a Dios, en su obra aquí en la tierra.SE2 262.2

Se ha estado introduciendo una costumbre mundana en la administración de nuestras instituciones. Fue algo que prácticamente dañó nuestra casa editora en Battle Creek. Dios no fue colocado en el primero, en el último y en el mejor lugar de todo. El juicio humano y las ideas humanas se estaban adueñando y controlándolo todo.SE2 262.3

El Señor no se agrada de los que son ambiciosos y que son considerados astutos según los dictados del mundo. La obra de Dios debería tener para nosotros mucho más valor de lo que tiene en la actualidad. Es más trascendental de lo que creemos.SE2 262.4

Los hombres que ocupan puestos de responsabilidad, y que se desvían de algún modo los principios bíblicos se están divorciando de Dios. No podemos permitir que las prácticas mundanas sean introducidas en nuestra obra. Los siervos del Dios vivo y los siervos de Satanás deben deben distinguirse unos de otros como la luz de las tinieblas. La línea de demarcación entre ambos debe ser inequívoca.SE2 262.5

Si alguna vez hubo un tiempo cuando los que tienen conocimiento de la verdad presente deberían encontrar el rumbo, es ahora. Aunque nadie debe actuar en forma independiente de sus hermanos, cada cual tiene que percatarse de su propia situación y de hacia dónde se dirige. Y esta es la pregunta que todos deberíamos hacemos: «¿Cuál es mi relación con Dios?».SE2 262.6

La conformidad con el mundo es lo que lleva a nuestro pueblo a perder el rumbo. La perversión de los principios correctos no se ha producido de repente. El ángel del Señor me presentó este asunto mediante símbolos. Parecía como si un ladrón estuviera acercándose cada vez más, y que gradual y subrepticiamente aunque en forma segura, estuviera robando la identidad de la obra de Dios; mientras lleva a nuestros hermanos a adaptarse a las prácticas del mundo.SE2 262.7

Los pensamientos humanos han ocupado el lugar que en todo derecho le pertenece a Dios. Sin importar el puesto que alguien ocupe, ni lo elevado del mismo, hemos de actuar como Cristo lo haría, en caso que este estuviera en nuestro lugar. Hemos de asemejamos a Cristo en nuestras expresiones y en nuestro carácter en cualquier labor que desempeñemos.SE2 263.1

No podemos permitir que la obra de Dios sea llevada adelante en forma contraria a un sencillo «Así dice Jehová»; pero cada vez ocurre con más frecuencia que hay quines se apartan de Dios pensando que tienen el privilegio de seguir adelante a su manera y de acuerdo con sus propias ideas.SE2 263.2