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Sermones Escogidos Tomo 2 - Contents
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    42—Un llamamiento a evangelizar las ciudades

    EL SEÑOR TIENE UNA OBRA solemne y trascendental para su pueblo remanente. Hay una bendita obra misionera que debe ser realizada en las caminos y veredas de la tierra, y todos los que participan en ella deben estar verdaderamente convertidos de corazón. La religión que presentamos no es inocua y científica; sino una religión que conquista corazones, santifica, limpia y refina la vida. Es una religión que posee fuerza vital así como lo es el espíritu del gran Maestro, Jesucristo.SE2 385.1

    Debemos revelar en nuestras vidas una santidad práctica y genuina. Debemos apartarnos y alejarnos de toda acción egoísta. Con la bendición de Cristo en nosotros, debemos día a día ser canales de comunicación de la bendita luz del cielo y de la gracia para todos los que nos rodean.SE2 385.2

    _______________

    Un mensaje para la hermandad de Washington, 6 de junio de 1909. Carta 94a, 1909.

    La obra del mensaje del tercer ángel se está fortaleciendo y expandiendo y me ha sido dicho que las responsabilidades en nuestras Asociaciones más grandes deberían compartirse, y que no deberíamos colocar todas nuestras labores bajo la supervisión de un mismo grupo de hombres. El Señor me ha mostrado que todos los recursos no deberían concentrarse en un solo lugar. Tenemos que hacer lo que haga falta para compartir las responsabilidades y seleccionarse a hombres sensatos y consagrados para que realicen su parte a cabalidad al compartir responsabilidades; y para que se les confíen los recursos que les permitan desempeñar su parte en la obra.SE2 386.1

    Tenemos hombres fieles y confiables en diferentes lugares. Hombres que cuentan con la capacidad para asumir responsabilidades y para aconsejar. Tenemos motivos para confiar en ellos, tan ciertamente como tenemos motivos para confiar en los hombres que tienen responsabilidades en Washington. Se debe confiar en ellos para que se encarguen de trabajar en los lugares que han sido descuidados.SE2 386.2

    En todas nuestras iglesias y en cada Asociación es necesario que se realice una profunda obra en el corazón, tanto en los dirigentes como en los laicos. El presidente de la Asociación debería admitir sus necesidades personales, y mediante una fe viva obtener de Cristo poder divino, conocimientos y capacidad de trabajo. La comprensión de las cosas celestiales ciertamente le será concedida a todos los que la busquen con una fe sencilla. Lo que necesitamos es una inspiración recibida de la cruz del Calvario. Eso hará que hombres y mujeres se conviertan en colaboradores de Dios.SE2 386.3

    Durante los últimos años se han presentado varios casos: algunos se han ocupado en observar a determinados obreros con el fin de impedirles que soliciten fondos para el mejoramiento de la obra en el territorio que se les ha asignado, y que el Señor nos ha instruido que debería ser mejorada. La obra en el Sur ha sido estorbada y los recursos que deberían haberse dedicado a su avance han sido retenidos, debido al temor de que se invertían demasiados recursos allí. No deberíamos haber impedido que algunos realicen la importante tarea de abrir los ojos que estaban ciegos para que contemplen la luz de la verdad presente. No concuerda con la fe que profesamos frenar a esos fieles obreros, prohibiéndoles que reciban donativos para sustentar sus labores y para que no realicen una obra en extremo necesaria.SE2 386.4

    Se me presentó el panorama de ciudades y más ciudades que requieren una labor evangelizadora. Si se hubiera realizado un verdadero esfuerzo, con el fin de que se conozca la verdad para este tiempo en las ciudades que no han sido advertidas, las mismas no serían tan impías como lo son ahora. Sé, por la luz que me ha sido dada, que si la obra hubiera sido realizada con mayor combatividad, según lo requerían las circunstancias, podríamos haber contado en la actualidad con miles más que hoy estarían gozándose en la verdad.SE2 386.5

    Hay enseñanzas que podemos aprender del encuentro de Felipe con el etíope. Los ángeles de Dios vieron al viajero etíope leyendo las Escrituras mientras iba en su carruaje, y uno de los discípulos fue enviado para encontrarse con él. Felipe le pregunta al etíope: «“¿Entiendes lo que lees?” Él dijo: “¿Y cómo podré, si alguien no me enseña?”» (Hech. 8: 30, 31). Luego Felipe le explica las Escrituras. Después que escuchó y creyó, el etíope pregunta: «¿Qué impide que yo sea bautizado?» (Hech. 8: 36). Felipe fue arrebatado por el Espíritu después que presentar su mensaje, y el eunuco no lo vio más. Esta experiencia debería enseñarnos que tenemos un Dios y que los ángeles que son espíritus ministradores, son enviados para realizar una obra especial en la tierra. Si alguien se interpone entre los ángeles y la persona que Dios intenta instruir, está fuera de lugar. Lo mejor es que se haga a un lado y permita que Dios obre. El Señor puede trabajar con los corazones humanos y poner en ellos el deseo de abrir las Escrituras a la gente.SE2 387.1

    Los que ocupan cargos de responsabilidad no están libres de culpa. No es que estén en posiciones donde no pueden cometer errores, pero en ocasiones actúan como si fueran niños. Cuando colocamos nuestra confianza en el yo, y no nos detenemos para orar, corremos el grave peligro de dañar la sagrada obra en la que estamos comprometidos. Dios desea que sus obreros luchen con él en oración. Él desea ver las muestras de la obra del Espíritu Santo en las mentes humanas.SE2 387.2

    El Señor exige que en la administración de la obra lo honremos más plenamente de lo que hemos hecho anteriormente; pero él no puede ser honrado por una actitud que estorbe el avance del mensaje de la verdad. Él es deshonrado cuando algunos se dedican a observar a sus colegas y a criticarlos porque se dedican a solicitar recursos de aquellos que están dispuestos a contribuir para las necesidades de una creciente obra. Una labor así lo que hace es destruir la confianza entre los hermanos. La buena obra que pudo haberse realizado y que habría glorificado a Dios ha sido interrumpida y el mensaje de la verdad ha sufrido un atraso. Si se hubiera estimulado a fieles y dedicados obreros a realizar una obra individual y personal a favor de las almas por las vías y caminos, muchos habrían sido llevados al redil de Cristo; pero en lugar de eso, algunos que deseaban trabajar se han desanimado y desanimado, y han perdido su sentido del deber.SE2 387.3

    Cada ministro del evangelio necesita entender que aquellos que el Señor escoge para realizar una tarea especial en campos necesitados, deben estar en libertad de solicitar recursos de sus hermanos. Ojalá se hubiera presentado a los dirigentes de la Asociación lo mismo que el Señor me ha presentado respecto al espíritu de sospechas, de delación y confinamiento. Esto ha creado inconvenientes a la obra que jamás deberían haber existido. Ha habido obreros que han estado esforzándose más allá de sus posibilidades y economizando en todo, y que debían haber sido estimulados y apoyados en sus labores. Pero las iglesias han sembrado dentro de ellas las semillas de sospechas y desconfianza en contra de esos sacrificados misioneros.SE2 388.1

    Todos los que han abrigado ese espíritu de sospecha, y han creado esta falta de confianza en los siervos de Dios, necesitan convertirse, necesitan necesitan desterrar el temor y los celos, así como limpiar sus corazones de la mala semilla de la incredulidad, que ha corrompido sus pensamientos y causado tensiones y sospechas. Algunos que han recibido abundantes evidencias de la buena obra que está siendo realizada, no han hecho todo lo que podían para que esa buena obra progresara, sino que han asumido una actitud ambivalente. Cuando aprendamos a definir directamente lo que es el pecado, y lo que es la justicia de Cristo, jamás tendremos que justificar dicha actitud.SE2 388.2

    El corazón, así como el entendimiento, necesita ha de ser abierto. No basta tener tan solo un conocimiento intelectual de la verdad en este tiempo de pruebas y juicio. Debe ser realizada una obra en el corazón. «Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad y cuyo nombre es el Santo: “Yo habito en la altura y la santidad, pero habito también con el quebrantado y humilde de espíritu, para reavivar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los quebrantados”» (Isa. 57: 15).SE2 388.3

    El templo del alma debe ser purificado, y la experiencia de muchos debe ser contemplada de acuerdo con su propia luz. Los compradores y los vendedores deben ser echados fuera, y el Espíritu de Dios debe tomar posesión del corazón y la mente. Nadie debe poner en tela de juicio su necesidad de un Salvador personal. El Señor no puede utilizar al obrero que no ha experimentado una verdadera conversión en su vida. El carácter debe modelarse siguiendo el ejemplo divino. Debemos trabajar con Cristo en la formación del carácter siguiendo el modelo divino.SE2 388.4

    El Señor no acepta las prácticas mundanas para llevar adelante su obra. Ese espíritu no debe incorporarse a la administración de nuestras Asociaciones. La obra encomendada al agente humano consiste en imitar el carácter de Jesucristo. ¿Debería permitirse que las prácticas del mundo arropen los principios de los hombres que afirman estar realizando la obra de Dios? Yo les digo que no, ¡que no! Los métodos de Dios y los de las agencias satánicas no pueden combinarse.SE2 388.5

    Mientras que muchos están diciendo: «¿Quién es Señor para que yo lo sirva?». Mientras que exista una falta de fe en Dios los que representan la obra del mensaje del tercer ángel deben actuar como hombres que se han convertido. Tienen que luchar con Dios en oración. Cuando nuestros hombres, que ocupan cargos de responsabilidad, estén totalmente convertidos impulsarán la verdad presente en todos los ramos de su obra. Espero que tengamos la satisfacción de ver un trabajo realizado libre de egoísmo y que muestre un rápido avance en la obra misionera.SE2 389.1

    Isaías, al hablar de la misión de Cristo y de sus seguidores, dice: «El espíritu de Jehová, el Señor, está sobre mí, porque me ha ungido Jehová. Me ha enviado a predicar buenas noticias a los pobres, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos y a los prisioneros apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová y el día de la venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los que están de luto; a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé esplendor en lugar de ceniza, aceite de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado. Serán llamados “Arboles de justicia”, “Plantío de Jehová”, para gloria suya. Reedificarán las ruinas antiguas, levantarán lo que antes fue asolado y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones”; «Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado “reparador de portillos”, “restaurador de viviendas en ruinas”» [Isa. 61: 1-4; 58: 12].SE2 389.2

    Si alguna vez hubo un momento cuando los adventistas del séptimo día deberían levantarse y resplandecer, es ahora. Ninguna voz debe ser impedida de proclamar el mensaje del tercer ángel. Nadie, por temor a perder su prestigio ante el mundo, debe interponerse ante ningún rayo de luz que provenga de la Fuente de toda luz.SE2 389.3

    Se necesita fuerza moral para realizar la obra de Dios para estos días finales, y además no debemos ser guiados por el espíritu de la sabiduría humana. La verdad debería ser todo para nosotros. Todo aquel que desee hacerse de un nombre ante el mundo, mejor que marche con el mundo. El gran conflicto, en el que todos deben escoger un bando, está prácticamente aquí. En este conflicto todo el mundo Cristiano estará involucrado. A diario, cada hora, debemos ser motivados por los principios de la Palabra de Dios. El yo debe ser santificado por los principios de la justicia, de la misericordia y del amor de Dios.SE2 389.4

    En cada momento de incertidumbre, oren y pregunten con fervor: «¿Es este el camino del Señor?». Abriendo sus Biblias, consulten a Dios respecto a lo que él desea que ustedes hagan. Los principios sagrados se revelan en la Palabra de Dios. La fuente de toda sabiduría se encuentra en la cruz del Calvario.SE2 390.1

    Por dondequiera que miremos encontramos crecientes evidencias de que el mensaje que recibimos de parte de Dios debe ser el último mensaje de advertencia a las iglesias del mundo. Un año y otro pasan a la eternidad y las iglesias no son advertidas. Se me ha instruido para que hable a mis hermanos y pregunte: «¿Son ustedes conscientes de ese descuido?». Me ha sido dado un mensaje tras otro para nuestros hermanos, estimulándolos a que comiencen a trabajar en todo lugar donde se abran puertas. Si los obreros se dirigieran a su labor, el Señor bendeciría sus almas y haría que sus esfuerzos dieran frutos. Conforme la gente vaya conociendo los principios de nuestra fe, se interesará y se irá convirtiendo. Hay muchos lugares de importancia dispuestos a recibir a los que trabajarán a favor de las almas. No deberíamos ser egoístas al intentar retener a algunos obreros por demasiado tiempo en un lugar, sino que deberíamos estar dispuestos a permitir que la obra comience en otras ciudades que necesitan la luz de la verdad.SE2 390.2

    Invitemos a quienes se han convertido del error a la verdad, para que se hagan misioneros dedicados a expandir el conocimiento de la misma. Deben idear algunos métodos para familiarizarse con la gente. En muchos casos ustedes pueden introducirse presentando los libros Palabras de vidas del gran Maestro y El ministerio de curación. Preséntenle a la gente el contenido del libro y cómo los recursos que resulten de su venta serán usados para adelantar la obra del evangelio. Ese tipo de labor despejará la vía para que ustedes establezcan pequeñas escuelas, así como una obra médica misionera en nuestras ciudades.SE2 390.3

    Ustedes deben llamar la atención de la gente a la importancia de la obra educativa. Todos pueden hacer algo en este sentido. Si algunos de los nuestros están trabajando en determinada ciudad únanse con ellos a la tarea. Quizá ellos puedan ayudarlos a encontrar formas para colocar libros entre la gente. Si actúan con prudencia así como con fervientes súplicas a su Padre celestial, poniendo alma y corazón en el empeño, tendrán acceso a las almas. Si usted es pastor podría reali-zar una hermosa obra al abrirle las Escrituras a la gente.SE2 390.4

    Existen lugares en los alrededores de Washington donde se debe llevar a cabo un esfuerzo misionero. Precisamente en Washington hay un pequeño mundo de almas inconversas, tanto blancas como de color. ¿Quiénes sienten una preocupación por ellas? También hay otros muchos lugares importantes, aún no advertidos. Cuando observo este descuido, me duele el corazón. Oro noche y día para que esa preocupación sea trasladada a aquellos que actúan como dirigentes de la obra. Los que ya están atareados deben abrir el camino para que otras personas que desean trabajar, y están capacitadas, participen en el esfuerzo misionero.SE2 391.1

    Estamos agradecidos por esta agradable reunión que estamos celebrando. Me siento, no obstante, muy preocupada al ver tantos sectores en Norteamérica que no han sido trabajados. En ocasiones se aprueban grandes sumas sin tomar en cuenta lo que debería hacerse para trabajar esos territorios descuidados porque no hemos sido coherentes. Si el campo ha de ser cultivado y sembradas las semillas de la verdad los obreros deben ser remunerados. Debemos tener salones de culto para acomodar a los que acudan a escuchar.SE2 391.2

    Una gran cantidad de energías y muchas instalaciones se han concentrado aquí en Washington. Nuestros principales dirigentes deberían oponerse a invertir recursos en forma exagerada aquí, y dedicar medios y esfuerzos en otros lugares. Dios honrará su servicio al convertirlos en una fuerza poderosa en su obra final.SE2 391.3

    Hay ciudades importantes que necesitan ser evangelizadas, y algunas están cerca de Washington; son nuestros vecinos, si así se les puede llamar. Si nuestros hermanos y hermanas se dedicaran con fervor a realizar obra misionera a favor de todos con quienes están en contacto, se abrirían nuevos campos de labor a nuestro alrededor. La preocupación por trabajar a favor de las almas embargaría a muchos de los que residen aquí, y de esa forma sentirían el deseo de tomar parte activa en la proclamación de la verdad.SE2 391.4

    Rogamos que aquellos que se han asentando en Takoma Park que se transformen en colaboradores de Dios al plantar el estandarte de la verdad en territorios no trabajados. Una parte de las grandes apropiaciones solicitadas, debería utilizarse para emplear obreros en las ciudades cercanas a Washington. Debe realizarse una concienzuda obra de casa en casa. Las almas perecen fuera del arca de salvación. El estandarte de la verdad debe ser elevado en sus vecindarios por los miembros de iglesia. Los pastores deben armar sus carpas, predicar con poder la verdad a la gente y luego trasladarse a otra vecindad para predicar la verdad allí. Mi oración es que al finalizar esta reunión muchos se comprometan a trabajar como nunca lo han hecho, con el fin de esparcir el conocimiento de la verdad presente.SE2 391.5

    Mis hermanos, no pierdan tiempo para llevar el mensaje a territorio del Sur. Apóyense en la Palabra de Dios. Que cada afirmación que ustedes hagan esté en armonía con un sencillo: «Así dice Jehová». Exalten la verdad de la Biblia. Presenten su belleza y santidad. Ninguno de los que trabajan en el Sur podrá proclamar la verdad con tanto arrojo y sin temor como en el Norte. Los hombres deben trabajar con sumo cuidado y mucha oración. Sean reservados en lo que dicen respecto a la obra de otras denominaciones porque hay algunos que estarían listos a tomar venganza. No se debe pronunciar palabra alguna en contra de la población blanca.SE2 392.1

    El Señor ha visto las luchas y los incansables esfuerzos para enseñar la verdad de los que laboran en el Sur. Una vez que esos obreros lo han buscado en ferviente oración y han seguido adelante con una fe inconmovible, él los ha aconsejado respecto a la necesidad de ellos, y los ha capacitado para trabajar con seguridad en tiempos de peligro.SE2 392.2

    Dios contempla con tristeza las ciudades no trabajadas. Un mensaje nos ha llegado: «Evangelicen las ciudades sin demora». El Señor se agradaría al ver a sus mensajeros obrar como lo hizo Cristo, el Hijo del Dios vivo. Él es nuestro ejemplo. A él le agradaría ver a nuestras Asociaciones establecer planes para llevar a cabo una obra progresiva en nuestras ciudades, para edificar «los lugares en ruinas». A él le agradaría escuchar que la verdad es proclamada con prudencia por todo creyente. La falta de fe ha obstaculizado en gran manera la obra de Dios. Hay reformas concretas que deben ser realizadas. El mensaje de la verdad presente debe ser llevado a nuestras ciudades en el Este, en el Oeste, en el Norte y en el Sur. Grupos de creyentes deben salir a los caminos y veredas, en busca de las ovejas perdidas.SE2 392.3

    Los que guardan el sábado del cuarto mandamiento tiene una gran obra que realizar. La verdad del sábado tiene que ser presentada con toda claridad. Nuestra tribuna debe ser la ley de Dios. Debemos llamar la atención al sábado como algo santo que pertenece al Señor, algo para ser honrado. El sábado ha sido apartado por Jehová como una señal entre el Señor y su pueblo. «Tú hablarás a los hijos de Israel y les dirás: “Vosotros guardaréis mis sábados, porque es una señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico”» (Éxo. 31: 13).SE2 392.4

    Se ha hablado de construir un gran edificio aquí. El Señor no desea que levantemos grandes edificaciones. Ante todo él desea hombres convertidos, con corazones convertidos. Los exhorto a que visiten los lugares que han sido descuidados y que presenten el mensaje de advertencia a la gente. El Señor regresa pronto y muchos no están preparados, no están listos. Hay un territorio alrededor de ustedes en el que debería realizarse una obra para interesar a las almas en la verdad para este tiempo, que podrían recibir nuestros libros y aprender lo que significa ir por los caminos y las veredas con el mensaje de la verdad. Utilicen el don que ustedes tienen; impartan la luz que han recibido. Repitan la verdad una y otra vez a la gente, en forma sencilla y en amor. Esa obra será grandemente apreciada.SE2 393.1

    No intenten introducir un espíritu de sabiduría humana. No traten de encontrar algo nuevo y sorpredente para llevar a la gente, sino presenten la verdad como es en Jesús. La doctrina apelará a los corazones cuando se muestre en la sencillez de una genuina santidad. Es necesario que todos tengan la oportunidad de trabajar en favor de las almas. Así su habilidad aumentará y estarán preparados para realizar una obra mayor.SE2 393.2

    Muchos obreros pueden trabajar aquí en Washington, pero hay otros que están especialmente calificados para hablar en los púlpitos de nuestras grandes ciudades y predicar la verdad según la han presentado en forma aceptable durante años. El hermano Prescott está bien capacitado para realizar ese tipo de labor. Dios desea que salga de Washington. Él desea que trabaje donde pueda ver almas llevadas a la verdad a través de sus esfuerzos. Se me ha instruido que le diga al pastor Prescott: «Usted hace falta en los lugares que se están abriendo para la evangelización. Cuando usted coloque su confianza en el Señor, y como un niño entregue su desvalida alma al Salvador, él será la justicia suya y él será su fuerza para alcanzar la gente con el mensaje de la verdad». Podremos ver grandes cambios y habrá un despertar y la conversión de muchas almas que hoy ignoran qué es la verdad para estos últimos días.SE2 393.3

    Se me ha instruido que diga a nuestro pueblo: «Meditemos en las advertencias que Dios ha enviado respecto al final de la historia de este planeta”. No es ahora el momento de hacer ostentación levantando grandes edificios. Todos nuestros actos de ostentación no convertirán ni a una sola alma. Al considerar que seremos juzgados por nuestras obras, ¿no deberíamos ofrecer al mundo la demostración de que nuestras obras están de acuerdo con las verdades que proclamamos? Debemos comparecer ante el mundo como un pueblo para decir que muy pronto el tiempo no será más. Ahora bien, nuestras advertencias serán poco valoradas a menos que mostremos nuestra fe mediante nuestras obras. No pongamos de manifiesto, levantando grandes y costosos edificios, que en realidad no creemos lo que enseñamos. Tenemos que construir edificios sencillos y sólidos, para el desarrollo de nuestra obra; pero no en un mismo lugar, ni tampoco utilizar grandes sumas de dinero para vernos en la necesidad de dejar sin advertencias los caminos y veredas, respecto al regreso del Salvador.SE2 393.4

    Presentamos sermones en todo edificio que levantamos y ellos serán considerados como testimonios de nuestra fe; por otro lado las propias edificaciones testifican que no esperamos dejar pronto este mundo para ir al cielo. No he podido estar tranquila desde que este asunto me fue mostrado. Decidí presentarlo tan pronto como me fue revelado, y exhorto a nuestro pueblo a que muestre su fe mediante sus obras. Si trabajamos con humildad y en el temor de Dios, él colaborará con nuestros esfuerzos para impresionar a hombres y mujeres con las verdades del mensaje, y ellos a su vez testificarán respecto a la fe que defienden.SE2 394.1

    Hay misioneros que son llamados a ir a países extranjeros con el fin de presentar la verdad a quienes se hallan en tinieblas. Las ciudades a nuestro alrededor están sin ser trabajadas y claman por nuestra ayuda. «Vosotros sois mis testigos, dice Jehová» [Isa. 43: 10], para «publicar libertad a los cautivos y a los prisioneros apertura de la cárcel; a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová y el día de la venganza del Dios nuestro” (Isa. 61: 1, 2). Mis hermanos y hermanas, no presentemos un testimonio de incredulidad, sino hagamos que nuestra luz brille ante el mundo con potentes y nítidos rayos.SE2 394.2

    En mi corazón no cesan de quemarme preguntas como estas: «¿Cómo podremos alcanzar a la gente? ¿Qué podemos hacer para abrir los ojos que están ciegos?». Hay una obra misionera que debe ser realizada aquí en este mismo lugar, y es tan importante como la que deber ser llevada a cabo en el extranjero. ¿Por qué es tan importante despertar el interés los lugares que tenemos alrededor, al igual que trabajar en tierras allende el mar? ¡Oh, le ruego a nuestro pueblo en Washington que represente correctamente la religión de Jesucristo, la fuerza de su amor por los que perecen y la grandeza de su poder para salvar!SE2 394.3

    Deseo leerles unas pocas palabras respecto a la obra ministerial de Cristo: «Al llegar a la casa, se le acercaron los ciegos y Jesús les preguntó: “¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: “Sí, Señor”. Entonces les tocó los ojos, diciendo: “Conforme a vuestra fe os sea hecho”. Y los ojos de ellos fueron abiertos. Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: “Mirad que nadie lo sepa”. Pero cuando salieron, divulgaron la fama de él por toda aquella tierra. Tan pronto ellos salieron, le trajeron un mudo endemoniado. Una vez expulsado el demonio, el mudo habló. La gente se maravillaba y decía: “Nunca se ha visto cosa semejante en Israel. Pero los fariseos decían: “Por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios”. Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, predicando el evangelio del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Al ver las multitudes tuvo compasión de ellas, porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor» [Mat. 9: 28-36].SE2 394.4

    En conexión con esto, leamos la Gran Comisión de Cristo, dada a sus discípulos: «Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. Cuando lo vieron, lo adoraron, aunque algunos dudaban. Jesús se acercó y les habló diciendo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado. Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” [Mat. 28: 16-20].SE2 395.1

    Esas instrucciones impartidas por Cristo a sus discípulos constituyen la verdadera educación superior. La más elevada educación de nuestro mundo se encuentra en las enseñanzas de la Palabra de Dios. Recibir sus enseñanzas, aplicar sus principios en la vida cotidiana, equivale a recibir la más elevada educación que nadie pueda adquirir. Es la única educación que nos garantizará la entrada a la ciudad de Dios.SE2 395.2

    Cuando llegué a Washington me dije que si me era posible me quedaría para todas las reuniones. Pero llegó un momento en que creí que no podía permanecer por más tiempo. Por eso afirmé que me marcharía. Pero durante la noche me fue dicho: «Tú eres mi mensajera; debes comunicar a la gente el mensaje que te doy». Y mi respuesta fue: «Me quedaré, y aunque la reunión se prolongue me quedaré hasta el final».SE2 395.3

    Aquí se deben producir grandes cambios en todos los sentidos. Que Dios nos ayude a orar como nunca antes hemos orado. Necesitamos su dirección y su consejo en todo lo que hacemos.SE2 395.4

    Ahora oremos: «Padre nuestro, acudo a ti en el nombre de tu amado Hijo ». [El resto no es legible.] SE2 395.5

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