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Sermones Escogidos Tomo 2 - Contents
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    4—Preparación para la venida de Cristo

    «Es como el hombre que, yéndose lejos, dejó su casa, dio autoridad a sus siervos, a cada uno le dio un trabajo y al portero mandó que velara. Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa; si al anochecer, a la medianoche, al canto del gallo o a la mañana; para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo. Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: ¡Velad!” (Marcos 13: 34-37).SE2 41.1

    Vemos que nadie tiene excusas para no trabajar. A cada cual el Señor le encargó una tarea; por tanto, todos tienen una obra que realizar para el Maestro. Aunque se dice que los siervos estaban esperando y velando, ellos hacían un digno trabajo para su señor; por tanto, la acción de esperar y velar del pueblo de Dios no significa que esté inactivo.SE2 41.2

    _______________

    Charla presentada en Copenhagen, Dinamarca, en horas de la mañana, el viernes 23 de julio de 1886. Manuscrito 10, 1886.

    La idea que por lo general ha prevalecido es que el predicador que proclama la Palabra de Dios es el único que tiene una tarea que realizar. Por eso hay tantas iglesias débiles en nuestro país. Si se dieran cuenta que tienen una tarea individual que llevar a cabo, estarían edificándose en la santísima fe.SE2 42.1

    Es necesario que nos preguntémonos cada uno... «¿Qué me toca a mí hacer como siervo que aguarda velando el regreso nuestro Señor?». Por favor lean Mateo 24: 43 al 48. Allí hay una tarea especial: entender qué tipo de alimento se le debe proveer al rebaño del Señor. Mientras que, quien haya sido llamado por el Señor a dirigir el rebaño, tiene que alimentarlo con la verdad de las Escrituras, los demás están a su vez en la obligación de presentar las Escrituras a todo el mundo.SE2 42.2

    Algunos a su vez se pueden preguntar: «¿Cómo vamos a escuchar si no contamos con un predicador?». En el caso que Dios nos haya dado su mensaje a través de un instrumento humano, se nos pedirá cuenta de la forma en que enseñamos dicho mensaje. Es una grande y solemne verdad la que Dios nos ha dado y no deberíamos guardárnosla para nosotros mismos; sino que tenemos que estar siempre buscando la mejor forma de presentársela a los demás, para advertirles que el Señor viene. El fin de la historia del planeta se producirá en breve. ¿Vamos a seguir siendo indiferentes y descuidados al respecto? El asunto es que debemos mantener una actitud en la que demostremos que somos responsables por las almas que nos rodean.SE2 42.3

    En caso de que comencemos a sentir que nuestro interés se debilita, que no tenemos una conexión viva con Dios, luchemos con él hasta que la obtengamos; porque nuestro Padre celestial honrará todo esfuerzo que hagamos en este sentido. Debido a que pretendemos más luz que las iglesias que nos rodean, desearemos poner en evidencia nuestra fe mediante nuestras obras. En ese sentido nuestros intereses eternos estarán involucrados: hay almas en juego. ¿De qué nos valdría si ganáramos al mundo entero y perdemos nuestras propias almas?SE2 42.4

    Debemos mostrar que tenemos una fe viva y genuina en la Biblia; en ese caso seremos reconocidos como los hijos de Dios que esperan y velan y no solamente estaremos esperando y velando, sino también anhelando su aparición. Eso es lo que se conoce en la Palabra de Dios como una gloriosa esperanza. Si pudiéramos ver la obra que se está llevando a cabo en el cielo, nos asombraríamos de nuestra propia indiferencia, cuando se supone que hemos de estar llenos de ánimo y entusiasmo.SE2 42.5

    Esa es la obra de nuestro intercesor durante el antitípico Día de la Expiación, mientras la obra del juicio se ocupa de los muertos. ¿Cuán pronto comenzará con los vivos, cuando cada uno de nuestros casos será revisado ante Dios? Deben ustedes entender que si no llevan a cabo la obra que Dios les ha encomendado, serán pesados en las balanzas del santuario y hallados faltos. Para nosotros que tenemos esta fe y esperanza resulta muy peligroso pretender que podemos evadir el gran día de Dios (Mat. 24: 48).SE2 43.1

    Los creyentes que atesoran en sus corazones los principios de la verdad, servirán a Dios a diario como si si cada día fuera a ser el último de su vida. Se alejarán del pecado y la iniquidad y mantendrán ante ellos la gloriosa presencia de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Todo aquel que «tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro». Si nos descuidamos pensando que contamos con muchos días de gracia, el enemigo podrá entrar y tomar posesión de nosotros. Suponiendo que cada uno estuviera en ese estado de alerta que Cristo nos pide estemos, ¡cuánto mejor no estaría la iglesia!SE2 43.2

    ¡Qué bien se sentirían todos! ¡Qué bien! Hoy debo realizar mi labor como para la eternidad. ¿Cómo se sentirían? Como un siervo fiel de Cristo debo transmitir el mensaje con fidelidad. Nuestra fe crecerá mientras escudriñamos las Escrituras. Veremos luz en la luz de él, y nos gozaremos en la verdad. Debemos mantener a Jesús ante nosotros, y estar velando y esperando su venida; luego si estamos listos, si nuestro carácter está sin mancha, seremos de los que lleven vestiduras blancas, aquellos que estarán alrededor del trono de Dios.SE2 43.3

    Jesús conocía la influencia que tendría sobre la mente humana el descuido y la indiferencia respecto a su venida; por tanto, nos instruyó para que mantengamos su venida muy presente. «El fin de todas las cosas está cerca, sed pues sobrios, velando en oración».SE2 43.4

    Nuestra vida aquí tiene que ser una preparación para la vida futura e inmortal. Si esto se observa en nosotros, ¡qué impresión no creará en el mundo! Dirán: «Es evidente que esta gente cree precisamente lo que dice creer, y en sus vidas se está realizando una obra noble y concienzuda por Cristo». Una iglesia viva es una iglesia que trabaja, y una iglesia que trabaja es una iglesia viva. Debemos acostumbramos a pensar y a meditar en las grandes escenas del juicio que se avecina, y luego contemplar las escenas del gran día de Dios que se acerca; cuando todo sea revelado: eso producirá un impacto en nuestro carácter.SE2 43.5

    Un hermano me preguntó:SE2 44.1

    —Hermana White, ¿cree usted que el Señor vendrá en diez años?SE2 44.2

    —¿Cómo le afectaría a usted que él venga en dos, en cuatro o en diez años?SE2 44.3

    —Oh, —dijo él—, creo que si supiera que el Señor iba a venir en diez años actuaría de manera diferente respecto a algunas cosas.SE2 44.4

    —¿Qué haría usted?SE2 44.5

    —Bueno, vendería mis propiedades y comenzaría a escudriñar la Palabra de Dios y a advertirle a la gente que se prepare para su venida. Luego clamaría a Dios, y le rogaría que me prepare para ir a su encuentro.SE2 44.6

    —Entonces, —le dije— si usted supiera que el Señor no va a venir durante los próximos veinte años, ¿viviría en forma diferente?SE2 44.7

    —Creo que sí lo haría.SE2 44.8

    —Ya que usted conoce la voluntad del Maestro, su deber es actuar como si supiera que él viene en veinte años.SE2 44.9

    Abrí las Escrituras y le leí lo que hemos leído esta mañana, por lo que se convenció de que debía cambiar de actitud, y lo hizo. Pensemos, qué expresión tan egoísta aquella que afirmaba que viviría en forma diferente si supiera que su Señor iba a venir en diez años. Enoc caminó con Dios durante trescientos años, y esa es una lección para nosotros; para que caminemos con Dios a diario. No estaremos se-guros a menos que nos mantengamos esperando y velando; debemos mantenemos enfocados en la gloria de Dios.SE2 44.10

    Cuando Satanás te tiente a hacer el mal, debes decir: «No voy a dar el primer paso equivocado, porque es algo que estará registrado en los libros del cielo”. Si cometo ese error no podré levantar las manos en santidad ante Dios; me sentiré avergonzado para abrirle el alma a mi Salvador. Hay muchos que hacen el mal y luego no tienen el valor de acercarse a su Salvador. Lo que deseamos es vivir contemplando únicamente la gloria de Dios. ¡Oh, si pudiéramos estar listos cuando el Maestro venga!, entonces él dirá: «Hijo, ven sube a las alturas».SE2 44.11

    Hemos lavado y blanqueado nuestro carácter en la sangre del Cordero. Deberíamos tener el más profundo deseo de apartar el mal de nosotros. Si perdemos el cielo lo perderemos todo, y si ganamos el cielo lo habremos ganado todo. No solamente tendremos vida eterna en el reino de gloria, sino riquezas eternas por siempre. Por tanto, deberiamos tener un profundo interés en todo eso. ¡Se acerca el momento cuando las enseñanzas de Cristo no tendrán efecto alguno. Escucharán a los ministros decir desde el pulpito: «Paz, paz; primero habrá un milenio antes de que Cristo regrese”. Pero lo que diga la Biblia es lo que queremos escuchar.SE2 44.12

    Fíjense lo que dijo Lutero delante de todo el mundo: «La Biblia, la Biblia es el fundamento de nuestra fe”. Deseamos escudriñar las Escrituras, orando al Dios del cielo para que nos ilumine respecto a ellas. Cuando esas doctrinas nos lleguen de diferentes partes, podremos decir: «La Biblia, únicamente la Biblia, es el fundamento de nuestra fe”. Desearemos creer que el Señor vuelve en las nubes del cielo, y mostrar nuestra fe a través de nuestras obras; alistándonos para su aparición.SE2 45.1

    Por ahora aquí estamos, pequeños grupos en diferentes lugares, alistándose para la venida de nuestro Señor. No se podrá contar con un ministro en todos esos lugares. Ustedes desearán, cada uno de ustedes, orar al Dios del cielo para que los ilumine a fin de que sean una ayuda para su hermano, edificándose mutuamente en la santísima fe. Ustedes podrán decir: «No retendremos a un pastor porque es bueno que salga a instruir a los demás”. Ustedes pueden tener lecturas bíblicas en sus grupos, escudriñar las Escrituras y orar a Dios con fe, creyendo que él les contestará.SE2 45.2

    En Malaquías leemos: «Entonces los que temían a Jehová hablaron entre sí. Jehová escuchó y oyó, y fue escrito ante él un memorial de los que temen a Jehová y honran su nombre”. En este pasaje se retrata a Dios como el que presta atención a las acciones de sus hijos. Aunque no tengan un pastor que les hable desde el pulpito, ustedes cuentan con la ayuda de los ángeles de Dios. Cuando hablen de la bendita esperanza y del hogar celestial, los ángeles estarán precisamente al lado de ustedes. Creemos que esta esperanza nos dará vida y ánimo si tan solo nos acercamos más a Dios.SE2 45.3

    La mirada de Dios está colocada sobre quienes están esparcidos por doquier. Si hay dos o tres de ustedes, la promesa es: «donde haya dos o tres reunidos en mi nombre, allí estaré yo en medio de ellos». ¿Qué dice el Señor acerca de esos pequeños grupos? Él afirma: «Serán para mí especial tesoro, dice Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe. Los perdonaré como un hombre perdona al hijo que lo sirve».SE2 45.4

    Cada uno de nosotros que intente aportar a la iglesia una saludable y vivificante influencia mediante sus acciones, será recordado en el cielo; el Señor le dará una justa recompensa similar a la del ministro que está detrás del pulpito. Ellos están haciendo fielmente su obra, y un sentido de responsabilidad descansa sobre ellos respecto a que deben trabajar los unos por los otros.SE2 45.5

    Él dice: «serán para mí especial tesoro”. Bien, lo que deseamos es estar aquel día entre los redimidos. Ser cristiano es muy significativo. Por eso cada uno de nosotros debe colocarse la armadura de justicia. No luchamos contra carne y sangre, sino contra «principados y potestades, contra huestes espirituales en las regiones celestes”. Dios los ve a cada uno de ustedes. Necesitamos su poder en medio de la oscuridad moral, y él nos lo dará. Él no dice que debemos pelear esta batalla a solas, sino que tiene a sus ángeles en el campo de batalla para que peleen por nosotros. Cuando hacemos todo lo que está a nuestro alcance Dios añadirá su bendición a nuestros esfuerzos. Su brazo no se ha acortado para salvar, ni se ha endurecido su oído para oír.SE2 46.1

    Cuando ustedes se reúnan en sus pequeñas congregaciones, recuerden las palabras que les he dirigido esta mañana; que cada uno sienta el ferviente deseo de aportar tanta vitalidad y entusiasmo a esa reunión como le sea posible. Oren a su Padre celestial con la seguridad de que él los está escuchando. Presenten sus testimonios como si supieran que el Dios del cielo los ha de escuchar, y que sus testimonios serán registrados en los libros del cielo. Cuando hagan eso las propias almas de ustedes se mantendrán con vida; serán fuertes en la fuerza de él y poderosos en el poder del Señor. Verán la obra de Dios en medio de ustedes y otros serán añadidos a sus grupos, uniéndose a ustedes.SE2 46.2

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